Razón y fé - Un solo Dios, una única verdad - Una historia de la verdad en occidente ciencia, arte, religión y política en la conformación de la cosmología moderna - Libros y Revistas - VLEX 874419962

Razón y fé

AutorMauricio Nieto Olarte
Páginas137-174
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CAPÍTULO VI
RAZÓN Y FE
LA EDAD MEDIA
La denominación de periodos históricos con los cuales se nos enseña la his-
toria (Antigüedad, Edad Media, Modernidad o Ilustración) es tan útil como
problemática. La expresión Edad Media se comenzó a usar en los siglos
XIV
y
XV
, entre los humanistas italianos que imaginaron un periodo intermedio
entre la Antigüedad, que admiraron y estudiaron con fervor, y su propio
tiempo. ¿Qué pasó con todo el interés por la metafísica, la astronomía, la fí-
sica, las matemáticas, la medicina y las demás áreas del saber que desarro-
llaron los griegos y que los romanos parecían haber dejado de lado? Desde el
principio del Renacimiento italiano, la Edad Media ha tenido una connota-
ción negativa, que identica un largo y complejo periodo de la historia occi-
dental con una época estéril en el ámbito intelectual.
Más tarde, Francis Bacon expresaría con claridad esta idea sobre la Edad
Media cuando en su Novum organum, escribe: “[…] ni los árabes ni los esco-
lásticos merecen ser mencionados, pues en los tiempos intermedios [entre la
Antigüedad y su tiempo] más que aumentar el peso de la ciencia la aplasta-
ron con una multitud de tratados”1. La Ilustración francesa no sería más
amable. Condorcet, por ejemplo, arma que “el triunfo del cristianismo fue
la señal para la completa decadencia de la losofía y de las ciencias”2. Como
veremos más adelante, este tipo de valoraciones poco contribuyen al análisis
histórico.
Del pensamiento ilustrado del siglo
XVIII
nos ocuparemos al cierre de
esta historia, pero por ahora es oportuno recordar que uno de sus legados
más evidentes está en la oposición entre la losofía y la religión. De los philo-
sophes también heredamos la idea de que la hegemonía del cristianismo fue
el mayor obstáculo para el progreso de la ciencia. Conceptos como la inmor-
talidad del alma —y por lo tanto una devaluación del cuerpo y del mundo
material en general—, la creencia en milagros como explicación de fenóme-
nos naturales, y la autoridad indiscutible de las Sagradas Escrituras, en las
1 Citado en Lindberg, Los inicios, 446.
2 Ibid., 446.
UN SOLO DIOS, UNA ÚNICA VERDAD
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cuales la verdad resulta de la revelación divina, son las principales conside-
raciones que se esgrimen al tratar de ver al cristianismo como un freno al
desarrollo de la losofía y de la ciencia.
Las nociones de conocimiento y religión nos parecen hoy antagónicas e
irreconciliables: la religión, para la mayoría de los lectores modernos y eles
seguidores de la Ilustración europea, tiene que ver con creencias, actos de fe
irreexivos y sin fundamento; la ciencia, por su parte, con conocimiento fun-
dado en la razón y en la experiencia.
A lo largo de este libro esperamos hacer evidente las limitaciones de esta
concepción antagónica entre religión y losofía, y veremos que la cultura
cientíca moderna difícilmente abandonará sus motivaciones y sus funda-
mentos teológicos3.
No olvidemos que la primera manifestación explícita de una ciencia sin
Dios tendrá que esperar casi hasta el siglo
XIX
, con la física de Pierre-Simon
Laplace (1749-1827). Sin duda, uno de los elementos denitorios de la Ilus-
tración es su ataque a la autoridad eclesiástica, división que para el siglo
XIX
será mucho más evidente y radical. Dos ejemplos notables de esta posición
antagónica son la obra de John Draper, Historia de los conictos entre la cien-
cia y la religión (1875) y la de Andrew White, History of the Warfare of Science
with Theology (1876). En ambos casos se presenta a Galileo como un punto
de quiebre, como un mártir de la ciencia4.
El positivismo del siglo
XIX
es en gran parte una celebración del triunfo
de una ciencia neutral y objetiva sobre las creencias religiosas. En la obra de
Auguste Comte, por ejemplo, se supone una fase histórica primitiva y religio-
sa que es superada en un progresivo tránsito a la secularización por fases
