El mundo ya hace cuentas del dividendo de la paz - 16 de Junio de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 642683849

El mundo ya hace cuentas del dividendo de la paz

k María Claudia Lacouture* k Especial para Portafolio La historia comenzó en los albores de la década de los noventa con la apertura económica, con el primer intento de reducir el proteccionismo, integrarnos al mundo, abrir mercados, competir, salir a la búsqueda de una Colombia moderna. Comenzamos bien, algo tarde y con altibajos, y hoy nos encontramos frente a un mundo de grandes y pequeñas barreras que necesitamos superar con determinación. Si la misma determinación con la que comenzamos en ese entonces se hubiera mantenido, hoy sería otro cantar, tendríamos un país más depurado en sus procesos, más ágil en sus procedimientos y en los trámites, con menos exigencias y mejores prácticas. Es cierto que respondimos a una compleja situación interna minada por la economía subterránea del narcotráfico y la amenaza permanente de la violencia, con complejos vaivenes en las relaciones internacionales, resistiendo a crisis externas, aunque también es cierto que nuestras instituciones se mantuvieron sólidas e, incluso, a veces, más papistas que el Papa. En ese escenario de inseguridad y temor aperturista, nuestros empresarios fueron conservadores, tímidos frente al reto de diversificar e innovar, enfocados en pocos mercados y en el creciente consumo interno, hasta que el vecindario andino, que había sido el socio natural, se fracturó, y aunque la bonanza petrolera mundial nos mantuvo varios años con buenos saldos a favor, hoy Colombia se encuentra con la balanza desequilibrada, si bien frente a un escenario de oportunidades, ante un inminente acuerdo paz, en la antesala de un posconflicto con alta rentabilidad. A partir de 1992 se rompieron unos mitos, se lograron avances para ampliar las fronteras comerciales, viajó la primera misión a Asia en la búsqueda de socios y mercados, abrimos camino, pero vacilamos en el proceso, titubeamos a la hora de concretar: si lo hubiéramos hecho con más determinación hoy tendríamos un país diferente. La primera década del nuevo siglo fue determinante para recuperar la seguridad y la confianza, sin que nuestro brazo productivo soltara el freno de mano. La caída del precio de los hidrocarburos y de los minerales dejó al descubierto nuestras debilidades, nos recordó que dependemos de los commodities, que seguimos atados a pocos productos, a las tasas de cambio, a la baja sofisticación, al aislamiento empresarial, a la desarticulación institucional y a las brechas intrarregionales. Hoy, cuando tenemos el WEF repitiendo...

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