Manifiesto en pro de una sociología relacional - Núm. 4, Diciembre 2009 - Revista CS de Ciencias Sociales - Libros y Revistas - VLEX 397130710

Manifiesto en pro de una sociología relacional

AutorMustafa Emirbayer
CargoPh. D. en Sociología, Universidad de Harvard. Profesor de Sociología de la Universidad de Wisconsin-Madison. Áreas de interés: Clase de Análisis y Cambio histórico, Sociología Comparativa / Sociología Histórica, Etnometodología y Análisis de la conversación, Teoría social, Movimientos sociales, Acción Colectiva y Sociología de la cultura
Páginas289-333
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Mustafa Emirbayer
abstract
En la actualidad los sociólogos enfrentan un dilema fundamental: se debe
concebir el mundo social como conformado ante todo por sustancias o por
procesos, por “cosas” estáticas o por relaciones dinámicas y en constante desarrollo.
Un gran numero de académicos dentro de la sociología continúan implícita o
explícitamente prefiriendo el primer punto de vista. Los modelos basados en
la teoría de elección racional y los fundados en la norma, diversos holismos y
estructuralismos, y el análisis de “variables” estadísticas todos ellos apegados a
1 Me gustaría agradecer a Ronald Breiger, David Gibson, Jeff Goodwin, Michkle Lamont, Ann Mische,
John Mohr, Jeffrey Olick, Shepley Orr, Mimi Sheller, Charles Tilly y Harrison White por sus muy beneficiosos
comentarios en los primeros borradores. También me gustaría agradecer a los participantes en los seminarios en
la Universidad de Princeton y en New School for Social Research (Nueva Escuela de Investigación Social) y en
el Grupo de Discusión Mensual sobre Teoría y Cultura en la ciudad de Nueva York, por sus estimulantes críticas
y sugerencias. Dirija su correspondencia a Mustafa Emirbayer, Department of Sociology, New School for Social
Research, 65 Fifth Avenue, New York, New York 10003.
Sociologists today are faced with a fundamental dilemma: whether to conceive
of the social world as consisting primarily in substances or processes, in static
¨things¨ or dynamic, unfolding relations. Relational-actor and norm-based
models, diverse holisms and structuralisms, and statistical ¨variable¨ analyses
continue implicitly or explicitly to prefer the former point of view. By contrast,
this ¨manifesto¨ presents an alternative, ¨relational¨ perspective, first in broad
philosophical outlines, then by exploring its implications for both theory and
empirical research. In the closing pages, it ponders some of the difficulties and
challenges now facing relational analysis, taking up in turn issues of boundaries
and entities, network dynamics, casualty, and normative implications.
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la idea de que las entidades son más importantes y que las relaciones entre ellas
son secundarias predominan en gran parte de la disciplina. Sin embargo, los
investigadores cada vez más buscan alternativas analíticas viables, enfoques que
cambien radicalmente estas hipótesis básicas y que, por el contrario, describan
la realidad social en términos dinámicos, continuos y procesales.
El propósito de este “manifiesto” es mostrar las características esenciales del
anterior punto de vista. Comienza por la presentación de la perspectiva relacional
en forma de esquemas amplios (por medio de una comparación con los enfoques
sustancialistas a los que se enfrenta), y luego explora sus implicaciones tanto en
la investigación teórica como en la empírica. En las páginas finales, también
se pensará en torno a algunas de las dificultades y retos que ahora enfrenta el
análisis relacional. (Todo el ensayo se enfoca en gran parte en la ontología pero
ciertamente no de forma exclusiva haciendo a un lado preguntas relacionadas
con la epistemología.) No pretendo haber sido el primero en formular cualquiera
de estos temas; por el contrario, muchos sociólogos distinguidos, con un amplio
rango de perspectivas teóricas y empíricas, han estado trabajando durante mucho
tiempo dentro de un marco de de análisis relacional. En efecto, durante mucho
tiempo este mismo marco ha sido propuesto por pensadores sociales y filósofos,
podría decirse que este se remonta hasta la época de los Presocráticos. Tampoco
pretendo ser exhaustivo ni en mis discusiones textuales ni en las referencias
bibliográficas. “Pueden estar seguros de que, por cada idea, se podría citar
un gran número de discusiones e implementaciones importantes, a menudo
independientes: las ideas que tienen alguna importancia, o impacto, vienen
