Ponencia para primer debate al proyecto de ley 117 de 2001 cámara - 10 de Diciembre de 2001 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 451253262

Ponencia para primer debate al proyecto de ley 117 de 2001 cámara

PONENCIA PARA PRIMER DEBATE AL PROYECTO DE LEY 117 DE 2001 CÁMARA. por medio de la cual se declara Monumento Nacional y Patrimonio cultural el Templo Parroquia de la Santísima Trinidad de los Muzos, del municipio de Muzo, departamento de Boyacá.

Honorables Representantes:

Por disposición de la Mesa Directiva de la Comisión Segunda de la honorable Cámara de Representantes, me ha correspondido rendir ponencia para primer debate al Proyecto de ley número 117 de 2001 Cámara, por medio de la cual se declara Monumento Nacional y Patrimonio Cultural el Templo ¿Parroquia de la Santísima Trinidad de los Muzos¿ del municipio de Muzo, del departamento de Boyacá; cuya autora es la honorable Representante Irma Edilsa Caro de Pulido.

Con esta iniciativa se busca, fundamentalmente, resaltar el valor histórico del templo y garantizar su restauración, conservación y cuidado.

Reseña histórica

Muzo, población ubicada al occidente del departamento de Boyacá, fue fundada por los conquistadores en 1559, tras intensas batallas entre tropas españolas y la tribu de los muzos. Según los registros históricos la conquista y colonia de esta población boyacense fue un proceso especialmente difícil por la resistencia de los aborígenes para impedir el ingreso de los españoles al territorio que habitaban. Cientos de soldados españoles al mando de destacados militares, entre ellos el capitán Luis Lancheros integrante de la guardia del emperador Carlos V, fueron derrotados por los muzos. Después de varios intentos el capitán Diego Martínez, enviado por el gobernador del Nuevo Reino don Alonso Luis de Lugo, logró el dominio del codiciado territorio.

Los historiadores han señalado en reiteradas ocasiones que los indicios sobre la existencia de minas de esmeralda en la región, fue la motivación principal para que los españoles insistieran hasta lograr su proyecto colonizador. Desde los primeros días de ocupación de la naciente población, sus nuevos habitantes se encontraron por doquier con las esmeraldas. Al respecto Rafael Domínguez, en su obra Historia de las esmeraldas colombianas, señala: ¿Caracoleando un caballero por la plaza de la ciudad recién fundada vio chispear bajo los cascos de su caballo un fragmento de aquellas piedras. Apresurose a recogerlo y aun cuando comprendía muy bien lo que eso significaba, preguntó a un indio por el nombre del mineral. ¿Tap‑y‑acar¿ ¿fue la respuesta¿, que en su lengua quería decir piedra verde, y le habló de unos cerros en donde había muchas. Se trataba, en efecto, del cerro de ¿Itoco¿; otros han hecho referencia al hallazgo de la preciada joya en el buche de las gallinas.

Aunque se conoce como fecha del descubrimiento de las minas de esmeralda el 9 de agosto de 1564, todo apunta a que fue antes, porque según se desprende de los documentos tomados del Archivo General de Indias de Sevilla de España, el presidente Andrés Díaz Venero de Leyva el primero de enero de 1564 escribía desde Santafé al Rey dando cuenta del estado en que encontró el Nuevo Reyno y entre otras muchas cosas le decía: ¿Treinta leguas de esta ciudad fue Dios servido, después de mi llegada, que se haya descubierto minas de esmeraldas en un pueblo que se llama La Trinidad en las provincias de Muzo de las cuales envío a vuestra majestad un pedazo de la madre de las mismas minas y otras que los oficiales envían quintadas¿.

Confirmada la riqueza de la región y luego de obtener muestras de muy buena clase, varios españoles emprendieron la tarea de interesar a otros en la explotación del mineral; es así como en 1567 empezó a operar la primera compañía dedicada a la explotación en gran escala. Por su parte, la corona ordenó la reglamentación de un tributo sobre las esmeraldas, el cual fue más alto que el impuesto al oro y la plata.

En los años siguientes al descubrimiento, Muzo fue objeto de esmerada atención por parte de los españoles, los mandatarios tuvieron pleno poder para darle mejor forma de Gobierno y hasta se erigió una Caja Real. Sin embargo paulatinamente se fue acentuando la decadencia comercial, hasta el punto de que en la Cédula Real del 4 de mayo de 1648 se ordenó su incorporación al corregimiento de Tunja; muchos atribuyeron este episodio, lo mismo que los derrumbes de los socavones y los constantes accidentes en las minas, a la leyenda de la maldición de la princesa Coscuez, diosa de los muzos.

A la par con el proceso de colonización en Muzo se llevó a cabo la evangelización a cargo de comunidades de dominicos, franciscanos y agustinos que hicieron presencia en la ciudad esmeraldífera. Cada congregación construyó su convento y centro religioso y se dedicó a hacer fructífera su tarea misionera. Precisamente uno de esos centros, constituye la base física e histórica del Templo Parroquia de la Santísima Trinidad de los Muzos¿, objeto del presente proyecto de ley.

La construcción del Templo fue ordenada por el obispo Juan de los Barrios, quien encargó al padre franciscano Juan de Santa María, natural del Reino de Navarra, de la provincia de Aragón, para que estuviera al frente de la obra, nombrándolo posteriormente párroco. Este religioso ofició la primera misa en el año de la fundación de Muzo y permaneció allí hasta su muerte. Su cuerpo fue sepultado en la misma iglesia y se cree que sus restos estaban entre los encontrados recientemente cuando por hundimiento del piso, y columnas se descubrieron los túneles subterráneos del templo, construidos por los españoles para comunicarse secretamente entre los conventos y transportar las esmeraldas, evitando de esta manera el atraco y el saqueo. Este episodio permitió comprobar la tesis de la existencia de un cementerio indígena y de sacerdotes debajo de la edificación religiosa.

Así lo atestigua el señor César Porras, oriundo de Muzo interesado desde niño en la historia de su tierra y en la investigación de cada uno de los episodios y elementos de ese apasionante rompecabezas del pasado y presente de esta rica población colombiana. El conoce palmo a palmo su pueblo y da cuenta de los túneles existentes debajo de cada una de las calles y construcciones. Fue el artífice de proyectos como el del Museo Arqueológico de Muzo, en el que se exhiben piezas, cerámicas y material lítico que recopiló durante años y se desempeño como director de la Casa de Cultura que lleva en nombre de ¿Odas de Abipí¿ en honor a un indio muzo, famoso en la región porque tocaba tambor, flauta, pito, cascabeles y componía hermosos poemas.

El templo de Muzo está dedicado a Nuestra Señora del Rosario de la Naval, patrona de la Armada...

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