Surgimiento, auge y declinación de la doctrina de seguridad nacional en América Latina y Colombia - El oficio de la guerra - Estudios sobre la seguridad nacional en Colombia I. La contribución de Francisco Leal Buitrago. Tomo IV - Libros y Revistas - VLEX 779273837

Surgimiento, auge y declinación de la doctrina de seguridad nacional en América Latina y Colombia

AutorAngelika Rettberg/Laura Wills-Otero/Armando Borrero Mansilla
Páginas13-50
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Capítulo 1
Surgimiento, auge y declinación de
la doctrina de seguridad nacional
en América Latina y Colombia*
L   que representa América Latina no permite hablar en todos
los casos de la región como totalidad. Es más útil hacerlo en términos compa-
rativos. Además de la lengua y la religión con sus fuertes secuelas culturales, la
comparabilidad latinoamericana proviene del hecho de que todas sus sociedades
han compartido una misma inuencia externa, sobre todo a partir del orden
internacional producto de la Segunda Guerra Mundial. “La heterogeneidad
interna va de la mano con la homogeneidad externa, es decir, que la diversi-
dad de las sociedades se inscribe en el fondo común de la coacción ejercida por la
dominación internacional y la situación periférica, señala un latinoamericanista
francés. De ahí que una misma matriz teórica o ideológica disponible para todos
los países presente desarrollos un tanto diferentes para cada caso concreto. Esta
apreciación ayuda a comprender la doctrina de seguridad nacional, en cuanto a
los factores que inuyeron en su gestación, desarrollo y declinación.
Más que el viejo militarismo —el que llegó a América del Sur hasta los años
cincuenta—, el proveniente de la doctrina de seguridad nacional, es decir, el
que se desenvolvió en esa parte del continente desde los años sesenta hasta
los ochenta, presenta una relación particular con la armación anterior. En
primero lugar, es cierto que las especicaciones nacionales, las mediaciones
internas y la naturaleza de los aparatos militares son aspectos fundamentales
para analizar la problemática militar. Pero es igualmente cierto que el peso de
* Este capítulo es una versión revisada del artículo que con el mismo nombre se publicó en Análisis
Político, n.º , enero a abril, .
Alain Rouquié, El Estado militar en América Latina, México, Siglo  Editores, , págs. -.
 E      C 
los factores comunes externos es determinante para comprender la naturaleza
del llamado nuevo militari smo, que es el de la seguridad nacional. En segundo
lugar, a diferencia del viejo militarismo, el nuevo no se circunscribió a las so-
ciedades donde se gestó. Afectó también, de una u otra manera, a las institu-
ciones castrenses y a las sociedades de toda la subregión, aun a aquellas en las
que no se presentaron gobiernos militares.
Naturalmente, las instituciones y las sociedades más afectadas fueron las que
estructuraron la doctrina de seguridad nacional, como Brasil. Pero además fue-
ron inuenciadas las instituciones militares que acogieron fragmentariamente
las enseñanzas doctrinarias disponibles y se mantuvieron subordinadas al po-
der civil, como en Venezuela y Colombia. También se aprecia una diferencia
entre las instituciones militares de la mayor parte de los países de América del
Sur y las del resto de la región latinoamericana. En general, los países surameri-
canos son más complejos y se encuentran en una situación geográca de menor
importancia estratégica. De hecho, en esta zona no ha habido intervención mi-
litar directa de los Estados Unidos. Estas y otras circunstancias condicionaron,
en mayor o menor grado, el efecto de la doctrina de seguridad nacional en el
proceso político de los distintos países del área hasta el presente.
Con la doctrina de seguridad nacional se inauguró el nuevo militarismo
en América Latina. En los años sesenta, los militares adoptaron una serie de
principios que llevaron a considerar a la mayor parte de los problemas sociales
como manifestaciones subversivas. Tales principios tuvieron un origen con
inuencias y facetas múltiples, luego de lo cual se propagaron y aplicaron dife-
rencialmente en términos geográcos, lo que provocó que, no obstante algunas
manifestaciones explícitas, la doctrina no se hubiera sistematizado plenamente.
Por ello, se convirtió en una especie de razón social o rótulo usado por variados
sectores sociales para identicar, generalmente con connotaciones ideológicas
y nes políticos, una amplia gama de acciones llevadas a cabo por los militares
de la región. Esa identicación va desde denuncias públicas y privadas de ac-
ciones claramente criminales o de excesos dudosamente compatibles con las
leyes o con las normas castrenses, hasta la descalicación de prácticamente
cualquier tarea militar. Con frecuencia, la doctrina se equipara con arbitrarie-
dades o violaciones de los derechos humanos cometidas por organismos mi-
litares, sin que medie explicación alguna de por qué se vinculan tales acciones
castrenses como parte de una denición doctrinaria. Casi cualquier referencia
a la doctrina parte de un supuesto conocimiento de su signicado y rara vez se
proporciona una aclaración adicional.
Hoy día los cambios en el panorama internacional han puesto de nuevo el
análisis de los problemas militares y de seguridad como temas de discusión en
distintos ámbitos de América Latina y el mundo entero. Quienes cuestionan el
comportamiento político castrense en la región lo hacen generalmente desde

