Un régimen de obediencias endebles - 18 de Noviembre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 878318458

Un régimen de obediencias endebles

La inestabilidad e inseguridad de las reglas de juego jurídico se han convertido en los rasgos que revelan cuán profunda es la fractura del régimen político colombiano. Las afirmaciones hechas por dos magistrados de la Corte Constitucional, pieza central de la Constitución del 91, dejan ver la magnitud del problema. Mientras uno manifiesta en su salvamento de voto que, con ocasión del caso de Álvaro Uribe, "la Corte ha borrado de un plumazo el debido proceso", el otro, en una entrevista a Semana, acepta que los expresidentes Santos y Gaviria estuvieron consultando a algunos magistrados sobre el tema. Y reconoce que las llamadas de "expresidentes o personas influyentes que le dicen a uno o le sugieren determinado tipo de inclinación en el sentido del fallo" son un hecho bastante normal en la Corte. ¿En qué momento un expresidente o una persona influyente se siente con derecho de llamar a un magistrado de la Corte Constitucional a sugerirle el sentido de un fallo? ¿Cómo llegamos allá? Las llamadas nos ponen ante una realidad: somos un país presidido por un régimen de obediencias endebles. Es decir, un régimen político en el que una cosa es la que dicen las normas y los diseños institucionales, y otra muy distinta, la que hacen quienes están al frente; una es la orden que se imparte, y otra -bien diferente-, la que se cumple; uno es el propósito que el alto funcionario o el empresario enuncia, y otro, el que se persigue. Somos un país en el que al lado de una formalidad legal e institucional (escrita en la Constitución) coexiste una informalidad normativa e institucional que, sin estar escrita, ni haber sido acordada por nadie, también gobierna, en el Congreso legisla, y en la justicia juzga, imponiendo sus propios principios, competencias, funciones, jerarquías, accesos y controles. Es el régimen de la "otra institucionalidad", caracterizado por Guillermo O’Donnell como aquel que está regido por sistemas de favores o de intercambios, al que los individuos concurren con el único y exclusivo propósito de obtener un beneficio particular; los partidos políticos no son otra cosa que empresas electorales o burocráticas a través de las...

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