Libros castellanos. Emilio Bobadilla (Fray Candil). Bulevar arriba, bulevar abajo. Librería Paul Ollendorff, París - Reseñas en la revista Hispania - Años de vértigo. Baldomero Sanín Cano y la revista Hispania (1912-1916) - Libros y Revistas - VLEX 857284232
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Libros castellanos. Emilio Bobadilla (Fray Candil). Bulevar arriba, bulevar abajo. Librería Paul Ollendorff, París

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Vincent
AutorRafael Rubiano Muñoz/Juan Guillermo Gómez García/Baldomero Sanín Cano
Cargo del AutorSociólogo y magíster en Ciencia política de la Universidad de Antioquia/Abogado de la Universidad Externado de Colombia con estudios de filosofía en la Universidad Nacional de Colombia/Autor
Páginas352-354
352
LIBROS CASTELLANOS
EMILIO BOBADILLA (FRAY CANDIL).
BULEVAR ARRIBA, BULEVAR ABAJO.
LIBRERÍA PAUL OLLENDORFF, PARÍS
Revista Hispania, n.º 17, Londres, 1 de mayo de 1913, pp. 582-583.
BoBadIlla Ha deBIdo comenzar a escribir para los periódicos cuan-
do estaba en la escuela. Somos ya viejos los que nos deleitábamos
con sus páginas de combate en Suramérica hace treinta años, y
él ostenta aún en su figura y en sus maneras de escritor toda la
juventud que a sus aparentes contemporáneos les falta. Cuando
recuerda uno que Bobadilla fue amigo de Clarín, su rival en seguida,
su enemigo mortal a la postre; que se codeó con Martí, que era de
los asiduos corresponsales de Merchán, acude al pensamiento la
idea de que los años no pasan para algunas personas.
En el tiempo que ha pasado desde que Bobadilla empezó a es-
cribir, han desaparecido enemigos suyos, surgido nuevas figuras a
su rededor, se han aletargado grandes esperanzas; se han aceptado
y desechado nuevas teorías del arte; se han arrinconado sistemas
filosóficos y autoridades científicas. De todo esto ha tomado nota
Bobadilla en sus crónicas vivaces para la instrucción y deleite de
lectores premurosos. Y en presencia de tantos cambios él sigue
siendo el mismo Bobadilla de Capirotazos y solfeo.
Aquellos libros de una ferocidad espantable le infundían al
lector tropical de hace veinte años el pensamiento de que Boba-
dilla era un ogro capaz de comerse vivos a los niños de teta y a los
poetas hueros. Cuando se supo que estaba para llegar a Bogotá,

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