El republicanismo en La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza - Primera parte. Repúblicas o democracias, una visión política de la literatura - República, violencia y género en la novela de crímenes - Libros y Revistas - VLEX 857369691

El republicanismo en La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza

AutorGustavo Forero Quintero
Cargo del AutorDoctor Cum Laude en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca, por un estudio sobre el símbolo del espejo en la novela histórica de Germán Espinosa, y Magíster en Études Romanes de la Universidad de la Sorbona (París IV)
Páginas79-101
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EL REPUBLICANISMO EN LA VERDAD SOBRE
EL CASO SAVOLTA DE EDUARDO MENDOZA
Gustavo Forero Quintero
La novela La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza (1943)1
establece una escurridiza verdad en torno al asesinato de Enric Savolta
y Gallibós, industrial catalán, dueño y director de una fábrica de armas
del mismo nombre,
[…] cuyas actividades se han desarrollado de manera colosal e increíble du-
rante los últimos años al amparo y a costa de la sangrienta guerra que asola a
Europa. [La] empresa pasó en pocos meses de ser una pequeña industria que
abastecía un reducido mercado nacional o local a proveer de sus productos
1 Ha publicado, además, las novelas El misterio de la cripta embrujada (1979); El
laberinto de las aceitunas (1982); La ciudad de los prodigios (1986); La isla inaudita
(1989); Sin noticias de Gurb (1991, 2011); El año del diluvio (1992); Una comedia
ligera (1996); La aventura del tocador de señoras (2001); El último trayecto de Ho-
racio Dos (2002); Mauricio o las elecciones primarias (2006); El asombroso viaje de
Pomponio Flato (2008); El enredo de la bolsa o la vida (2012); El secreto de la modelo
extraviada (2015) y Riña de gatos. Madrid 1936 (2010). En 1980, La verdad sobre el
caso Savolta fue llevada al cine por Antonio Drove.
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Gustavo Forero Quintero
a las naciones en armas, logrando con ello, merced a la extorsión y al abuso
de la situación comprometida de estas últimas, beneficios considerables y
fabuloso lucro para aquélla a costa de éstas. (2009, p. 31)
Según el comisario Vásquez, personaje que conoce en principio los
hechos, el asesinato de Savolta se atribuye “a las organizaciones obre-
ras, también llamadas sociedades de resistencia, que debieron llevar a
cabo el atentado como represalia por la muerte de un periodista llamado
Domingo Pajarito de Soto, acontecida diez o quince días antes” (Ibídem,
pp. 133-134).
El título de la obra, La verdad sobre el caso Savolta, hace alusión al
proceso judicial que se inicia para desentrañar lo sucedido con el empre-
sario, pero, sobre todo, a un proceso dentro de la particular relatividad
que puede existir respecto de lo que se considera la verdad en el momento
de crisis social y política que se vive en 1917 en España. Al respecto, José
F. Colmeiro afirma, aludiendo a la fragmentación discursiva de la novela:
[…] En La verdad sobre el caso Savolta no existe una ‘verdad’ clara y singular,
al igual que tampoco existe un único ‘caso’. Hay múltiples ‘casos’ como hay
múltiples investigadores que, infructuosamente, tratan de descubrir cada
uno la verdad que les atañe más de cerca. (1994, p. 198)
Aunque Eduardo Mendoza se vio obligado a cambiar el título original
de la novela, el explícito Los soldados de Cataluña, debido a la censura
franquista2, La verdad sobre el caso Savolta “juega con la fórmula en su
novela, enseñando que la ‘verdad’ es inalcanzable” (Knutson, 1999, p. 13).
Sobre el propósito de la novela, en una entrevista cercana a la fecha
de su publicación Mendoza afirma: “Tan solo pretendí hacer la epopeya
2 “‘Novelón estúpido y confuso, escrito sin pies ni cabeza’. Así definió, en 1973, un
censor del Ministerio de Información y Turismo la novela Los soldados de Cataluña.
[…] El censor concluyó que el título debía cambiarse porque no guardaba ‘relación
alguna con el contenido’ del texto. […] Los soldados de Cataluña hace referencia a
una copla popular que infantilizaba la historia y que aludía a una Cataluña de trafi-
cantes, bombas y gánsteres. ‘El censor pensó que estaba haciendo un llamamiento
al separatismo, a las barricadas’, afirmó el autor” (El País, 2015, párr. 1; 3).

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