Tolemaida, ¿resort o un modelo de cárcel? - 15 de Enero de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 552821586

Tolemaida, ¿resort o un modelo de cárcel?

Plinio Apuleyo Mendoza Especial para EL TIEMPO Como es bien sabido, es inminente el cierre del Centro Penitenciario de Tolemaida. A la mayoría de los colombianos no les resultará insólita tal decisión. Todavía está en su memoria un escandaloso informe publicado por la revista Semana en abril de 2011. Lo revelado allí estremeció al país. Según un reportero de Semana que visitó este centro de reclusión, muchos de los 269 militares que pagaban condenas allí no solo entraban y salían de la cárcel como Pedro por su casa, sino que tenían negocios dentro y fuera de la prisión y no vivían en celdas, sino en cabañas. Su conclusión era que en vez de ser una cárcel de alta seguridad, la de Tolemaida parecía más bien un club de descanso. Pronto se cumplirán cuatro años de este sonado escándalo. Lo que muchos ignoran es que el de Tolemaida es hoy un centro de reclusión modelo. Lo afirman, ni más ni menos, el INPEC y la Defensoría del Pueblo. ¿Cómo explicar dos visiones tan opuestas? ¿Qué validez tuvieron las aseveraciones de Semana? ¿Qué tan justificable es el cierre de este centro? Para despejar estos interrogantes y conocer de primera mano la realidad, estuve allí la semana pasada. Lo que vi tras una detenida visita me sorprendió. La raíz del escándalo En torno al escándalo existen verdades y algunas inexactitudes. El hecho que movió a la revista Semana a fijar su atención en Tolemaida fue la presunta fuga del mayor César Maldonado, que pagaba allí una larga condena por su supuesta participación en un atentado al sindicalista Wilson Borja. Lo que cuentan los reclusos es que nunca hubo tal fuga. Todos ellos lo vieron salir en un automóvil del centro de reclusión en compañía del general González Villamil, entonces inspector General del Ejército, y del general Piza Gaviria. Se dirigían a un restaurante ubicado en la vecina Escuela de Suboficiales dentro del mismo Cantón de Tolemaida. Al parecer eran amigos. Como el almuerzo se prolongó más de lo esperado, cuando llegó la hora del conteo de internos, faltaba Maldonado. Fue una falsa alarma. Para evitarle al general una investigación en su contra, se optó por hablar más bien del inexistente intento de fuga. Revisando el informe de Semana se encuentran, de una parte, denuncias ciertas, pero, por otra, verdades a medias. Cierto: algunos reclusos eran dueños dentro del centro de reclusión de taxis y microbuses, panaderías, papelerías y hasta restaurantes. Cierto también es que habían construido cabañas sin...

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