Tasa de cambio en una economía preindustrial - Tendencias y fases del comercio exterior - Colombia y la economía mundial 1830-1910 - Libros y Revistas - VLEX 787489685

Tasa de cambio en una economía preindustrial

AutorJosé Antonio Ocampo
Páginas143-168
143
CAPÍTULO IV
LA TASA DE CAMBIO EN UNA ECONOMÍA
PREINDUSTRIAL
E
n ausencia de flujos de capital significativos, el valor de las im-
portaciones colombianas estuvo estrictamente limitado por las ventas
externas del país, según vimos en el capítulo anterior. Esta dependencia
no solo se manifestó en el comportamiento de las importaciones durante
las principales fases de desarrollo exportador en el siglo xix, sino tam-
bién en períodos más cortos. Conviene analizar ahora los mecanismos
específicos a través de los cuales se imponía este ajuste entre los dos
componentes del comercio exterior. En la primera sección de este capí-
tulo se estudian las peculiaridades del sistema monetario colombiano
en el siglo xix y, en particular, la función del crédito comercial y la tasa
de cambio en el mecanismo de pagos internacionales; posteriormen-
te, se analiza la relación entre los precios internos y el tipo de cambio,
tratando de desentrañar las tendencias y fluctuaciones de la tasa de
cambio real; el capítulo termina con algunas consideraciones sobre la
forma como el papel moneda alteró los mecanismos de ajuste del sector
externo a fines del siglo.
EL SISTEMA DE PAGOS Y LOS CICLOS DEL SECTOR EXTERNO
Hasta 1871 Colombia vivió oficialmente bajo el patrón plata. En dicho
año, por sugerencia del Secretario de Hacienda, Salvador Camacho
Roldán, el país pasó legalmente al patrón oro. Esta transición fue una
ficción. La circulación interna continuó haciéndose fundamentalmente
en pesos-plata e incluso el oro desapareció rápidamente de circulación.
De esta manera, el país siguió regido efectivamente por el patrón plata.
Desde 1885 y hasta la primera década del siglo xx, la moneda legal fue el
papel moneda emitido por el Banco Nacional y algunos bancos oficiales
de los departamentos. Sin embargo, hasta poco antes de la Guerra de
colombia y la economía mundial 1830-1910
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los Mil Días, la plata de ley 0.835 siguió siendo el punto de referencia
del valor del peso, hacia el cual lentamente se aproximó. Solamente
durante la Guerra de los Mil Días se eliminó cualquier traza de la plata
como unidad monetaria, e hizo posible la adopción efectiva del patrón
oro a comienzos del siglo xx.
En las transacciones externas, el oro fue siempre la unidad mone-
taria real. A fines de la Colonia, el comercio internacional operaba con
un sistema de letras de cambio estipuladas en monedas convertibles en
oro.1 Durante las guerras de independencia, este mecanismo entró en
franca desorganización. En los años posteriores a la Independencia, los
importadores tenían que hacer una parte importante de sus pagos en
efectivo en el momento de la compra, generalmente en Jamaica, donde
obtenían también algunos créditos de corto plazo.2 Solamente cuando
se estableció un comercio estable con los países europeos, en la década
del cuarenta, se generalizó el sistema de letras de cambio que caracte-
rizó la segunda mitad del siglo xix.3
Este sistema funcionaba de la siguiente manera: el exportador,
después de hacer sus envíos, giraba letras de cambio sobre sus comi-
sionistas en el exterior hasta por el valor en el que estimaba sus expor-
taciones o el monto del crédito rotatorio previamente acordado;4 estos
documentos se vendían en un mercado libre a los importadores, quienes
los remitían a Europa para que fueran exigidos a los comisionistas de
los exportadores. Obviamente, cuando un comerciante operaba a la vez
como exportador e importador, solamente tenía que vender o comprar
letras en el mercado local según el valor de sus transacciones netas.
Cualquier exigibilidad se cubría en última instancia en oro o plata. En
1 René de la Pedraja, “Aspectos del comercio de Cartagena en el Siglo xviii”, Anuario
Colombiano de Historia Social y de la Cultura, No. 8, Bogotá, 1976, p. 110.
2 G. Mollien, Viaje por la República de Colombia en 1823, Bogotá, Biblioteca Popular de
Cultura Colombiana, 1944, pp. 423-4; Luciano Rivera y Garrido, Impresiones y recuer-
dos, Bogotá, Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, 1946, Tomo I, p. 24.
3 Frank Safford, Commerce and Enterprise in Central Colombia, Tesis doctoral, Universi-
dad de Columbia, 1965, Cap. vii.
4 Memoria de Hacienda, Bogotá, 1888, pp. xvii-xviii; United Kingdom, Consular Reports,
Londres, julio 1868, p. 445; Phanor J. Eder, El Fundador, Santiago M. Eder, Bogotá, An-
tares, 1959, pp. 400-1; Luis María Silvestre, Diez días de ocio en Nariño o apuntamientos
sobre el cultivo del tabaco en las orillas del río Magdalena, Bogotá, Imprenta de la Nación,
1868, pp. 84-85 y 90. Los montos del crédito rotatorio podían estar fijados en términos
absolutos, como proporción del valor de las exportaciones o en función de la cantidad
exportada (£3 por cada carga de determinado producto, por ejemplo).

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