Presentación - Núm. 33, Enero 2021 - Revista Oasis - Libros y Revistas - VLEX 852184570

Presentación

AutorMartha Ardila
CargoEditora
Páginas1-2
1
OASIS, ISSN: 1657-7558, E-ISSN: 2346-2132, N° 33, Enero - Junio de 2021, pp. 1-2
* doi: https://doi.org/10.18601/16577558.n33.01
Presentación*
Hace apenas un año nadie se imaginaba que
fuese a ocurrir una pandemia como la del
Covid-19, que hoy padecemos. En temas de
diplomacia sanitaria, los estudiosos de las re-
laciones internacionales poco o casi nada nos
habíamos interesado. Es a partir de entonces,
que comenzamos a examinar sus implicacio-
nes en el ámbito internacional y comparativo,
vinculándolo principalmente con la crisis
multidimensional que, en particular, padece
América Latina. Y en especial, con la evolución
de la incidencia de muy nuevos actores que,
en ocasiones, son intangibles y volátiles, o que
también pueden ser construcciones de ideas.
Durante muchos años, el Estado se vio
y analizó como el actor prioritario de las rela-
ciones internacionales. Su radio de acción fue
variando con la aparición de nuevos temas,
amenazas, problemáticas, dinámicas y actores
del sistema internacional, dando lugar a una
mutación que coloca al Estado en cuidados
intensivos y con riesgos de defunción.
De ahí que empiece a analizarse una di-
plomacia no tradicional, producto de la mo-
vilidad y crisis de identidad del Estado en las
relaciones internacionales, pero no solo ello,
sino de las nuevas funcionalidades de este actor
que, con seguridad, sobrevivirá pero que deberá
compartir, aún más, su soberanía con actores
no gubernamentales, algunos estructurales,
articulados, con visibilidad pero que también
podrían ser temporales y volátiles. Esta llamada
diplomacia pública realizada por actores estatales
y también por no gubernamentales, ciudades,
regiones, grupos étnicos, empresarios, ong…,
pertenecen en ocasiones a consorcios públicos
y privados. Algunos cuentan con una alta
legitimidad “técnica” e influencia en diferentes
sectores de la sociedad.
Estas nuevas acciones se ubican en una
diplomacia pública y un poder blando que
cada vez se hace más complejo y también más
fragmentado. No es solo aquel del que nos habla
la teoría de la interdependencia sino que requiere
de la construcción de nuevos paradigmas en
los que la interlocución y actores cada vez
menos tangibles desempeñarán un importante
rol. Y con ello nos referimos no solo a las
comunicaciones (y la información en ocasiones
de noticias falsas) sino a la tecnología, la velocidad
y el uso de las redes sociales que plantean nuevos
desafíos a esas nuevas diplomacias. El saber
interpretar lo que quiere la ciudadanía de su
política exterior hace parte de esa diplomacia
pública que va más allá de mejorar la imagen del
país en el exterior o de mostrar también esa cara
amable y distensionante (como es, por ejemplo,
el arte y la música...) de la política exterior. Hoy
en día la diplomacia es hacia fuera, pero también
hacia adentro.

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