Ilegal, ¿y qué? - La reconstrucción del concepto jurídico favela - Favelas de Río de Janeiro: historia y derecho - Libros y Revistas - VLEX 850197558

Ilegal, ¿y qué?

AutorRafael Soares Gonçalves
Páginas371-401
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“Ilegal, ¿y qué?”
El retorno del mismo y viejo dilema:
¿urbanizar o remover las favelas cariocas?
La expansión del proyecto Favela-Bairro y la consolidación del nuevo orden
jurídico parecían demostrar que la política de er radicación de las favelas había
desaparecido del escenario denitivamente. Sin embargo, la idea de desfa-
velizar la ciudad continúa subsistiendo, y recobró aliento últimamente por
causa de la gran expansión de las favelas en los últi mos años, de la escalada
de la violencia y, sobre todo, más recientemente, debido a la preparación de
la ciudad para los grandes eventos internacionales, lo cual reactivó el mer-
cado inmobiliario local. Un marco para la reanudación del discurso por la
remoción de las favelas fue la publicación, por el diario O Globo, a partir de
septiembre de 2005, de la serie de artículos “Ilegal, ¿y qué?”.1 Después del
descubrimiento de un edicio de 11 pisos en la favela da Rocinha —que fue
denominado por el presidente de la asociación de habitantes del Alto Gávea
como el Empire State da Rocinha2— el diario criticó duramente la política
urbana de la Alcaldía , que conjugaba la urbanización de las favelas con una
excesiva tolerancia respecto del crecimiento de esos conglomerados:
Fue necesario que erigiera n en la Rochinha un edi cio de 11 pisos, para
que el tema de las demoliciones y remociones de las favelas entrara en
el orden del día. […] Es la hora de programar demoliciones e incluso
remociones, pero hasta ahora la Alc aldía, aunque contara con la insti-
tución de los ecolímites, ni siquier a fue capaz de evitar que las favelas
crecieran incesa ntemente —horizontal y vertical mente—. Muchos otros
1 Dicha serie de ar tículos fue public ada durante algu nos meses, y la expresión “I legal, ¿y qué?”
es, aún, de vez en cua ndo, reutilizada p or ese diario. Aunque las favel as, especialmente a quellas
situadas en los ba rrios más exclusivos de la ciud ad, fueran el objetivo pr incipal de la serie de ar-
tículos, est os se enfocaron también en asu ntos relacionados con un supuesto desorden u rbano,
como las activ idades de los ambulante s, por ejemplo.
2 O Globo, 28 de septiembre de 2 005.
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inmuebles se están const ruyendo en la Rocinha y en otras favela s, aunque
en el foco de la controversia esté este de 11 plantas, récord en altura . […]
Pero no existen obstáculos insuper ables, y el problema ha de ser enfren-
tado —como ya lo fue en el pasado, en las favelas (e incluso en zonas
exclusivas) en donde se edicaron construcc iones ilegales—. El primer
paso es romper la inercia y abrir la dis cusión; y aquí, paradójicamente,
el mérito le corresponde a ese Empire State Building de la Rocinh a.3
Sin duda, la agudización de la violencia fue el motivo para que se des-
encadenara esa nueva campaña de los medios en contra de las favelas. Si bien
la favela da Rocinha ha sido durante mucho tiempo un importante centro de
distr ibución de droga s,4 al inicio de la década de 200 0, era mucho más cono-
cida por su dinamismo económico que por la violencia. Esa favela alberga
agencias bancarias, inmobiliarias y de viajes, supermercados, franquicias
internacionales de fast food , cursos de informática e incluso una televisión
por cable local. Se convirtió en un pu nto turístico, visitado diariamente por
innumerables turistas ex tranjeros. Sin embargo, la intensicación de las dis-
putas territoriales, cuyo objeto son los puntos de venta de droga en la favela,
debilitó denitivamente la aparente tra nquilidad y estabilidad del tráco
local de estupefacientes.
Especialmente a parti r de 2004, la favela da Rocinha se volvió un campo
de batalla entre las bandas y la policía . Es preciso subrayar que la Rocinha no
solo es una de las más grandes y célebres favelas de la ciudad, sino también
que está situada en una zona estratégica, en los márgenes de la autopista que
conecta la Zona Sur con la Barra da Tijuca. Ello resulta en que todo lo que
sucede en la Rocinha gana una visibil idad sin par, y se generaliza rápidamente
para el conjunto de las otras favelas de la ciudad.
La serie de artícu los “Ilegal, ¿y qué?” subrayó de forma especial las con-
secuencias extremadamente negativas causadas por la es calada de la violencia
sobre el mercado inmobiliario de la ciudad. El artícu lo del 11 de octubre de
2005 armó que los edicios situados en las proximidades de la s favelas ya
habían perdido por lo menos cerca del 30 % de su valor de mercado.5 Aunque
3 O Globo, 4 de octubre de 20 05.
4 El diar io O Globo del 4 de septiembre de 2 004 armó que l a facturación se manal del comercio
de estupefacientes , en las cuatro pri ncipales favelas de la Z ona Sur de la ciudad (Rocin ha, Vidigal,
Cantagalo-Pav ão-Pavãozinho y Dona Mar ta), se aproximaba a los 4,5 mi llones de reales.
5 El economista Ib Teixeira a rmó al diario O Glob o del 25 de agosto de 2005 que, part iendo
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