Paramilitarismo y Estado - Paramilitarismo. Violencia y transformación social, política y económica en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 857250583

Paramilitarismo y Estado

AutorRaul Zelik
Cargo del AutorEscritor, periodista y politólogo alemán
Páginas79-147
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4. PARAMILITARISMO Y ESTADO
Uno de los temas más controvertidos del debate académico y político en Co-
lombia ha sido la relación que han sostenido los paramilitares y el Estado du-
rante los últimos 25 años. En el 2005, en pleno proceso de negociación entre
el gobierno Uribe y las AUC, García-Peña señaló (ibíd.: 59):
Pero sin duda el principal carácter diferenciador del paramilitarismo es su relación
con el Estado. Para unos, el paramilitarismo es una política de terrorismo de Esta-
do, mientras que para otros se trata de una respuesta a los abusos de la guerrilla de
ciudadanos desamparados por la ausencia del Estado: curiosamente, tanto para unos
como para otros, la responsabilidad del Estado es central, por acción o por omisión.
Inicialmente, hubo dos posiciones claramente enfrentadas en el debate.
Por un lado, el Gobierno, el Ejército y los mismos paramilitares negaban una
alianza entre el Estado y el paramilitarismo; o trataban, por lo menos, de restarle
importancia. La izquierda política, en cambio, afirmaba que sí existía semejante
alianza, con lo cual legitimaba su propia posición antagónica frente al Estado.
Con la diferenciación del ámbito político en la década de los noventa, las
lecturas analíticas empezaron a diversificarse. Partidos, ONG y académicos
de centro y centro-izquierda empezaron a sostener que, si bien antes había
existido una vinculación sistemática entre el Estado y las “autodefensas”, este
tipo de colaboración ya había terminado y los lazos que aún existían debían
entenderse más bien como una “infiltración del Estado” por parte de los
paramilitares. En este sentido, se hablaba del carácter autónomo que había
adquirido el paramilitarismo, e incluso de un enfrentamiento creciente entre
las “milicias derechistas” y el Estado.
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Raul Zelik
Romero (2005) y González, Bolívar y Vázquez (2004) expusieron un plan-
teamiento más complejo, que sin embargo arrojó conclusiones similares, y
que parece haberse impuesto en el debate sobre el tema en Colombia. Los
investigadores de la Corporación Nuevo Arco Iris y del Cinep, respectivamen-
te, parten de una fragmentación del Estado, que ven como producto de una
rebelión de ciertas élites regionales, que se opusieron a las negociaciones de
paz de la década de los ochenta y noventa.
Cruz Rodríguez (2007) elaboró una bibliografía crítica de las investigacio-
nes sobre el paramilitarismo, en la que distingue cuatro lecturas diferentes de
este fenómeno:
1. Los paramilitares son un instrumento estatal de contrainsurgencia (cf.
Medina Gallego 1990, Medina Gallego y Téllez 1994).
2. El paramilitarismo obedece a alianzas regionales y a dinámicas de frag-
mentación (cf. Romero 2005, González, Bolívar y Vázquez 2004).
3. El paramilitarismo terminó independizándose del Estado y de las Fuerzas
Militares (cf. Rangel 2005b).
4. El paramilitarismo solo puede ser comprendido con base en la lógica
económica del narcotráfico (por ejemplo, cf. Cubides 2005a, Duncan 2005 y
2006).
Antes de discutir estas perspectivas analíticas, es necesario examinar si las
relaciones entre el Estado y el paramilitarismo realmente se modificaron en el
transcurso de su existencia.
4.1. fundamEntos dEl paramilitarismo: rEoriEntación
dE la EstratEgi a militar dEsdE 1960
Como ya se mencionó anteriormente, si las bandas conservadoras propicia-
das por el Gobierno conservador durante la Violencia (los llamados pájaros
o chulavitas) pueden ser consideradas paramilitares o no, es un tema contro-
