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Transición de poder y orden mundial: el ascenso global de China y su proyección creciente en América Latina y el Caribe

AutorEduardo Pastrana Buelvas y Diego Vera Piñeros
Páginas23-70
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Transición de poder y orden mundial:
el ascenso global de China
y su proyección creciente en América
Latina y el Caribe
Eduardo Pastrana Buelvas
Diego Vera Piñeros
Introducción
El equilibrio de poder y la teoría de transición de poder son dos formulacio-
nes teóricas muy sugestivas que se han producido dentro de la perspectiva
más amplia del realismo, el cual es, a su vez, un plano analítico diverso en
su interior. Ambas buscan identicar unos patrones de interacción entre
Estados que apelan a la historia, la estadística y los juegos matemáticos,
en particular pa ra hallar las condiciones que posibilitan la emergencia de un
conicto armado interestatal. Como tales, no son teorías sobre la formu-
lación e implementación de la política exterior, producto de una decisión
envuelta por la imbricación compleja entre sistemas internos y sistemas ex-
ternos y sus actores. Más bien, se trata de esfuerzos explicativos par a aquellos
contextos interestatales, en los que las preocupaciones por la seguridad del
Estado dominan la agenda externa y los objetos de cálculo, que, con el n de
trazar est rategias de incidencia, se encuentran primordialmente inscritos en
el juego vis-à-vis de la diplomacia internacional.
Esta forma de interpretar el mundo de las relaciones internacionales
ha tenido especial acogida en el mundo académico anglosajón, por lo que
se le suele catalogar como un conjunto de supuestos, principios, métodos y
hallazgos del mainstream de la disciplina, ubicados dentro del molde epis-
temológico de cor te empírico-ana lítico.
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Eduardo Pastr ana Buelvas y Diego Vera Piñeros
La pretensión nomotética o de formular regularidades de comporta-
miento (que emula las ciencias natur ales), en este caso, para fenómenos políti-
cos internacionales, y la disposición a probar las hipótesis explicativas contra
los hechos recurriendo a variables o indicadores (cuantitativos o cualitativos)
son dos parámetros que caracteri zan esta postura de trabajo (Losad a y Casas,
2009, p.56). Otros aspectos que suelen compartir las comunidades que se
identican con esta óptica son:
1. El partir de proposiciones generales para dar u na explicación o infe-
rir que un caso corresponde a un fenómeno previamente calicado.
2. El interés por predecir y controlar sus objetos de estudio media nte
estrategias como el establecimiento de condiciones de cumplimien-
to y variables de control.
3. Su insistencia en la transparencia y divulgación de los métodos/
procedimientos de investigación.
4. La pretensión de diferenciar tajantemente entre juicios de valor y
hechos (p.56).
El realismo político, en particu lar el realismo estructu ral o neorrealis-
mo, ha buscado, por tanto, aproximarse al ideal del realismo cientíco, cuyo
supuesto principal arma que existe una realidad ontológica (el mundo)
independiente de la mente y de las teorías y métodos que se usen para inter-
pretarla o acceder a ella (Bennett, 2013, p.465). Para ellos, se debe intentar
desarrollar teorías que expl iquen cómo trabajan unos mecanismos causales
que existen en el mundo real, las cuales pueden ser precisas o no dependiendo
de si logran explicar o anticiparse a los resu ltados que se observan, hasta que
se adecúe o formule una mejor teoría, siguiendo el ideal de ciencia de Hume
(p.465). La simi litud de las teorías con respecto a lo que se maniesta en el
mundo físico y su parsimonia o habilidad para explica r lo complejo con el mayor
grado de simplicidad posible guían sobre todo el neorrealismo, a diferencia
del realismo de corte clásico o losóco que apela a la naturalez a humana
o del realismo neoclásico, que persigue la combinación de mecanismos in-
ternos, externos y situacionales.
Pese al rigor que entrañan estos parámet ros, hoy abundan las observa-
ciones críticas con respecto al carác ter determinista de las explicaciones del
realismo sobre la conducta de los Estados, del sistema internacional mismo o
de sus tomadores de decisión. Una de ellas apunta que el neorrealismo no ha
logrado establecer las condiciones especícas de cuándo espera r hard balancing
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Transición de poder y o rden mundial: el ascens o global de China
(contrapeso militar) o bandwagoning (alineamiento), tampoco precisa si la
unipolaridad, la bipolaridad o la multipolaridad son más e stables, ni cuándo
el deseo de ganancias relativas o por competencia será más fuerte que el
de búsqueda de ganancias absolutas o producto de la cooperación (p.467).
Añádase a su ambición predictiva que ninguna de est as elucubraciones
logró anticiparse al n de la Guerra Fría o ex plicar con suciencia el mun-
do de múltiples desafíos a la seg uridad nacional e internacional, sobre todo no
estatales, que ilustra la t ragedia del 11 de septiembre en los Estados Unidos.
En otras palabras, el mayor desafío de estas formulaciones es profundizar
las condiciones de contexto y desarrollar modelos explicativos multicausales
que permitan integrar, además de los habituales factores materiales de poder
y sus cambios relativos, otros factores clave, tales como las preferencias de los
líderes y su percepción del riesgo, los avances en las tecnologías militares y de
comunicación y la heterogeneidad, sobre todo no convencionales, de tácticas
disponibles (Horowitz, 2001, p.715). Lo que no implica, en absoluto, que no
brinden una serie de apuestas causales plausibles que operan en medio de
otros factores explicativos, para entender mejor las dinámicas cambiantes
del sistema internacional como un todo o de sistemas internacionales más lo-
cali zados como los regionale s o subregionales.
Desde una mirada plurali sta, en vez de desecharlas categóricamente, es
deseable discutir los aportes y vacíos de estas teorí as realistas para delim itar-
las y complementarlas, si fuese posible, con otras perspectivas epistemológicas
y teóricas. A continuación, se ofrecerá una vista panorámica general de lo
que proponen el equilibrio de poder y la teoría de transición de poder. No sin
antes aclarar el lugar que ocupan a lgunos supuestos y conceptos del realismo
que se requieren para una comprensión adecuada de ambas formulaciones.
En medio de estas dos tareas, se presentará una ser ie de críticas f rente a su
poder explicativo y algunas alternativas a la pregunta de por qué fallan en
sus expectativas sobre el conicto o la est abilidad, lo cual permite dar paso
a otras teorías. Finalmente, se esboza rán algunos apuntes sobre China que
podrían comprometerse más a fondo con toda esta reexión conceptual y cau-
sal, labor que corresponderá a los demás autores de este libro y a los lectores.
El desafío intelectual es incorporar distintas fuentes de explicación
a preguntas esenciales que permitan entender la génesis, la evolución y
las perspectivas de proyección en el tiempo de fenómenos internacionales
cruciales o de amplio alcance. E n este sentido, el rápido ascenso material de
China como gran potencia (Friedberg, 2012), junto con sus causas y reper-
cusiones, que incluye su papel creciente en regiones fuera de Asia oriental,

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