Las relaciones entre Colombia y China: perspectivas para una asociación estratégica, comprehensiva e integral
Autor | Eduardo Pastrana Buelvas, Rafael Castro y Paula Alejandra González |
Páginas | 409-445 |
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Las relaciones entre Colombia y China:
perspectivas para una asociación
estratégica, comprehensiva e integral
Eduardo Pastrana Buelvas
Rafael Castro
Paula Alejandra González
Introducción
El presente capítulo interpreta las relaciones chino-colombianas en el contex-
to de las transformaciones de la política exterior colombiana y de la creciente
aproximación de China a la región latinoamericana. Para a lcanzar ese obje-
tivo se divide en cuatro parte s. Primero, se analiza el proceso de construc-
ción de una nueva identidad internacional de Colombia, que hace énfasis en
la diversicación geográca de la agenda externa, la cu al ha permitido una
mayor aproximación a Asia-Pacíco. Segundo, se identican los anteceden-
tes de las relaciones entre Colombia y China y los intereses estratégicos de
cada uno en el relacionamiento. Tercero, se evalúan las potencialidades de la
Alianza del Pací co como instrumento para la profundización de los la zos ent re
Colombia y China, así como las posibilidades que ofrece dicha institución al
gigante asiático en su proceso de inserción en América Latina. Fina lmente,
se plantean algunas persp ectivas de diversicación de la agenda bilateral, en
especial, ante un escenar io de posconicto en Colombia.
La política exterior colombiana: diversicación
geográca y temática
El presidente Juan Manuel Santos, en contraste con su antecesor, Álvaro
Uribe Vélez (2002-2010), le dio un giro a la acción exterior de Colombia, a
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Eduardo Pastr ana Buelvas, Rafael Castro y Pau la Alejandra González
través del cual ha implementado una estrategia de diversicación geográ-
ca y temática que expresa una mirada cosmopolita y un multi lateralismo
negociador. En primer lugar, América Latina es de nuevo para Colombia el
escenario geográco, cultural e histórico para el desarrollo de sus relacio-
nes internac ionales. Por tanto, el vecindar io latinoamer icano desempeña u n
papel central en la política exterior colombiana, donde las relaciones con la
región se fomentan y consolidan más por convicción que por obligación. De
ahí que Colombia esté aprovechando de nuevo las potencialidades geopolí-
ticas y geoeconómicas que le ofrece su vecindad obligada.
En dicho contexto, se evidencia una reducción de la subordinación
extrema del país a la política exterior estadoun idense, con lo que se ha am-
pliado el espectro del relacionamiento internacional de Colombia. Sobre
todo, se produjo un regreso del país al escenario latinoamerica no, que pro-
pició el restablecimiento de las relaciones con dos de sus vecinos: Venezuela
y Ecuador, con los cuales había roto relaciones en 2010 al nal del Gobierno
de Álvaro Uribe.1 No en vano, Cuba, Venezuela y Chile desempeñaron un
papel crucial (de 2012-2016) como garantes y acompañantes en los diálogos
de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia, mientras que Ecuador ha servido de facilitador de los diálogos
exploratorios entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Na-
cional.2 Igualmente, Colombia ha sido muy activa durante los dos periodos
presidenciales de Santos (2010-2014, 2014-2018) en los escenarios region ales,
en cuyo seno ha contribuido a la diversicación de la agenda temática, en
especial en los espacios latinoamericanos y sur americanos, tales como la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Unión de Na-
ciones Suramericanas y la Alia nza del Pacíco. En tal sentido, Colombia
ha sido uno de los artíces —junto con Chile, Perú y México— de la crea-
ción y puesta en marcha de la Alianza del Pacíco como el nuevo proyecto
1 La agenda inte rnacional de Colombia, dura nte los periodos de Uribe (2002-2010), se blindó y
se plegó al discu rso antiterroris ta como recurso casi ú nico en el ámbito temático, y se conc entró
y fue bilatera l extremadamente con los Est ados Unidos desde un punto de vista ge ográco. En
consecuencia, n i América Latina, ni Europa , ni Asia ni, muchos menos, África merec ieron la
atención que debieron tener.
2 El presidente Juan Manuel Santos ma nifestó, en entrevista conce dida a la revista Semana el
4 de septiembre de 2016, que en su disc urso de posesión dijo que no botaba la l lave de la paz al
mar. Sabía que las condicione s objetivas se estaban cu mpliendo. Pero faltaba tener un entorno
regional más favora ble. Por eso buscó recomponer las relaciones con el preside nte Chávez y el
presidente Correa. La s relaciones diplomática s eran muy tensas entre los pa íses. Tal situación no
era conveniente para Colom bia y menos para un eventua l proceso de paz.
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Las relaci ones entre Colombia y China
de regiona lización lat inoamericano, el cual se fu ndamenta en las ideas del
regionalismo abierto. Además, el país viene reali zando esfuerzos por conso-
lidar sus relaciones con la región de Asia-Pacíco, donde se han restablecido
o abierto nuevas delegaciones diplomáticas y se vienen desarrollando pro-
gramas especia les para ampliar el espectro de sus relaciones internacionales
(Pastrana, 2014, pp. 109-110).
En segundo lugar, Colombia ha relativizado en su agenda exterior la
importancia que tenían en el pasado —para su relacionamiento con el mun-
do— asuntos como el narcotráco, la seguridad y el terrorismo. Las cues-
tiones relacionadas con la agenda global comienzan a tener un lugar en la
formulación de las estrategias de política exterior de Colombia, tales como
el cambio climático, la biodiversidad, los derechos humanos, la energía, el
desarrollo social, las migraciones, la cooperación cientíca y académica, y
los temas de reforma de las estructuras de gobernanza global (Pastrana,
2011, pp. 98 -99).
Por tanto, el Gobierno de Santos supo leer algunas de las condiciones
externas heredadas del contexto hemisférico adverso de Uribe 2008-2009:
1) arraigo de los Gobiernos críticos de los Estados Unidos; 2) repliegue de la
inuencia estadounidense en América Latina y sobre todo en Suramérica;
3) switch ideológico parcial de la Casa Bla nca y el Congreso hacia el multila-
teralismo y con la nueva estrategia de seg uridad nacional (National Security
Strategy) de Obama con el consecuente enfriamiento de postur as radicales en
la doctrina sobre la guerra contra el terrorismo; 4) recesión en los Estados
Unidos; 5) aumento de las posiciones en la región respecto del fracaso de la
guerra contra las drogas ilegales , críticas a la capacidad de la Organización
de los Estados Americanos para prevenir y gestionar conic tos; 6) un rela-
cionamiento en aumento entre Gobiernos latinoamericanos y Cuba.
Además, Santos fue consciente también de la autoconanza autonomista
de los actores más importantes de América Latina, cuyas élites políticas y
económicas —conscientes de la multipolaridad emergente— vienen impul-
sando la construcción de una nueva identidad de los Estados de la región y la
proyección de un rol más independiente de las potencias establecidas. Además,
el consenso regional sobre una política exterior más independiente fue en
parte impulsado por el boom de l crecimiento lat inoameric ano, aunque basa do
en commodities, frente a los problemas internos de los Estados Unidos y la
Unión Europea. En últimas, Colombia no podía permanecer reacia a l proceso
naciente de suramericanización en la Unión de Naciones Suramericanas, el
ascenso regional y extra rregional de Brasil y la magnicación de los discu rsos
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