vertido. Mediante masacres y asesinatos selectivos estas bandas provocaron
desplazamientos masivos de la población rebelde, actuando de modo similar
al paramilitarismo décadas después. Asimismo, la violencia de los pájaros o
chulavitas se dirigía contra el mismo tipo de población que es víctima del para-
militarismo actual, es decir, pequeños campesinos, sindicalistas, militantes de
partidos de izquierda, entre otros. Gloria Gaitán (2004), hija del líder liberal
Jorge Eliecer Gaitán, afirma, por lo tanto, que las prácticas de los chulavitas
habrían sido el resultado de una estrategia contrainsurgente diseñada por
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Paramilitarismo. Violencia y transformación social, política y económica en Colombia
asesores internacionales. En este contexto, sin embargo, se podría objetar que
los chulavitas estuvieron menos ligados a intereses del Estado o de las Fuerzas
Militares que a los intereses de un partido concreto.
Por esta razón, resulta más acertado buscar las raíces del paramilitarismo
colombiano algunas décadas más tarde. Según los autores del archivo Noche
y Niebla1 (2003, 2004) y Noche y Niebla & Credhos (2005), el paramilitarismo
surgió en el contexto geopolítico de los años sesenta. En esta época EE.UU.
propagó la conformación de grupos paramilitares para frenar el avance de las
insurgencias revolucionarias en el mundo. Igual que Klare (1988), los autores
de Noche y Niebla señalan que, después de la Revolución cubana, EE.UU.
impulsó la expansión preventiva de la Doctrina de Seguridad Nacional en todo
el subcontinente latinoamericano (Noche y Niebla 2004: 17). Ya en 1959, es
decir, cinco años antes de la fundación de las guerrillas de las Farc y el ELN,
el país norteamericano le propuso al Gobierno colombiano medidas enérgicas
para enfrentar posibles retos insurgentes (Rempe 1995). Pocos años después,
en 1962, una misión militar bajo el mando del general William Yarborough2
se desplazó a Colombia para presentar un informe sobre el estado de las
Fuerzas Militares colombianas. La comisión les recomendó a las autoridades
colombianas conformar estructuras cívico-militares que asistieran al Ejército
en “funciones de contrainteligencia y contrapropaganda y, si fuera necesa-
rio, también en la ejecución de actividades paramilitares de sabotaje contra
conocidos defensores del comunismo”. Este tipo de estructuras “debe tener
el apoyo de los Estados Unidos”, escribió en su informe la misión militar de
Yarborough (U.S. Army Special Warfare School, “Subject: Visit to Colombia,
South America, 26 February 1962”, citado en Human Rights Watch 1996).
En ese momento estas recomendaciones, sin embargo, no condujeron aún
a la conformación de grandes unidades paramilitares, como se las conoció
en la década de los noventa. El Ejército colombiano, que durante el periodo
1 En el mismo Cinep ha habido interpretaciones muy diversas del fenómeno paramilitar. Mien-
tras Noche y Niebla entiende el paramilitarismo como terrorismo de Estado, la dirección del
Cinep siguió una línea menos polémica, tal como se refleja en la tesis de la fragmentación
planteada por González, Bolívar y Vázquez (2004).
2 El veterano de la Segunda Guerra Mundial, William Yarborough, fue pionero de la guerra
irregular estadounidense. Como comandante del Centro de Guerra Especial y de la Escuela
de Guerra Especial (Special Warfare School) de Fort Bragg, Yarborough lideró la conforma-
ción de los Green Berets, una unidad élite contrainsurgente que actuó por primera vez en
la guerra de Vietnam. Asimismo, Yarborough aplicó sus conocimientos dentro de EE.UU.
Tras las rebeliones afroamericanas en Detroit y Newark en 1967, Yarborough ayudó a desa-
rrollar archivos ilegales de inteligencia sobre las actividades de la oposición estadounidense
(Washington Post 7.12.2005).

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