Los seguros agrícolas en Latinoamérica. La necesidad de superar asimetrías a través de una adecuada gestión de los riesgos implicados - Núm. 54, Enero 2021 - Revista Ibero-Latinoamericana de Seguros - Libros y Revistas - VLEX 869956871

Los seguros agrícolas en Latinoamérica. La necesidad de superar asimetrías a través de una adecuada gestión de los riesgos implicados

AutorAndrea Signorino Barbat
CargoDoctora en Derecho y Ciencias Sociales, Traductora Pública, Universidad de la República Oriental del Uruguay
  1. Introducción [arriba]

    Mucho hemos oído hablar del cambio climático, pero poco de los seguros agrícolas como herramienta para enfrentar esta y otras temáticas relacionadas.

    Como es sabido, el clima es una circunstancia que escapa al control humano con lo cual la incertidumbre ínsita en el riesgo climático significa una amenaza mayor para los productores agrícolas y para la economía toda.

    Latinoamérica no escapa de esta situación y las estrategias de adaptación ante los riesgos climáticos son esenciales para las economías de sus países.

    Igualmente cabe decir que, la tecnología aplicada al estudio y predicción de los eventos climáticos ha servido, incluso, para mejorar la técnica aseguradora permitiendo la elaboración de modelos que ayudan a mejorar la técnica estadística y probabilística, permitiendo una mejora tarificación de los riesgos implicados. Asimismo. ha permitido impulsar ciertos seguros paramétricos.

    No obstante, la penetración de la tecnología no es igual entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados, con lo cual la asimetría en la competitividad entre ellos se agrava por este factor, entre varios otros.

    Ante la variabilidad climática y sus riesgos, los seguros se convierten en una herramienta idónea para su manejo, siendo los seguros agropecuarios – de cosechas y de animales- un componente esencial para la transferencia del riesgo financiero a terceros.

    En Latinoamérica, las acciones para gestionar estos riesgos se han centrado en acciones reactivas y de emergencia, ante los eventos climáticos adversos. Esto es insuficiente y requiere una estrategia de gestión del riesgo, abordada con una visión integral.

    Esta gestión integral de los riesgos climáticos debe incluir herramientas de prevención, mitigación y transferencia de los riesgos, donde participen los sectores tanto públicos como privados promoviendo dichos instrumentos en forma coordinada y de acuerdo a una estrategia acordada entre todos los intervinientes.

    La no adopción de esta gestión integral de los riesgos hace que los productores agrícolas de países latinoamericanos compitan en relación de desventaja con los productores de paises industrializados.

    Como surge del estudio de la situación de los seguros agrícolas en Latinoamérica elaborado por Oscar Sanabria[1] la gestión del riesgo mediante el seguro agrícola “implica un andamiaje funcional de tecnologías agropecuarias y de información, crédito para el desarrollo y transferencias de fondos públicos para fondear apropiadamente las políticas públicas para la gestión del riesgo…el rol del Estado es fundamental y no puede ser delegado ni asumido por la industria de los seguros, pero si debe actuar como un socio clave al momento de estructurar los andamiajes de reaseguro internacional”.

    Es por estas circunstancias contextuales que los seguros agrícolas presentan fuertes diferencias por regiones, en Latinoamérica:

    - Centroamérica y el Caribe con solo el 3% de las primas suscritas y estructuras de seguros agropecuarios poco desarrollados;

    - Sudamérica y México con el 97% de las primas suscritas, con estructuras e inversión muy desarrollada que permite integrar los seguros dentro de sus estrategias de gestión del riesgo de una forma sostenible. En esta región los países tienen marcos legales que apoyan el desarrollo de la industria. [2]

    No obstante, en Latinoamérica, los seguros agrícolas siguen enfrentando importantes desafíos para su desarrollo, contribuyendo con ello a las mencionadas desventajas y asimetrías con los países industrializados.

    Además del seguro y como socio esencial en esta especial rama, surge el reaseguro.

    Este permite transferir parte del riesgo a los mercados internacionales siempre que se cuente con una buena suscripción del riesgo y una siniestralidad estudiada, para lo cual sirven los avances tecnológicos. El reaseguro es sobre todo útil para el manejo del riesgo catastrófico ya que permite rescatar parte de los subsidios que el Estado invierte en esta materia, además de garantizar los créditos al sector agropecuario, ya que estos se suelen otorgar exigiendo un seguro que lo avale. [3]

  2. El rol del seguro agrícola en los países en desarrollo y sus asimetrías con los países industrializados [arriba]

    Como dice el autor Wenner[4] “La agricultura es una actividad económica intrínsecamente riesgosa. Está sujeta a una serie de impactos fortuitos de índole climática, biológica y geológica, los cuales requieren de estrategias e instrumentos de administración financiera para hacer frente a sus implicaciones. Las estrategias tradicionales de manejo de riesgos y la ayuda de emergencia que los gobiernos proporcionan en forma retroactiva, muchas veces no han demostrado ser suficientemente eficaces y sólidas para prevenir pérdidas económicas serias o para permitir una recuperación rápida….”

