La voz, el testimonio, la verdad y la memoria
Autor | Juan Pablo Aranguren Romero |
Cargo del Autor | Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, historiador de la Pontificia Universidad Javeriana y magíster en Antropología Social y Doctor en Ciencias Sociales por la FLACSO-Argentina. Ha sido becario del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) |
Páginas | 33-98 |
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2. LA VOZ, EL TESTIMONIO,
LA VERDAD Y LA MEMORIA
Sobre la base de la existencia en Colombia del escenario de tran-
sición —o de la necesidad de generarlo—, la Ley 975 de 2005
habilitó el desarrollo de una serie de políticas tendientes a res-
paldar el proceso de reinserción de los grupos paramilitares. A la
par impulsó la creación de la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación (cnRR) para construir una política de reparación
de las víctimas de la violencia y generar las condiciones para la
reconciliación nacional. Bajo el mandato de esta misma ley se
creó en el cnRR el Grupo de Memoria Histórica (gmh), integra-
do por académicos e investigadores ampliamente reconocidos
por su trayectoria de investigación sobre la violencia en el país.1
A ellos les correspondería construir las condiciones para que en
Colombia operara una comisión de la verdad que aportara su
experiencia de investigación en el reconocimiento público de
los hechos de violencia sucedidos en el país, y en la indagación
sobre las razones y motivos de su ocurrencia. El Grupo se definió
1 Bajo la dirección del historiador Gonzalo Sánchez, el equipo del gmh contó
con la participación, entre otros, de la antropóloga María Victoria Uribe, el
politólogo Iván Orozco y la trabajadora social Martha Nubia Bello, todos ellos
ampliamente reconocidos por su experiencia de investigación sobre la violencia
en Colombia.
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Juan Pablo Aranguren Romero
a partir de un carácter “autónomo”, aunque regido por el man-
dato de la Ley de Justicia y Paz. Su marco de acción se construyó
entre los límites y procedimientos que prescribían dicha ley y un
supuesto o pretendido carácter de independencia académica,2
que tendieron a mostrarlo como si estuviese dotado de un doble
carácter; es decir, entre la oficialidad proporcionada por la ley y
una autonomía “adjudicada” por la Academia.
Como se verá a lo largo del presente capítulo, el “doble carác-
ter” con que se presentó el gmh terminó generando una suerte
de ambivalencia entre diferentes sectores de víctimas. Para ganar
legitimidad entre las organizaciones de víctimas, los investigadores
del gmh tendrían que establecer negociaciones y apelar a la “buena
imagen” que habían establecido con dichas organizaciones a partir
de su trabajo como investigadores universitarios. En muchos casos
encontrarían resistencias y críticas, pero en otros hallarían apertura
y respaldo para la elaboración de sus informes. Al recorrer este pro-
ceso de construcción de legitimidad, este capítulo discute también
los límites, tensiones y contradicciones propios de los procesos de
construcción de memorias y de los contextos de producción de
investigaciones sobre las experiencias de violencia. Aunque esta
investigación está lejos de cuestionar la relevancia social del Grupo
de Memoria Histórica en particular y de las comisiones de memo-
ria y verdad en general,3 sí busca emprender un reconocimiento
de los puntos de tensión y debate generados alrededor del grupo
y de sus informes, así como de los lugares comunes que compar-
te con otras comisiones similares y que dan cuenta de los límites,
omisiones y silenciamientos en los que se mueve esta modalidad
de emprendimientos cuando tiene que operar sobre los anhelos de
un tipo de nación, una idea de reconciliación, una noción de paz.
2 El historiador Gonzalo Sánchez y varios de los investigadores del grupo han
subrayado en diferentes ocasiones que la principal “virtud” del gmh radica en
que, por su carácter académico, tiene un rol independiente del Estado.
3 Es importante aclarar que el mandato que guía el trabajo del gmh dista claramen-
te de los alcances de una comisión de la verdad. Sin embargo, como se mostrará,
dicho mandato entraña también algunas de las especificidades propias de las
comisiones de verdad, aunque en un contexto de conflicto y no de posconflicto.
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La gestión del testimonio y la administración de las víctimas
Estos anhelos, ideas y nociones tendrán que ser considerados no
solo por el trasfondo político que los guía, sino por los marcos de
rigurosidad científica que intenta contenerlos.
Se desarrollará, en primer lugar, una lectura de la forma en
que se estructuran la verdad, la memoria y el testimonio a partir
de la aplicación de los principios de la Ley 975 de 2005. Poste-
riormente se profundizará en la manera en que se construye la
propuesta de investigación del gmh y los puntos de tensión en
los que se inserta en virtud de los límites de su mandato. Final-
mente se plantea una discusión destinada a subrayar que dichos
límites no son enteramente exclusivos del caso colombiano, sino
que hacen parte de las prácticas subyacentes, a veces ocultas o
sin discusión, de las comisiones de verdad o de las prácticas de
investigación sobre el pasado y la memoria.
la memoRia de las víctimas:
entRe el silencio y silenciamiento
La posibilidad de enunciación del testimonio de hechos de violen-
cia y sufrimiento viene dada tanto por la condición del hablante
frente a su experiencia, como por la disposición del otro a escu-
charla y entenderla. Entre el hablante y su escucha se sitúan los
marcos sociales de la memoria y las condiciones de producción
de los enunciados; es decir, se ubican unos escenarios que crean
las condiciones del habla y las disposiciones para la escucha.
Michael Pollak, caracterizando las formas de enunciación de
las experiencias de situaciones límite, considera cómo el testi-
monio histórico, la declaración judicial y los relatos biográficos se
constituyen4 sobre la base de formas narrativas que trazan lugares
diferentes de escucha y de producción: cada uno es el resultado
del encuentro entre la disposición del sobreviviente/víctima de
4 Testimonio histórico es aquel que, por ejemplo, es solicitado por las comisio-
nes de verdad histórica; testimonio judicial, aquel que se rinde ante instancias
jurídicas, solicitado por un juez como parte de un proceso; relato biográfico es
aquella narración publicada o inédita solicitada por una editorial o resultado
del emprendimiento personal.
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