La era técnica
| Autor | Miguel Ángel Rincón Corredor |
| Páginas | 57-105 |
La era técnica
Creería que precisam ente en la época actual
es necesaria la m editación pensante acerca
de qué y quién es el hombre, prec isamente
hoy, cuando existe el pel igro de que el
hombre se entregue por entero a l a técnica,
y un día se transforme en una m aquina
manejada. (Heidegger, en Petzet, )
D Martin Heidegger la τέχ νη es un saber hacer, mas no es el
hacer como tal y menos aún es el producto que se ha hecho; por ello el pensador
alemán arma que “[e]l arte es saber y por eso es τέχν η. No es τέχνη porque su
producción incluya habilidades ‘técnicas’, instrumentos o materiales de cons-
trucción”. (, p. ) En ese mismo sentido postula (b) que “[e]l empla-
zamiento fundamenta l de la modernidad es el ‘técnico’. Dicho emplaza miento
no es técnico porque haya máquinas de vapor y posteriormente motores de
explosión, sino al contrario: si hay cosas tales es porque la época es ‘técnica’”
(p. ). De este modo, en La pregunta por la técnica bri nda un diagnóstico de su
tiempo, que es bastante reciente para nosotros al que denomina época de
la técnica. En Los lósofos contemporáneos y la técnica, Josep Esquirol se pre-
gunta por qué tal denominación de un tiempo como una “ época de la técnica”:
Pero, ¿en qué podía basarse tal apreciac ión? El hombre siempre ha uti-
lizado herram ienta s; ¿sig nicaba, tal vez, que hoy se utiliza n muchos
más instrumentos y de mayor alcance? Pues no: eso ni era ni es lo
decisivo. El mito de Prome teo, por ejemplo, es ya una muestr a inequí-
voca de la atención dedicada a un fenómeno tan impor tante como es
éste de poder modicar tanto nuestro entorno. Muestras fehacientes
de tal atención e interés resultan ser la s guras del homo faber, del
Hombre y técnica en heidegger
ma quinismo y de sus procesos automáticos, o toda la comparativa
muy antigua ya del hombre con la máquina. Si n embargo, la ex presión
“era de la técnica” —o alguna e quivalente— trata de dar cuenta de un a
radical tra nsformación técnica del mundo, de la técnica convertida en
nuevo mundo, de la modicación no sólo ya de aspectos s ectoriales o
concretos de la vida humana, si no de aspectos mucho más generales y
relevantes: de la manera de pen sa r, de ver el mundo, de viv ir, de orga-
nizar la vida política y de legitimar el poder... es decir, de la técnica
convertida también en ideología, en mega sistema, en poder ilimitado
o superación del humanismo... (, pp. -)
La imagen, la velocidad, la especialización, la conectividad, el progreso y
la inmediatez evanescente son referentes de la realidad actual; realidad en la
que el hombre se ubica armándose en su trono tecno-creador solicitante
en grado sumo y convirtiéndose él mismo en una imagen subjetiva que
responde a la dinámica de un mercado tecnocrático globalizado. No es sim-
plemente que el hombre haya rea lizado avances tecnológicos que le dan venta-
jas cuantitativas respec to al hombre de épocas anteriores. El hombre actual ha
cambiado cualitativamente y se encuentra en un punto neurálgico en el cual
redenirse como humano, decidiendo qué o quién quiere ser y cómo desea
relacionarse y entenderse consigo mismo, con el mundo, con la realidad, con la
verdad, con su destino y, como lo llamaría Heidegger, con el ser.
Hay que reconocer que vivimos en un siglo con grandes desarrollos cien-
tícos y tecnológicos que Heidegger no alcanzó a presenciar , aunque sí logró
prever. En tal sentido y gracias a que el análisis que el lósofo alemán realiza
de su tiempo es aplicable al nuestro, consideramos que la época técnica a la
que se reere Martin Heidegger incluye nuestra época actual; y, asimismo,
comprendemos que cuando él utiliza el adjetivo ‘moderno’ no limita el sujeto
gramatical adjetivado a una Edad Moderna previa a la contemporaneidad,
sino que se reere a cosas que si bien pueden haberse dado en la modernidad
incluyen a las presentes actualmente. Así entendemos que la técnica moderna
es tanto la técnica de la Revolución Industrial como la de principios del s.
y el hombre moderno es tanto el sujeto de Descartes como el hombre actual.
Finalmente, cuando hablamos de tecnología o mencionamos desarrollos
tecnológicos, entendemos que lo tecnológico es un producto de la ciencia
moderna, la cual a su vez es de esencia técnica. Como dice William Barrett
en La ilusión de la técnica: la búsqueda de sentido dentro de una civilización
tecnológica: “[…] la frase ‘ciencia-tecnología’ indica una unión esencial. La
Heidegger falleció el de mayo de .
tecnología implica físicamente lo que la ciencia ya ha logrado en pensamiento
al plantear sus condiciones como una medida de la natura leza. En esencia, la
nueva ciencia es tecnológica” (Barret, , p. ).
Ahora bien, como se estudió en el capítulo anterior, de acuerdo a Heidegger
la esencia de la técnica es el desoculta miento, por lo que pertenece a la región
de la verdad del ser; y en esa misma medida, la técnica es med iante lo cual el
hombre llegó a ser hombre. Entonces, vale que nos cuestionemos si esto que
es válido para la τχνη griega también lo es para la técnica de nuestros días.
De tal cuestionamiento se desprenden varias preguntas acerca de la técnica
moderna: ¿en qué coincide y en qué diere de la τχνη?, ¿su esencia sigue
siendo el desocultamiento?, de ser así ¿bajo qué formas se da ese desocul-
tamiento?, ¿cómo se maniesta su relación con el hombre? y, dependiendo de
esta respuesta, ¿cómo se congura el hombre moderno y cómo se relaciona
este con la verdad, con el ser?
En el presente capítulo nos aproximaremos a estas cuestiones, guiados de
nuevo por el pensamiento de Martin Heidegger, teniendo presente, además,
el panorama de nuestro mundo hipertecnicado en el cual la tecnología se
ha convertido en algo casi omnipresente y necesario. Así es que, en adelante
consideraremos a la técnica como un saber hacer propio de lo humano, como
el método violento de desocultar que tiene el hombre. Lo técnico, por su parte
se entenderá como aquello que corresponde a la técnica; de manera más espe-
cíca: lo técnico es el trabajo que lleva a cabo el hombre como respuesta a su
carácter intrínseco de desocultador. Finalmente, lo tecnológico será tratado
aquí como una materialización de la técn ica moder na, su cumplimiento.
Técnica moderna
En el análisis que realiza Martin Heidegger de la técnica moderna en La pre-
gunta por la técnica se establece que (c), en primer lugar, la técnica no es
la esencia de la técnica y, en segundo término, que la visión moderna de la téc-
nica diere de la concepción griega de τέχν η; aunque sigue teniendo la misma
esencia: el desocultamiento. El pensador alemán parte de la pregunta por la
técnica y reconoce que respecto a la técnica moderna hay dos postulados: “El
uno dice: la técnica es un medio pa ra unos nes. El otro dice: la técnica es un
hacer del hombre” (p. ). Dichos postulados se pueden entender en conjunto
como una denición instrumenta l y antropológica de la técnica.
Véase supra, “Τχνη”, pp. -.
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