La lectura de la novela - Juzgar y sentir - Los caminos de los libros. El tránsito de libros entre Portugal y Brasil - Libros y Revistas - VLEX 911534429

La lectura de la novela

AutorMárcia Abreu
Páginas221-284
221
La lectura de la novela
Mentir sin provecho ni perjuicio de sí ni de otros
no es mentir: no es engaño, es cción.
- .
Les réveries du promeneur solitaire, -
Durante el siglo  proliferaron narrativas de cción que fueron
percibidas por los contemporáneos como algo nuevo. Ni siquiera ha-
bía un nombre estable para estas producciones que eran llamadas histo-
rias, aventuras, vidas, cue ntos, memorias, novelas cortas, novelas. Se puede
evidenciar, entonces, la dicultad en la denición de estos géneros si repa-
samos el Diccionario de la Lingua Portugueza de Moraes Silva, publicado
por primera vez en . Según el autor, cuento es una «historia fabulo-
sa» mientras la novela es «cuento fabuloso de hechos entre hombres con
nes de instrucción moral». Novela es cuento, cuento es historia. El tér-
mino romance, entendido exclusivamente en la acepción antigua, confun-
de aún más los conceptos: «composición poética en que no hay rimas sino
tonantes, o se riman los versos, terminando las dos vocales últimas seme-
jantes». Solo a partir de , se añadieron nuevas acepciones: «novelas,
cuentos fabulosos de amores, los cuales empezarán en versos en lengua ro-
mance, o vulgar, como fueron». Novela, cuento y romance eran por tanto
[] Antonio de Mora es Silva, Dicc ionario da Lingu a Portugueza co mposto pelo padre D. Rafa el Bluteau,
reformado e accrescentado por, natural de R ío de Janeiro (Lisboa : Ocina de Simão  addeo
Ferreira, ).
[] Ibídem.
[] Silva, Diccionario d a Lingua Portug ueza recopi lado dos vocab ulos impressos at é agora, e nesta
segunda edici ón novamente emendad o e muito accrescentad o por ams, natural de R ío de Janeiro.
.a edición (Lisbo a: Typ Lacerdina, ).
222
los ca   
equivalentes, todos de carácter fabuloso; es decir, se dedicaban a «contar
fábulas, cuentos, sucesos mentirosos de los tiempos de las fábulas de los
gentiles, o semejantes a esos, y posteriores; inventar, y narrar cua lquier his-
toria, que no tiene la verdad por fundamento».
Al dejar de lado las cuestiones formales que determinan diferencias in-
ternas en los géneros, lo que denía esa producción era su carácter de c-
ción, es decir, «ngido, fabuloso», denición que no está libre de un tono
peyorativo debido a que nos remite a términos relativos a la mentira y a la
simulación, actitudes vistas con malos ojos en tierras católicas y familiari-
zadas con la Inquisición. Pero la dicultad en torno a lo que es cción no
fue una invención portuguesa. P. Jacob enfrentó problemas semejantes en
la elaboración de su Bibliographia parisiana y su Bibliographia Galliae, pu-
blicadas a mediados del siglo . Para hacer un reper torio, la producción
francesa también creó categoría s y subcategorías que permiten percibir las
dicultades de clasicación de los escritos. Se dividía la rúbrica Histori a
en historia eclesiástica, historia p rofana e historia mixta. Es fácil imag inar de
qué tratan la historia profana y la sag rada, pero no la historia mixta, aunque
se podría suponer como una mezcla entre lo sagrado y lo profano. Es decir,
actúa como una categoría comodín que comprendía la prosa periodística
y la prosa de cción. El género, aunque nuevo y sin pedigree, conquistó el
gusto del público lector europeo a lo largo de los siglos  y :
en un siglo en el que las novela s se multiplican con gran f acilidad, en una épo ca
en que milla res de autores están anualmente ocupados en compone r, traducir
o imitar novelas losóc as, históricas, caballerescas, fabulosas o mora les; en
que el hombre de Estado así como el par ticular, la joven chica y la madre de fa-
milia, tie nen casi siempre una novela abierta dela nte de sus ojos, tal vez sea útil
buscar la causa que produc e tal interés por ese género de producción e i ntentar
[] Denición propue sta para la palabr a fabular en la edic ión de .
[] De nición propuesta pa ra la palabra cticio en .
[] Ala in Viala, Nai ssance de l’ écrivain – sociolo gie de la litté rature a l’age clasique (Par ís: Les Édit ions
de Minuit, ), .

    
conocer los verdaderos motivos que hic ieron esos escritos tan diferentes u nos
de los otros en su plano, en sus de talles y en su esti lo cuando se trata de novelas.
Múltiples son las novedades percibidas: la cantidad de autores involu-
crados con esa producción, la abundancia y variedad de lectores, la poca
homogeneidad formal de los escritos. Como Grange, muchos intelectua les
se preocuparon por conocer «la causa que produce tal interés» y en des-
tapar las reglas de funcionamiento del género. En los siglos  y 
proliferaron los textos teóricos y críticos los cuales se divid ían en dos posi-
ciones extremas: identicar los defectos estructurales de las novelas y con-
denar los peligros que su lectura representaría al exaltar la «nueva» forma
y gloricar virtudes d iferentes. Algunas pistas acerca de las forma s de leer
novelas pueden rastrearse en estos textos que, al condenarlo o enaltecerlo,
acaban por describir lecturas y su s posibles efectos.
Los inconvenientes de las lecturas frívolas y lascivas
La idea de la lectura como fuente de pelig ros no aparece solo cuando se tra-
ta de novelas. La lectura en general era v ista como un riesgo para la salud,
[] «dans un s iècle où les romans se mult iplient avec une erayant e facilité; à une épo que où des
millier s d’auteurs sont an nuellement oc cupés à composer, tr aduire ou imite r des romans
philosophique s, historiques , chevaleresq ues, fabuleu x et moraux; où enn l’hom me d’État
comme le partic ulier, la jeune fem me comme la mère de fam ille, ont presque to ujours un roman
ouvert devant leu rs yeux, il est peut-être u tile de recherche r la cause qui at tache un tel inté rêt à ce
genre de product ions, et de s’appliquer à conn aître les vérit ables raisons qu i ont rendu ces écrit s
si diérens l es uns des autres da ns le plan, dans le s détails et da ns le style depuis que l ’occupe
de romans.» J.-B.-A. Gr ange, «Essai sur les roma ns», en Essais littéraires (París: Impremerie
de Lebel, ), -.
[] Utilizo e l término novela para referir me a las narrativas c ticias largas en p rosa, evitando la
variación de nome nclatura y las polém icas sobre una posible de nición formal del géne ro en
curso al na l del siglo  e inic ios del . En las cit as se mantuv ieron los térmi nos utiliza dos
por los autores.
[] Con relac ión a los peligros de l a lectura, ver Má rcia Abreu. «Percursos d a Leitura», en Leitura,
História e Hist ória da Leitura (Campinas: Me rcado de Letra s/ALB, São Paulo: ,  ),
-.

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