Jardín, el más bello tertuliadero - 11 de Noviembre de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 586791110

Jardín, el más bello tertuliadero

Alonso Sánchez Baute

Abogado. Es autor de ‘Al diablo la maldita primavera’ y ‘Líbranos del bien’. Acaba de aparecer su libro ‘De dónde flores si no hay jardín’.

Cuenta la leyenda que el antiguo propietario de estas tierras, cuando vio por primera vez este lugar, dijo: “Esto es un jardín”.

Llegué a Jardín a las 7 de la noche de un sábado luego de viajar desde Medellín, durante tres largas horas, a través de una carretera serpenteante con un verde espeso y exuberante. “Todas las llanuras son iguales, pero no hay una montaña igual a otra”, dijo Borges, y en este camino hay una que sobresale más que las demás: el cerro Tusa, con su forma piramidal, se convierte desde el cañón de La Sinifana en abrebocas de la belleza que solaza nuestros ojos tan pronto se cruzan las primeras calles de Jardín. Hace más de cien años, la Gran Antioquia perteneció a un solo dueño por obra y gracia de la corona española. Más de doscientos mil kilómetros le fueron entregados en concesión a José María de Aranzazu para que explotase las minas. Permaneció despoblado hasta que Indalecio Peláez tomó posesión del territorio ubicado entre los riachuelos Volcanes y El Salado. Cuenta la leyenda que cuando vio por primera vez este lugar, poblado con sietecueros y yarumos blancos, no pudo más que decir: “Esto es un jardín”. Jardín es hoy un municipio de catorce mil habitantes y, ciertamente, uno de los más bellos –si no el más bello– de Antioquia. Sigue siendo un jardín: con sus fachadas coloridas que recuerdan los contrastes cromáticos de las casas en las islas caribeñas, los balcones repletos de materas florecidas, el naranja de sus tejados y, al centro, un espléndido y amplio parque sembrado con rosales y un guayacán de enormes flores amarillas. El pueblo es el parque. Hay otros lugares de interés turístico, pero es el parque el que atrae toda la atención con sus mesitas y taburetes de colores puestos ahí para disfrutar la vida, al mejor estilo italiano, sin hacer nada. El parque está coronado por la iglesia de la Inmaculada Concepción, un monumento nacional neogótico rematado por dos inmensas cúpulas cónicas que se destacan por entre los techados. Las tres calles que lo rodean –donde debería estar la cuarta se sitúa la iglesia, en medio de dos casonas coloniales– están ocupadas por cafecitos, hoteles (el pueblo cuenta con más de una docena, lo que habla de la vitalidad de su turismo), uno que otro restaurante, la alcaldía, un pequeño museo y fondas decoradas con chismes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR