No "estudiar al subalterno", sino estudiar con grupos sociales "subalternos" o, al menos, estudiar articulaciones hegemónicas de poder. - Vol. 26 Núm. 1, Enero 2014 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 557918450

No "estudiar al subalterno", sino estudiar con grupos sociales "subalternos" o, al menos, estudiar articulaciones hegemónicas de poder.

AutorMato, Daniel
CargoTraducci
Páginas237(28)

Proporcionar una breve historia de este texto ayudará a contextualizar su lectura (1). Se trata de la versión revisada de una ponencia que presenté en la conferencia "Cross-Genealogies and Subaltern Knowledges", (2) que se celebró en la Universidad de Duke, entre el 15 y el 17 de octubre de 1998. (3) Esta conferencia fue, sobre todo, una reunión del Grupo de "Latin American Subaltern Studies Group" (4) (LASSG, por su nombre en inglés), a la que fueron invitados unos pocos colegas que no eran miembros del grupo y que ni siquiera enmarcaban su trabajo dentro de las ideas de la "subalternidad". Yo fui uno de ellos. (5) Encontré la invitación motivante y traté de preparar un documento que estimulara el debate y resultara útil para un proyecto intelectual dinámico y valioso. Tal interés subyace en este texto y ayuda a revelar su carácter. Los comentarios de los revisores de Nepantla (6) sobre mi artículo siguieron una vena similar y así enriquecieron mi elaboración sobre el tema. Leer estos comentarios y escribir la presente versión revisada me ha llevado a la siguiente conclusión: nuestros enfoques, aunque diferentes, comparten algo muy importante, ambos enfocan en cultura y el poder, son motivados por una cierta "sensibilidad al poder" o atención hacia las cuestiones de poder inherentes a la experiencia social, así como a nuestras propias prácticas como intelectuales. Esta conclusión explica por qué mi artículo tiene un cierto tono de autorreflexión y narrativa personal.

A la luz de estos aspectos de la historia del documento, he decidido dedicar este texto a ofrecer una crítica a la idea de "estudiar al subalterno", un elemento central del LASSG, enunciada en su declaración fundacional (1993, p. 110). A partir de tal declaración y de su orientación general, así como del trabajo de la mayoría de los miembros del grupo, uno puede asumir que "el estudio de los subalternos" no define por completo el carácter del proyecto. Sin embargo, es un aspecto crítico de la declaración de principios y, desde mi punto de vista, es una problemática ética, política y epistemológica que exige un juicio crítico. De hecho, pienso que este objetivo no debería permanecer en la declaración fundacional de tal proyecto intelectual, porque es una reminiscencia de la tradición de los estudios del área; no obstante, la presencia de esta idea en la declaración no es un accidente. La noción de "estudiar al subalterno" y su legado reflejan el contexto institucional de la creación del grupo; no es casual que surja en el contexto universitario de Estados Unidos y esté dedicado al estudio de casos en una región particular o área del mundo fuera de ese país: América Latina. A mí me parece que, independientemente de la orientación fundamental del grupo, estas circunstancias han contribuido a un mantenimiento acrítico de la tradición de los estudios del área. Foucault (1980) es sugerente sobre esta cuestión, porque hace hincapié en cómo los mecanismos de control y delimitación de los discursos nos obligan a considerar el contexto institucional de la producción de uno de ellos, lo que ayuda a explorar tanto sus prejuicios como las posibles maneras de transformarlo.

Los debates actuales sobre nuevos enfoques para los estudios del área, que comenzaron en Estados Unidos hace unos cinco años, han facilitado el entendimiento de que los estudios del área (tanto en Estados Unidos como en Europa Occidental) han sido históricamente marcados por los intereses imperiales u otras formas de dominación transnacional e internacional. Como se sabe, esta situación no se originó durante la Guerra Fría, sino que ya existía y fue intensificada por ella. Además, el fin de la Guerra Fría ha tenido un lugar destacado en la versión actual de los estudios del área, en las concepciones establecidas y en gran parte del debate, así como de las actuales propuestas para reformar los estudios del área, emergen de esta situación histórica. Aunque algunas de estas revisiones logran más que desmantelar ciertos efectos de la política de la Guerra Fría, la mayoría de ellas no desafía las relaciones globales de poder establecidas de manera efectiva y duradera. Por ejemplo, las críticas actuales de los estudios del área cuestionan la tradicional concepción de fronteras geográficas y culturales, así como las preguntas de investigación y las interrelaciones entre las áreas y disciplinas, pero rara vez se discuten los supuestos epistemológicos fundamentales anteriores a ese período. Una muestra de dicha suposición es la idea de estudiar a "otros" con el fin de escribir y enseñar acerca de "ellos" en lenguas extranjeras a los "estudiados". Las intenciones y presuposiciones que arrojan los estudios de esta naturaleza no pueden permanecer sin examen ni respuestas.

Por lo tanto, los esfuerzos para revisar los estudios del área, que implican la discusión de "estudiar al subalterno", deben ser contextualizados en el interés de dar forma a nuestras agendas de investigación. Es ética, política y epistemológicamente imperativo que los investigadores hallen maneras de promover la incorporación consciente de los grupos sociales en las agendas de investigación, pues, por lo general, son tratados como objetos de estudio. La experiencia me ha enseñado que su incorporación en nuestra investigación, desde su inicio, se opone a la práctica establecida de la construcción de "comunidades locales" como objeto de estudio, con lo que cambia nuestro enfoque de investigación. Se puede modificar el estudio "del" otro (por ejemplo, "el subalterno") para estudiar "con" ese otro. Si ese ambicioso proyecto no es posible para algunos de nosotros, al menos podemos pasar de "estudiar al subalterno" al estudio de las prácticas de los agentes globales como el Banco Mundial o la Agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo y las articulaciones de poder que conectan la hegemonía doméstica con agentes locales. Este importante cambio de enfoque puede producir un conocimiento que sirva a los grupos sociales interesados por aprender sobre las articulaciones globales y locales de poder, las prácticas hegemónicas globales y las prácticas de los agentes domésticos y cómo estas afectan sus vidas.

Desde este punto de vista, sugiero que la idea de "el estudio del subalterno" no solo debe ser expurgada o limitada en su alcance dentro de la mencionada declaración, como ya se sugirió (1993, p. 121). La idea de estudiar al subalterno requiere una crítica profunda cuyas consecuencias deben ser exploradas. De hecho, la declaración del LASSG contiene propuestas que sugieren un punto de partida productivo, como "la construcción de nuevas relaciones entre nosotros mismos y los humanos contemporáneos que se postulan como objetos de estudio" (1993, p. 121). En este artículo me propongo comenzar con esta sugerencia y ampliarla al esbozar un cambio ético y político con consecuencias epistemológicas y teóricas significativas. Por tanto, quiero desafiar a la prevaleciente división del trabajo intelectual, en particular porque privilegia prácticas "académicas" a costa de la exclusión de las prácticas "intelectuales" que desafían preguntas de investigación establecidas, fronteras disciplinarias, intereses teóricos y métodos. No pretendo proponer algo novedoso, sino contribuir a un debate en curso que ocurre tanto en América Latina como en Estados Unidos y otras latitudes. Ejemplos específicos de prácticas "intelectuales" pioneras que se han producido en América Latina en las últimas décadas--como las llevadas a cabo por Paulo Freire y Orlando FalsBorda, por ejemplo--, sin duda, merecen una mención; por esto, voy a comentar brevemente su trabajo.

Antes de revisar estos esfuerzos con mayor detalle, me gustaría volver a la declaración fundacional del LASSG. Esta descansa en la idea de que América Latina es un "área" de estudio en la que ciertos grupos sociales, como "el subalterno", son identificados e investigados. Este no es el momento apropiado para discutir un tema que merece un análisis más profundo (Mato, 1998b), pero en resumen, América Latina no es una "región natural", sino un sistema históricamente construido de representaciones confinadas, por lo general, a los puntos de referencia geográficos que privilegian los así llamados Estados latinoamericanos. Las referencias geográficas causan problemas al omitir poblaciones importantes que viven fuera de una región específica. Por ejemplo, un número significativo de personas nacidas en países de América Latina ha emigrado a Estados Unidos y parte de Europa Occidental, otro es descendiente de los primeros inmigrantes y otro más remonta su ascendencia a poblaciones que nunca migraron, pero cuyos territorios históricos fueron anexados a Estados Unidos, como Puerto Rico y los estados sureños que alguna vez fueron parte de México. Poblaciones como estas, que no encajan en un marco del Estado-Nación geográfico, representan alrededor de treinta millones de personas, una cifra significativa no solo en términos cuantitativos, sino también cualitativos. Una porción relevante de este "mundo" que escapa a la definición geográfica se considera "subalterno" en Estados Unidos.

El LASSG está compuesto por académicos de diversos orígenes (algunos de ellos nacidos en países de América Latina) que trabajan y viven en Estados Unidos. No veo ningún problema con su compromiso con la construcción de nuevas relaciones y con que se dediquen a estudiar "junto con el subalterno" a diversos grupos sociales en la llamada América Latina, pero ¿qué tal hacer un compromiso similar con los grupos sociales "subalternos" en los Estados Unidos? ¿No se debe prestar especial atención a los identificados bajo la etiqueta de "latino"? ¿Qué pasa con los demás? Propongo que una prometedora revaluación del proyecto intelectual del LASSG debe considerar los tres cambios descritos en este artículo: a) un cambio desde el estudio "del subalterno" hacia el estudio "con" los grupos sociales "subalternos"; b) en caso de...

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