La libertad individual y el orden social - Primera parte. La novela de crímenes y la anomia social - La novela de crímenes en América Latina: un espacio de anomia social - Libros y Revistas - VLEX 857331098

La libertad individual y el orden social

AutorGustavo Forero Quintero
Cargo del AutorDoctor Cum Laude en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca, por un estudio sobre el símbolo del espejo en la novela histórica de Germán Espinosa, y Magíster en Études Romanes de la Universidad de la Sorbona (París IV)
Páginas65-90
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LA LIBERTAD INDIVIDUAL Y EL ORDEN SOCIAL
La definición de anomia en un momento dado y en un sistema establecido
responde a finalidades de fijación lingüística que exceden, en el mayor número
de los casos, por no decir en todos, su naturaleza comunicativa para acceder
al campo de la política. La palabra viene del griego ανομια [anomia], sus-
tantivo femenino de la palabra ανομος [anomos], formada por α [a] —como
partícula negativa—, que significa “sin”, y νομος [nomos], que significa “ley”.
De aquí que en principio se defina anomia como negación de la ley, ilegali-
dad, falta de conformidad de la ley, o como violación y desacato de esta. El
punto de referencia, claro, es la norma establecida en un momento dado por
un grupo social determinado, y de esta manera la noción presupone la idea
anterior y posterior de un orden. De ahí surgen las diferentes definiciones.
Para el dLe, por ejemplo, el término “anomia” define un estado de “ausen-
cia de ley” o “conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas
sociales o de su degradación”; pero también puede suponer un “trastorno
del lenguaje que impide llamar a las cosas por su nombre”. La relatividad de
definiciones como estas constituye el problema que aquí se quiere enfrentar
estableciendo en un corpus no taxativo de novelas de crímenes de las distintas
regiones latinoamericanas una variedad de formas de lo que puede constituir
su materialidad. A grandes rasgos, se puede afirmar que en ellas se da cuenta
tangible de estadios en los que un individuo, representante de un colectivo
(su clase, su asociación o su gremio) o una comunidad (la familia, el grupo,
la ciudad, las instituciones, la nación…) no acata las leyes, actúa por fuera
de un orden, o sencillamente vive al margen de una normatividad legal. En
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Gustavo Forero Quintero
su contexto, las normas pueden faltar, ser contradictorias o haber perdido
vigencia; o, por una u otra razón, ser desconocidas por quien no las sigue, no
las puede seguir o no quiere seguirlas. En tal sentido, sus acciones pueden ins-
cribirse en el campo jurídico de la anomia y, a veces, del crimen, pero también
pueden erigirse como otras formas de definir el decurso de la organización
social, como un antecedente de procederes futuros. Comparar textos literarios
alusivos a distintos contextos sociales en estos términos permite relativizar el
etnocentrismo al cual tienden algunos estudios literarios y, en prospectiva,
los acercamientos sociológicos y jurídicos al tema de la conducta humana y
con ellos los sistemas legales mismos que se circunscriben normalmente a un
país. Al mismo tiempo, podría llevar a quienes lo hagan a verificar la realidad
y presunta objetividad de conductas consideradas como delitos. En efecto,
mientras que en un lugar una conducta puede ser sancionada penalmente,
en otro puede hacer parte de comportamientos admitidos, es decir, sin con-
secuencia penal alguna; o bien, mientras en un lugar la pena puede ser muy
alta, en otro esta disminuye o bordea los límites de una contravención. Por
su parte, la visión histórica de las novelas puede indicar que lo rechazado
en un momento preciso puede ser en un futuro lo permitido, o viceversa. El
aborto, la homosexualidad, el consumo de drogas o la eutanasia son ejemplos
ya clásicos del tratamiento nacional y arbitrario de las conductas punibles y
del vaivén mismo de las ideologías y la política en el tiempo y el espacio: en
unos países son severamente castigados y en otros escapan a la legislación
penal, hacen parte del campo de soberanía individual o sencillamente cuentan
con el apoyo o la protección estatal. Delitos como la rebelión, la asonada, la
desaparición forzada1 o la conspiración, que en algunas legislaciones perdu-
ran, constituyen un referente de comprensión de la progresión normativa en
función de las atribuciones de un Estado. Lo mismo que la extorsión, la ex-
plotación sexual, el tráfico de migrantes, el contrabando, el lavado de activos,
las apuestas ilegales, el turismo sexual, que, sin duda, surgen del desarrollo
mismo del modo de producción capitalista y tienen eco en la novela de uno
u otro contexto. La acción irregular pero impune de las multinacionales en
México se ilustra en la novela Los minutos negros de Solares, que se analiza en
el capítulo correspondiente, del mismo modo que en el penúltimo apartado
1 Respecto de la cual he publicado el artículo “La desaparición forzada en Colombia y Amé-
rica Latina y la suspensión del dolor en la literatura” (2016).

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