Interés, mediación y fluidez: circulación y competencia en los procesos de modernización colombiana y recuperación belga entre 1919 y 1930 - Trascendiendo fronteras - Libros y Revistas - VLEX 845696567

Interés, mediación y fluidez: circulación y competencia en los procesos de modernización colombiana y recuperación belga entre 1919 y 1930

AutorMuriel Laurent
Páginas115-148

5
Interés, mediación y uidez:
circulación y competencia en los
procesos de modernización colombiana
y recuperación belga entre  y *
 **
Plantea miento
T  G Guerra, el jefe de la Legación de Colombia en Bruselas se esme-
raba por mantener informado a su ministro de Relaciones Exteriores sobre las
posibilidades de recuperación de los intercambios comerciales entre Colombia
y Bélgica. José Manuel Goenaga recomendaba centrarse en la ex portación de
materias primas colombianas útiles en Bélgica sin esperar todavía importa-
ción de productos manufacturados belgas. En efecto, “Bélgica a zotada por una
guerra espantosa y por la larga ocupación de su territorio, quedó devastada,
sus fábricas principales de hierro, de tejidos, de porcelanas están completa-
mente destruidas”. No obstante, Goenaga veía una luz: “su reorganización
* Para citar este capítulo: http://dx.doi.org/./.
** Agradezco a David Felipe Peña, asistente de investigación, por la recopilación de fuentes en
el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Para la construcción del argumento, mis
agradecimientos a los colegas del equipo de trabajo de este libro.
Durante la guerra, entre  y , Bélgica quedó destruida y ocupada por las tropas
alemanas, lo que afectó seriamente las infraestructuras y los niveles de producción, en particular
en el sector siderúrgico. Esto paralizó un país que, para , era el más desarrollado en términos
relativos. M.-T. Bitsch, Histoire de la Belgique (Turin: Hatier, ), - y -.
“Carta de José Manuel Goenaga, Legación de Colombia en Bélgica, a Ministro de Relaciones
Exteriores de Colombia”, Bruselas,  de septiembre de , Archivo General de la Nación-Bogotá

trascendiendo fronteras
es obra del tiempo no muy largo si se tiene en cuenta la energía en el trabajo
de sus habitantes”. A su juicio, valía la pena apostarle a Bélgica por cuanto
se trataba de un “país trabajador que no tiene aspiraciones de conquista ni de
dominación”
.
Lo anterior lo impulsaba a
[…] hacer propaganda de todo lo que se relaciona con el progreso de
Colombia, […] llamar la atención a l desarrollo extraordinario que en
estos momentos se está efectuando en el pa ís, en todos los ramos de
la industria […] [y] excitar el capital belga a que vaya a fomentar colo-
nias agrícolas con i nmigrantes belgas, a establecer crí as de ganados, a
empresas de ferrocarri les, a fundar líneas d e navegación directas entre
los dos países.
Los años veinte vieron el regreso a la prosperidad en Europa y Estados Uni-
dos; fueron “los años locos”. Bélgica no escapó a esta tendencia. La deva luación
de la moneda ayudó a la competitividad internacional de sus manufacturas y
facilitó su crecimiento industrial y exportación. Las potentes industrias pesa-
das (carbón y siderurgia), el auge de las industrias de punta (electricidad y
química) y el desarrollo del puerto de Amberes crearon un nuevo paisaje
industrial. En est a recuperación económica inuyó igualmente el consolidado
vínculo entre industria s y bancos, el crecimiento del sector bancario y el desa-
rrollo de su colonia, el Congo. Esta fase de expansión sería f renada por la crisis
bursátil de octubre de  y la consecuente crisis mundial, que se sintió a
sobre todo a partir de [].
En Colombia la crisis empezó a sentirse desde , por su dependencia de
la economía estadounidense. A principios del siglo , el país era poco indus-
trializ ado, su producción agropecuaria contaba con una reducida tecnicación,
sin mayor acceso a la economía mundial y con poca inversión extra njera. En la
década de , las exportaciones de café aumentaron y permitieron cierta aper-
tura económica, y el Gobierno apoyó una agresiva política de infraestructura
(en adelante, ), Sección República (en adelante ), Ministerio de Relaciones Exteriores-
Diplomática y Consular (en adelante -), Transferencia -Correspondencia (en adelante
-Corr.), Caja y Orden (y) -, .  y .
Ibid.
Ibid.
“Carta de José Manuel Goenaga, Legación de Colombia en Bélgica, a ministro de Relaciones
Exteriores de Colombia”, Bruselas,  de mayo de , , , -, -Corr., y -,
. -.
 Bitsch, Histoire, -.

Interés, mediación y fluidez
de comunicación. Los veinte fueron años de cambio y de prosperidad: gracias
a los ingresos por las exportaciones de ca fé, al acceso al crédito extranjero y a
la indemnización recibida de Estados Unidos por la separación de Panamá (que
generó la llamada “dan za de los millones”), el país se urbanizó, se constr uyeron
grandes obras públicas, aumentaron las importaciones, en n, el crecimiento
económico se aceleró y el país se insertó en la economía mundial.
Un estudio clásico de relaciones bilaterales subrayaría la construcción del
Ferrocarril del Nordeste (-) y la modernización del servicio telegráco
(-) como negocios logrados en Colombia con materiales, expertos y
francos belgas. Se evidenciaría la importación de manufacturas belgas para
varias vías férreas y para puentes metálicos, quedando claro que la inmi-
gración belga no se dio, ni la exportación de materias primas colombianas
alcanzó dimensiones extraordinarias. Se enfatizaría el encuentro de necesida-
des mutuas y complementarias en el sentido de que bienes, capitales y expertos
belgas participaron en la moderniz ación de las infraestructuras de comunica-
ción en Colombia y, al fomentar la importación de esta industrialización de
punta, las autoridades colombianas participaron en la recuperación econó-
mica belga.
La mirada tradicional a las relaciones entre países industrializados y no
industrializados subraya la desigualdad, por cuanto unos aportan conoci-
mientos y bienes que permitirán a los otros desarrolla rse, como si hubiera una
parte activa , proponente, oferente, frente a otra pasiva, demandante, receptora,
necesitada. El carácter unidireccional de esta mirada opaca los procesos de
elección, interacción, tensión, demanda, ajuste, retroalimentación y búsqueda
que se dan en ambos países cu ando entran en relación. Por ello, propongo una
aproximación que privilegia la idea de circulación en cuanto permite prestar
atención a la complejidad de los intercambios, a los circuitos y vaivenes, a la
reciprocidad y movilidad, a los dos sentidos, a las conexiones, a lo mutuo, a
la interdependencia material e intelectual entre actores. El lo debe hacerse sin
negar las indudables asimetrías: si bien los países se relacionan en un espacio
compartido, sus contextos y capacidades son distintos, y se establecen entre
ellos indudables relaciones de fuerza y de poder.
El ejercicio intelectual propuesto implica pensar de forma diferente temas
conocidos, es decir, aceptar alejarse de las maneras como se han venido
J. A. Bejarano, “Cap. : El despegue cafetero (-)”, en Historia económica de Colombia,
compilado por J. A. Ocampo (Bogotá: Siglo  Editores-Fedesarrollo, ), - y M. LaRosa,
y G. Mejía, Historia concisa de Colombia (-). Una guía para lectores desprevenidos (Bogotá:
Ministerio de Cultura-Universidad Javeriana-Universidad del Rosario, ),  y . Para el
ambiente cultural e intelectual de los años veinte, véase R. Arias, Los Leopardos. Una historia
intelectual de los años  (Bogotá: Ediciones Uniandes, ).

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