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La ley como reproducción de la violencia: reflexiones tempranas de Hegel sobre comunidad, inoperancia e interrupción

AutorMaría del Rosario Acosta López
Páginas15-43
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La ley como reproducción de la violencia:
reexiones tempranas de Hegel sobre
comunidad, inoperancia e interrupción
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A   edición ocial de las obras completas de Hegel, el Espíritu del
cristianismo y su destino (-), escrito en la época de Frankfurt, apare-
ce clasicado bajo la rúbrica de “escrito teológico”, este ensayo puede ser leído
también como uno de los primeros textos en los que Hegel comienza a construir
su pensamiento ético-político, que se hará más v isible y evidente en la época de
Jena, en algunos de sus escritos a nteriores a la publicación de la Fenomenología
del espíritu . Si bien es cierto que en dicho ensayo no aparece aún el concepto de
eticidad, noción desde la que Hegel desarrollará posteriormente sus críticas al
derecho moderno y a las situaciones ético-políticas que lo acompañan (y desde la
que, como he intentado mostrar en otros lugares, Hegel introduce una reexión
particula rmente interesante sobre la (im)posibilidad de la comunidad), ya en el
Espíritu del cristiani smo y su destino comienzan a verse claramente las primeras
Este trabajo hace p arte de una inves tigación en curso,  nanciada por Colc iencias en coordina-
ción con la Universidad de los Ande s, y titulada “ Narrativas de l a comunidad: polít ica y violencia”.
Agradezco es pecialmente a Adelaida Bar rera, a Nicolás Parra y a Féli x Torres por sus val iosos
comentarios al te xto y el apoyo en la lectur a y edición de varias d e sus versiones. Agradez co tam-
bién a Carlos Manr ique y a Diego Cagüeñas, porque sus inqu ietudes me han ayudado a ubica r
mejor la propuesta de Hegel en el espe ctro de las discu siones contemporáneas sobre la violenc ia
de la ley. Finalmente, a Igna cio Ávila, Catalina Gon zález y Ángela Uribe, quienes , como siem-
pre, tuvieron la pacienc ia de leerme y acompañarme en el pro ceso de edición nal de e ste texto.
Esta noción de eticidad, como re exión sobre la comunidad , adquiere una connota ción espe-
cialmente interes ante en la Fenomenología del espíritu, donde lo común apa rece atravesado por
una herida insa lvable, mostra ndo cómo la reexión de Hegel sobre la comunid ad puede aportar
elementos particu larmente fruc tíferos a la discu sión contemporánea sobre el tema. He i ntentado
mostrar esto en ot ros lugares. Cf. Acosta  a,  y .
 a la sombra de lo polí tico
formulaciones de su distanciamiento con respecto a cierta c oncepción del dere-
cho y de la ley, y de la relación que esta implica con una determinada noción de (o
mejor, ausencia de reexión sobre) la comunidad política. Como lo sugiere J. M.
Berns-tein en uno de sus comentarios a este texto de juventud (Bernstein ,
), la intención de Hegel en el ensayo parece ser llevar a cabo una “genealogía” de
la razón occidental moderna, rast reando los antecedentes, e incluso las primeras
manifestaciones históricas, de u na reexión sobre la soberanía y la dominación
que Hegel ve reproducida tanto en las concepciones modernas del Estado, como
en las del derecho, sobre las que las primeras construyen su funda mento.
Todo esto se lleva a cabo en el texto principalmente mediante una lectura
crítica de lo que, según el joven Hegel, se presenta históricamente como el “es-
píritu del judaísmo”, y cuyo destino queda determinado por lo que él denomina
allí la “absoluta objetividad” de la ley. La ley, concebida como el pilar sobre el
que, desde su absoluta exterioridad, este espíritu estructura e interpreta toda
relación con el mundo, con los otros y consigo mismo, trae consigo al menos
tres consecuencias, que Hegel estará interesado en señala r:
i) En primer lugar, su dominio pone en entredicho, como se verá, toda
posibilidad real de comunidad, al ubicar el actuar de c ada quien exclu-
sivamente en relación con la ley y en relaciones de oposición radical de
unos frente a otros. Frente a esto, Hegel plantea un punto de vista que,
gobernado por lo que él llamará en el ensayo la “lógica de la v ida”, pro-
pone concebir las relaciones de unos con otros como el suelo en común
sobre el que se llevan a cabo las acciones humanas, y con el lo, como el
pasaje en el que debe buscar moverse cualquier reexión ético-política .
ii) En segunda instancia, desde su pretendida imparcialidad, la ley ter-
mina reproduciendo, según Hegel, la violencia que ella misma busca
interrumpir, o a lo sumo neutralizar. Su carác ter objetivo y universal la
condena a sostener una concepción inmutable de la realidad, impidién-
dole relacionarse con ella en toda su multiplicidad y contingencia. Con
ello, anuncia Hegel, la realidad queda atrapada en una reproducción de
las heridas que le han sido inigida s, en lugar de lograr construir sobre
ellas un modo de ser en común.
iii) Finalmente, en la instauración de una relación de insuperable ser vidum-
bre frente a la ley (que, a su vez, según Hegel, termina también proyec-
tándose sobre las relaciones de unos con otros), queda eliminada toda
posibilidad de verdadera responsabilidad. La ley describe la culpa fre nte
al crimen a la manera de una deuda que puede ser sa ldada, reemplazando
toda noción de “verdadera responsabilidad” por una economía del cas-
tigo que busca solo la restauración del equilibrio, dejando sin respuesta
los reclamos de una realidad frac turada por el crimen.

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