Surgimiento, auge y declinación de la doctrina de seguridad nacional…
una perspectiva distinta de la mera denuncia. Lo que se busca ahora es una re-
denición de las funciones militares en la sociedad, sobre la base de modicar
concepciones, ideologías y doctrinas. A pesar de que no existe mucha claridad
sobre la relación que guardan estas inquietudes con la vieja doctrina de seguri-
dad nacional, buena parte de las modicaciones planteadas tiene que ver con
su legado.
Los cambios contemporáneos en el panorama mundial han modicado la
manera de apreciar los problemas internacionales y el tema militar no se escapa
a las nuevas concepciones. La declinación de un mundo bipolar y el surgimiento
de varios centros de poder económico, como Europa occidental y Japón, han
llevado al cuestionamiento de antiguas teorías de interpretación de las relacio-
nes internacionales. Ha entrado en crisis el modelo teórico del realismo y ha
cogido fuerza el de la interdependencia. El mundo ya no se ve guiado por en-
frentamientos entre los estados, sino que se les da mayor peso a la cooperación
y a la complementación entre ellos. Las transformaciones en Europa oriental y,
sobre todo, la desintegración de la Unión Soviética han acelerado el proceso de
redenición de los análisis. El n de la Guerra Fría, estimulado por estos cam-
bios, ha conrmado la tendencia de reelaborar la teoría. De paso, ha puesto en
entredicho el papel militar tradicional, dentro de una atmósfera mundial en la
que las funciones castrenses han reducido su importancia.
Las transformaciones en América Latina también han sido signicativas. Se
han relacionado de una u otra manera con las del resto del mundo. El llamado
proceso de redemocratización de las sociedades ha avanzado, aunque ha mos-
trado graves fallas en su ecacia para contrarrestar la crisis económica de la re-
gión y hallar soluciones a los problemas sociales. Por primera vez en este siglo,
las dictaduras en el continente son casi inexistentes. La política norteamericana
hacia América Latina no considera ya los gobiernos militares como necesa-
rios o siquiera tolerables. Incluso busca minimizar las instituciones castrenses.
Además, en las administraciones nacionales de la región existe conciencia de
la necesidad de integración de los países en distintos frentes, lo que limita las
funciones militares. Los retos subversivos a los gobiernos han desaparecido
casi por completo en el subcontinente.
Como consecuencia de estos cambios, el panorama militar de la región ha
variado de manera drástica. No existen gobiernos militares, con excepción del
de Haití; no hay apoyo internacional al modelo militar; no hay soporte externo
a los movimientos que cuestionan el sistema; y, lo más notorio, las institucio-
nes castrenses se encuentran en una especie de crisis existencial. Esta crisis se
El concepto de crisis existencial lo formula el almirante (r) Armando Ferreira Vidigal en el artículo
Las Fuerzas Armadas y los nuevos problemas de la seguridad, Santiago, Comisión Sudamericana de
Paz, julio, .

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