    “En su mayoría, los productores en los países en desarrollo están considerablemente expuestos a los caprichos climáticos y tienen escaso acceso a productos de seguros agrícolas formales que permitirían la transferencia de los riesgos de la producción o la cosecha a terceros”.

    Los años 60 y 70 del siglo XX, fueron buenos para los seguros agrícolas en América Latina y en otras regiones en vías de desarrollo. No obstante, la mayoría de los programas integrales de riesgos múltiples comunes en esa época enfrentaron dificultades financieras y fueron reducidos o clausurados en su totalidad.

    A pesar de ello, los seguros agrícolas han resurgido en especial en vista de la necesidad de mejorar la competitividad en mercados de productos cada vez más integrados y con asimetrías de desarrollo tecnológico, económico y educativo, en la gestión de riesgos.

    Como también señala Wenner “Tras una larga pausa, el seguro agrícola está resurgiendo como tópico de interés para agricultores, formuladores de políticas, empresas aseguradoras e instituciones dedicadas al financiamiento del desarrollo en América Latina y el Caribe. … El interés renovado se origina de una confluencia de factores: una serie de desastres naturales económicamente costosos en años recientes; la necesidad de mejorar la competitividad agrícola en la región a la luz de la liberalización comercial agraria … y los movimientos de integración que dejarán a los productores regionales expuestos frente a los agricultores de países industrializados, los cuales se benefician en mayor medida de una gran variedad de instrumentos de manejo de riesgos agrícolas, entre éstos, los seguros de cosechas; y la promesa de que la nueva tecnología de la información y las técnicas avanzadas de modelización probabilística de riesgos bajarán los costos de desarrollo y supervisión de los productos de seguros de cosechas”.

    Es evidente que los países industrializados utilizan el seguro como herramienta corriente para proteger su producción agrícola. Pero a su vez se valen de otros instrumentos para gestión de los riesgos agrícolas que terminan configurando un sistema integral de gestión de riesgos.

    Esto no sucede en Latinoamérica donde las acciones más generalizadas se han centrado en acciones reactivas y muchas veces de emergencia, ante los eventos climáticos adversos. Esto es insuficiente y requiere una estrategia de gestión de riesgos, abordada con una visión integral.

    Esta gestión integral de los riesgos climáticos debe incluir herramientas de prevención, mitigación y transferencia de los mismos, donde participen los sectores tanto públicos como privados promoviendo dichos instrumentos en forma coordinada y de acuerdo a una estrategia acordada entre todos los intervinientes.

    La estrategia de gestión integral de los riesgos incluye al seguro, pero lo excede. Sabido es que el rol del seguro se centra en la transferencia de riesgos, aunque colabora en la prevención de estos.

    No obstante, la prevención necesita el manejo y disponibilidad de información de forma oportuna mediante sistemas esenciales para gestionar los riesgos como son la alerta temprana y los sistemas de información agrometereológica.

    A su vez, para la mitigación de los riesgos, sobre todo a nivel de empresas agrícolas familiares, se necesitan las novedades en tecnología, aspecto al que me referiré más adelante en este artículo, cuyo mayor desarrollo y penetración en el mercado agrícola también genera mejores condiciones competitivas en favor de los países industrializados. Asimismo, se requieren programas de desarrollo de capacidades que involucren las buenas prácticas agrícolas e infraestructura de apoyo a la producción.

    Debe entenderse la gestión de los riesgos como un sistema integral que apunte a prevenir males mayores y sobre todo a disminuir las pérdidas productivas y económicas, manejando los riesgos y contando con los instrumentos necesarios para eventos futuros.

    La gestión apropiada de los riesgos agrícolas no evita los desastres naturales, por supuesto, pero colabora en su prevención, transferencia y disminución, en lo cual el seguro es un pilar importante, pero no el único. A esto debemos sumarle el mayor y apropiado uso de tecnologías aplicadas a dicha gestión, aspecto que también contribuye a las ventajas de los productores de países desarrollados.

    Ahora bien, también el pilar de los seguros agrícolas tiene sus problemas en Latinoamérica, y esto significa una asimetría o desventaja adicional con respecto a los paises desarrollados.

    Si a esto le sumamos la pandemia que el mundo viene enfrentando desde el año 2020, sumado a la llamada Cuarta revolución dada por la evolución exponencial de la tecnología, es indudable que los motivos para el incremento de los seguros agrícolas, aun como un pilar en la necesaria gestión integral de los riesgos, se ven potenciados. No obstante, los mismos no está exentos de desafíos.

    ¿Cómo podrá un país en vías de desarrollo derivar recursos para poder potenciar la contratación de los seguros agrícolas cuando su prioridad en la era pospandemia será la básica alimentación de su población ciertamente empobrecida? ¿Cómo lo logrará con una economía...

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