Los primeros años: de militante conservador a comunista - El relato autobiográfico - La paz, un largo proceso. Relato autobiográfico de Alberto Rojas Puyo - Libros y Revistas - VLEX 857332155

Los primeros años: de militante conservador a comunista

AutorMario Barbosa Cruz/Alberto Rojas Puyo
Cargo del AutorDoctor en Historia por El Colegio de México (2005) e historiador de la Universidad Nacional de Colombia (1996)/Autor
Páginas37-60
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Los primeros años: de militante
conservador a comunista
Hoy, en los periódicos de esta fecha, de este 20 de no-
viembre de 1996, veo una noticia muy coincidente con
esa situación mía, con esa evolución mía: es la evocación
que hace Fidel Castro con motivo de su visita al papa, de
su formación cristiana y de cómo en su vida de revolu-
cionario lleva dentro los ideales del cristianismo. No son
sus palabras exactas, pero algo así dijo. De tal manera que
pienso que en muchos casos ese sentimiento de justicia,
esa revuelta contra la injusticia condujo a muchos hom-
bres en este siglo y posiblemente en la anterior centuria
a una evolución parecida. El cristianismo, un camino
hacia la revuelta social y finalmente hacia la revolución.
Nací en Pitalito, departamento del Huila, el 13 de
noviembre de 1933. Pitalito era una ciudad, yo creo, bo-
nita desde el punto de vista topográfico, desde el punto
de vista de su arquitectura republicana. Sus habitantes,
o al menos las principales familias, se dedicaban a la
ganadería, a la cría de caballos de paso, pero también
La paz, un largo proceso. Relato autobiográfico de Alberto Rojas Puyo
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a otro tipo de actividades del agro. Allá se producía un
poco de todo. No había grandes latifundios, aparte de
la inmensa hacienda de Lorenzo Cuéllar de finales del
siglo pasado y comienzos de este, que fue uno de los
grandes latifundios de Colombia. Se puede decir que, en
esa parte del Huila, la inmensa mayoría de las familias
tenía —y yo creo que aún es así— su pequeña parcela,
propiedades medianas y pequeña propiedad. Esa era una
nota característica del Pitalito de entonces. La actividad
comercial no era febril. Hoy diría, porque me he podido
dar cuenta de ello, que hay un gran desarrollo comercial
en Pitalito. Era un pueblo conservador, muy conservador.
Creo que es una característica que se ha temperado tam-
bién, aunque posiblemente las mayorías todavía siguen
siendo conservadoras.
Mi infancia transcurrió fundamentalmente en el
campo. Yo era muy apegado a los caballos y uno de mis
sueños era ser un buen jinete. Pero también un paisaje
y un entorno familiar me hacían muy propenso a dos
cosas: al misticismo y a la poesía. Tuve parientes que me
estimularon mucho en la lectura, en el conocimiento
de los clásicos, tanto de los clásicos de la Antigüedad,
especialmente Plutarco, como de la literatura moderna
y de los clásicos españoles. Obviamente, la lectura, las
biografías de santos, hacían parte de esta actividad cultu-
ral. En mi familia hubo verdaderos místicos, misioneros,
obispos, monjas, y mi madre era en altísimo grado una
persona dedicada a las cosas del cielo. Y yo creo que de
ella recibí en gran medida un enorme sentido de la frater-
nidad humana y de la justicia. Esa noción muy cristiana
de que todos somos hermanos.

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