posteriores: una metafísica y una positiva y nal; esta última denida por su
fundamento en la razón y la experiencia.
Como ya lo hemos sugerido, esta dicotomía entre conocimiento y creen-
cia, o de manera más especíca para el periodo que nos ocupará en los si-
guientes apartados, entre losofía y teología, requiere ser estudiada con más
detalle.
Sin desestimar la importancia del cristianismo en la historia de la ciencia,
en lo que sigue proponemos una mirada distinta, y en lugar de suponer que
después del auge de la losofía griega el mundo intelectual parece haber caí-
do en un periodo de esterilidad y oscurantismo de más de mil años, tal vez
podemos entender la actividad intelectual de la Edad Media en sus propios
términos, dentro de un contexto histórico distinto y con otro tipo de pregun-
tas. Esta no es una tarea fácil, porque después de la Ilustración nuestras
3 Véanse, por ejemplo, Stephen Gaukroger, The Emergence of a Scientic Culture: Science and
the Shaping of Modernity, 1210-1685 (Oxford: Oxford University Press, 2006) o John Brooke,
Science and Religion: Some Historical Perspectives (Cambridge: Cambridge University Press, 1991).
4 Peter Burke, Historia social del conocimiento
II
: De la enciclopedia a la Wikipedia (Barcelo-
na: Paidós Orígenes, 2012), 293.
RAZÓN Y FE
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nociones de conocimiento y progreso se denen y legitiman en oposición a
los intereses medievales. Esperamos que el presente recuento ayude a enten-
der que la religión y la teología, más que un obstáculo, son parte fundamen-
tal de la historia de la verdad en Occidente.
EL ORIGEN DEL CRISTIANISMO
Si bien resulta difícil pensar en un fenómeno histórico de mayor impacto en
la historia de Occidente que el triunfo del cristianismo, para una tradición
académica secular no es un fenómeno fácil de explicar.
El cristianismo nació de una pequeña comunidad judía en la periferia
del poderoso y hostil Imperio romano. Su difusión se remonta al proselitis-
mo de san Pablo en el siglo
I
, pero solo hasta el año 300 el cristianismo se
convirtió en un movimiento notorio que se logró imponer después de una
serie de batallas religiosas entre diferentes sectas, en su mayoría cercanas al
platonismo. Para el siglo
IV
ya era una fuerza religiosa importante, tanto que
se convirtió en la religión ocial del Imperio romano a nales del siglo.
El cristianismo se volvió, además, una fuerza losóca y política única.
Esto ocurre de la mano de la expansión del Imperio romano, lo cual condujo
a que se fusionara con sus tradiciones losócas y con sus instituciones. Su
legado es profundo, y no creemos que sea una exageración decir que Europa
—o mejor, la civilización occidental— es lo que es como resultado de un pe-
queño grupo de judíos que vio morir a su maestro crucicado e hicieron de
él la manifestación humana del Creador del universo. ¿Cómo fue esto posi-
ble? Parece una pregunta fundamental para entender la historia de Occiden-
te, que se suele ignorar; tal vez por la torpeza de las ciencias sociales para
pensar lo espiritual o tal vez porque la cultura cristiana está tan arraigada y
nos es tan natural que no parece requerir de muchas explicaciones.
Para el creyente, el triunfo del cristianismo tiene un sentido providencial
y no requiere de explicaciones históricas: es natural el triunfo de la verdad y
el cumplimiento de una voluntad divina. Enfrentar la pregunta desde la histo-
ria y explicar cómo una pequeña comunidad judía creció y se transformó en
una fuerza religiosa de impacto global no es una tarea sencilla; intentaremos
en este capítulo dar señales acerca de cómo ocurrió y, sobre todo, mostrar su
profundo impacto. A pesar de algunas razones históricas —como podrían ser
la fusión del cristianismo con el Imperio romano, la necesidad y éxito de una
defensa losóca de la fe, la consolidación de una poderosa Iglesia, la defensa
del cristianismo por parte de grandes emperadores como Carlomagno, su es-
trecha relación con la educación y más adelante con las universidades—, no
es tan sencillo entender cómo se impone una doctrina compleja como la cris-
tiana sobre diversas tradiciones y sectas religiosas o losócas a lo largo de
la historia.

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