Poder político del Congreso
| Autor | Laura Wills-Otero - Angelika Rettberg |
| Páginas | 247-264 |
Capítulo cuarto
Poder político del Congreso
Presentación y operacionalización de la variable
La función de legitimidad que concentra el Estado, como epicentro político
del conjunto estructural de la sociedad, es la razón fundamental de su cumpli-
miento funcional de cohesión de los niveles estructurales y de organización de
la clase dominante. Sin embargo, la legitimidad se reparte entre los diferentes
centros de poder político del Estado, pero se tiende a concentrar, en las demo-
cracias representativas, en el legislativo y el ejecutivo como centros principales
de la estructura política. En tal sentido, es allí donde hay que buscar la manera
como se distribuye la legitimidad y en cuál de los dos centros políticos se ex-
presa en última instancia el predominio del poder político institucionalizado.
En el caso colombiano, ciertos expresiones de grupos parlamentarios,
como “la disminución de la iniciativa legisladora del Congreso”, “el poder
desmedido del Ejecutivo o la intromisión del presidente en el trabajo del
Congreso”, obedecen a una clara tendencia de aumento del poder político
del Ejecutivo frente al Legislativo, en el curso de las últimas décadas. Esto,
como se ha señalado varias veces en este trabajo, implica una compensación
defensiva estructural, para lograr una mayor eciencia en la organización po-
lítica de las fracciones de clase dominantes, ante la creciente dicultad de esta
función en el Congreso y en los partidos políticos, aparte de la complejidad
burocrática de ejecución administrativa.
Lo cierto es que el predominio del Ejecutivo es un hecho innegable que
ha polarizado las opiniones, pues mientras unos grupos están de acuerdo
con el fenómeno por diferentes razones, otros lo rechazan con distintas argu-
mentaciones. Así, por ejemplo, en el caso de los que lo deenden, sostienen
que es una tendencia universal de las naciones y, por tanto, una necesidad
E C R C
de modernización del Estado. En este sentido, el Ejecutivo tiene que reempla-
zar la ineciencia del Congreso y, para acelerar el desarrollo, tener una mayor
capacidad de decisión. Quienes impugnan el hecho, hablan de la disminución
de la democracia en el Estado, por la propensión al socialismo, o de la coacción
de los principios de libre empresa en detrimento de la expansión económica.
En medio de estos dos tipos de opiniones, lanzadas indistintamente, incluso
por los mismos grupos de acuerdo con la conveniencia de sus intereses en
juego en los momentos conictivos, está la opinión pública que uctúa de
acuerdo con el ensalzamiento o la crítica que hagan los órganos de difusión
pública de los grupos dominantes sobre la labor del Congreso. Dentro de esta
tónica, se ha venido observando últimamente un desprestigio del Legislativo,
propiciado por las mismas fracciones políticas dominantes en su afán de co-
rregir las fallas de desorganización de la dominación en el bipartidismo tra-
dicional y en el Congreso. Así, ha entrado a operar la contradicción entre la
necesidad de mantener la imagen democrática, con la existencia funcional del
Congreso, y la dicultad de sostener la dominación en el Parlamento con tal
funcionalidad. Esta contradicción ha tendido a desviarse hacia el plano de la
violación de las reglas de juego del sistema, establecidas por los mismos gru-
pos dominantes que estructuralmente facilitan el campo para su impugnación.
Con el n de medir la tendencia de evolución del predominio político del
Ejecutivo frente al Legislativo, se construyeron dos indicadores basados en los
índices de producción legislativa, utilizados en la primera etapa de medición
de la variable eciencia legislativa. El número de leyes sancionadas en cada año
legislativo (producción legislativo absolut a) se clasicó según su iniciativa pro-
viniera del Ejecutivo o del Legislativo. A la vez, se hizo para cada clasicación
la separación por semestres ( de julio a de diciembre y de enero a de
julio), que corresponde aproximadamente a las sesiones ordinarias y extraor-
dinarias y especiales respectivamente, con las salvedades señaladas en el capí-
tulo anterior. A este indicador se le asignó el nombre de poder político absoluto
según iniciativa legisladora. De la misma forma, tomando la producción legis-
lativa relativa, según la concepción expuesta al comienzo del capítulo anterior,
se estableció la misma clasicación por origen de la iniciativa y por semestres
legislativos, para denir el puntaje ponderado para cada clasicación. A este
indicador se le llamó poder político relativo según iniciativa legisladora.
Con estos dos índices, se pretendió identicar, a través del origen de pre-
sentación de los proyectos de ley (ejecutivo o legislativo) al Congreso, las ten-
dencias de predominio del poder institucional del Estado en sus dos centros
principales. En el análisis subsiguiente se tratará el proceso entre los años legis-
lativos - y -, por las razones de dicultad de consecución de
datos para años más recientes, según se expuso en el capítulo sobre eciencia
legislativa.
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