La tormenta de economías ilegales y violencia que sacude a la zona rural de Cúcuta - 12 de Octubre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 876728663

La tormenta de economías ilegales y violencia que sacude a la zona rural de Cúcuta

Julián Ríos MonroyENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO @julianrios_m"Allá nadie puede hablar con nadie, porque los matan, así de sencillo es". La frase es de Wilfredo Cañizares, uno de los pocos defensores de derechos humanos de Cúcuta, Norte de Santander, que se atreven a denunciar -con nombre y apellido- la guerra que se está viviendo por cuenta del ‘clan del Golfo’, el Eln y otras estructuras en las veredas de esa ciudad enterrada en la frontera con Venezuela. Los hechos respaldan lo que dice: en marzo se registró la desaparición forzada de dos pobladores que iban en una camioneta encontrada incinerada. Luego, un niño de 14 años perdió una pierna tras pisar una mina antipersonal. El 8 de septiembre, 327 personas fueron obligadas a desplazarse desde el corregimiento de Banco de Arena, a escasos 65 kilómetros del casco urbano de Cúcuta. A eso se suman tres masacres y las amenazas a 22 líderes sociales que han tenido que huir este año para evitar que los maten, como ocurrió con Eliécer Sánchez, el último asesinado, el 21 de agosto pasado. Desde enero de 2020 los homicidios contra ellos suman 22 en el departamento. A Eliécer -piel morena, barba perfilada, 1,70 de estatura- lo conocía todo el pueblo. Tenía un taller de motos que cerró cuando los hombres del ‘clan’ empezaron a pedirle que reparara las suyas, y para evitarlos, se había dedicado a vender carne. Era el vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Punta, donde vivió la mayoría de sus 42 años, y junto con un puñado de líderes empezó a denunciar en 2014 los daños ambientales en Cerro Mono, una montaña de 18.000 hectáreas entre Cúcuta y Tibú donde la minería legal e ilegal y la deforestación para sembrar coca están contaminando los ríos que surten de agua a la región. Esas dos economías -la minería y el narcotráfico- son solo parte de la cadena de ilícitos que se ve en la zona rural del nororiente de Cúcuta, y que es el caldo de cultivo para la violencia. A menos de media hora de la frontera, el contrabando de gasolina, insumos químicos, medicinas, oro, chatarra y productos de primera necesidad, así como el tráfico de migrantes y las extorsiones, generan unas rentas multimillonarias que persiguen y se disputan todos los actores armados a sangre y fuego. Y aunque ese círculo de actividades ilegales lleva décadas en la región, la violencia reapareció y se intensificó solo en los últimos meses. Los pobladores de esas tierras sembradas de arroz, limón y palma resistieron a la...

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