después de todo acompañadas, y no aisladas; el ensayista es entonces más que
todo un transcriptor de las ideas que se formulan fuera de sus redes” (White,
1994a: 4). Lo que he hecho aquí es solamente agrupar las diversas líneas de
razonamiento en torno a esta perspectiva (filosófica, teórica y empírica); aclarar la
manera en la que éstas presentan un reto importante a las premisas reinantes; por
lo tanto, también trato de prevenir un tipo de eclecticismo, la mezcla fácil de los
supuestos sustancialistas y relacionales, que vuelven parcialmente problemáticos
muchos estudios innovadores.2 La pregunta clave que confronta a los sociólogos
hoy en día no es “lo material versus lo ideal”, “la estructura versus la agencia”,
2 Después de haber presentado estos propósitos (además con limitaciones de espacio severas), ha sido
necesario suprimir otras dos clases de análisis que serían primordiales en un enfoque académico más completo:
una evaluación cuidadosa y juiciosa de las alternativas sustancialistas (que tendría un desarrollo muy prometedor
en la línea sustancialista de teorización, fortalezas perdurables en estos enfoques y en los demás) y una discusión
sobre las diferencias internas entre los mismos pensadores relacionales: los problemas, en otras palabras, que
los dividen y que los unen. En otras obras (Emirbayer y Mische, 1995; Emirbayer, 1996; Emirbayer y Sheller,
1996; Emirbayer y Goodwin, 1996, 1997), trato de desarrollar un modo específico de teoría relacional que
denomino pragmatismo relacional y defender sus fortalezas con respecto a la alternativa relacional y a los enfoques
sustancialistas.
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“lo individual versus la sociedad”, o ningún otro dualismo tan frecuentemente
notorio; más bien, es el escoger entre sustancialismo y relacionismo.
Pensamiento sustancialista y pensamiento relacional
La forma más adecuada para describir el punto de vista relacional con respecto
a la acción social y al cambio histórico es comparándolo con en el punto de
vista contrario: la perspectiva sustancialista, que toma como punto de partida
la noción de que son sustancias de varias clases (cosas, seres, esencias) las que
constituyen las unidades fundamentales de cualquier clase de investigación. El
análisis sistemático inicia con estas entidades autosostenibles que vienen “pre
formadas” y sólo después se consideran los flujos dinámicos que posteriormente
las involucran. “La relación no es independiente del concepto del ser real;
únicamente añaden modificaciones adicionales y externas a este último, sin afectar
su ‘naturaleza’ real” (Cassirer, 1953: 8). Un teórico social, Norbert Elias, señala
que el pensamiento sustancialista está muy asociado a patrones gramaticales
profundamente arraigados en lenguas occidentales. Una larga cita con respecto a
estos modos de habla y de pensamiento sirve adecuadamente como introducción
a esta perspectiva en términos generales:
Nuestros lenguajes se construyen de tal forma que, a menudo
podem os e xpresar únicam ente el m ovimiento cons tante o e l
cambio constante en forma que implica que tienen el carácter de
un objeto aislado en reposo y luego, casi como una idea de último
momento, se añade un verbo que expresa el hecho de que la cosa
con esta característica ahora está cambiando. Por ejemplo, al estar a
la orilla de un río observamos el flujo perpetuo del agua pero para
entenderlo conceptualmente y comunicarlo a otros, no pensamos
y decimos, “Miren el flujo perpetuo del agua”; sino que decimos:
“Miren qué rápido fluye el río”. Decimos: “Está sopla ndo el
viento”, como si el viento fuera realmente una cosa quieta que, en
determinado momento, comienza a moverse y a soplar. Hablamos
como si pudiera existir una clase de viento que no soplara. Esta
reducción de los procesos a condiciones estáticas, que llamaremos
un “procesoreducción” para abreviar, parece explicarse por sí mismo
para las personas que han crecido dentro de estos lenguajes. (Elias
1978: 11112)
En una poco conocida pero importante discusión, John Dewey y Arthur
F. Bentley (1949) distinguen entre dos variedades de enfoques sustancialistas.
Al primero lo denominan perspectiva de acción auto–orientada; en el cual
consideran que las “las cosas [...] actúan según sus propios poderes” (Dewey
y Bentley, 1949: 108), en forma independiente de las demás sustancias. Las
matrices relacionales en las que actúan las sustancias no proporcionan, según

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