Zanatta, Loris. El populismo jesui­ta. Perón, Fidel, Chávez, Bergoglio. Buenos Aires: Edhasa, 2021. 133 pp. - Vol. 34 Núm. 2, Julio 2022 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 918011939

Zanatta, Loris. El populismo jesui­ta. Perón, Fidel, Chávez, Bergoglio. Buenos Aires: Edhasa, 2021. 133 pp.

AutorAgudelq, Andrés Felipe
Páginas1(5)

En su ensayo más reciente, el historiador italiano Loris Zanatta relaciona tres casos paradigmáticos del populismo latinoamericano de los siglos XX y XXI, con una serie de rasgos históricos vinculados con la orden religiosa de la Compañía de Jesús; además, añade a los liderazgos políticos uno de orden religioso: el pontífice argentino Jorge Mario Bergoglio.

Para Zanatta, el populismo es un imaginario expresado en una mentalidad que se caracteriza por evocar una supuesta unidad comunitaria y política; de ahí que en América Latina el mundo hispánico colonial ejemplifique el mundo extraviado en la modernidad y contrapuesto al liberalismo, al individualismo y al capitalismo. La función del populismo no se limita a rememorar la unidad perdida, también hace que los asuntos políticos se vivan de manera religiosa.

Ahora bien, a ese trasfondo político el autor le añade un adjetivo: jesuita. Expone lo que para él resulta de la estrecha relación entre el mundo hispánico y el catolicismo, haciendo hincapié en el accionar histórico de la Compañía de Jesús. Con respecto a esta organización religiosa, destaca su expansión global, la importancia que tuvo en la colonización de lugares como Paraguay y la centralidad de la pobreza en sus postulados. En resumen, Zanatta considera que el populismo encontró en lo jesuítico una base para forjar un proyecto político que en la modernidad funciona como reflejo de la unidad perdida de una comunidad.

El mundo orgánico que el populismo jesuita contiene se origina en la cristiandad hispánica, caracterizada por los siguientes elementos: el primero es el unanimismo, consistente en la homogeneidad de creencias, la unión colectiva y la protección contra enemigos externos. El segundo es la jerarquía, cuyo rol era diferenciar las funciones de todos los miembros de una comunidad política, sin que ello riñera con la armonía social. El tercero es el corporativismo, que fijaba las responsabilidades dentro y entre las castas socioeconómicas, lo que contrasta con una noción individual de ejercicio de derechos y libertades. Finalmente, un estado ético, vigilante e impulsor de una moral correcta y colectiva, que era la garantía para el funcionamiento correcto de estas comunidades.

Un aspecto positivo del ensayo de Zanatta es que recoge ideas planteadas en obras anteriores (El populismo [Katz, 2016]), que proponen un camino distinto para comprender el origen y las interacciones del populismo, y se distancia de interpretaciones...

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