La politica de inseguridad y las posibilidades de resistencia en la globalizacion. - Núm. 21, Julio 2009 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 209838055

La politica de inseguridad y las posibilidades de resistencia en la globalizacion.

AutorSilva Prada, Diego Fernando
CargoII. Ciencia Pol
Páginas45(30)

Resumen

El artículo se propone desarrollar cuatro dimensiones conceptuales de la política de inseguridad como clave de interpretación de la globalización, en tanto que procesos de debilitamiento de las clases sociales, de profundización de la individualización, de control cultural hegemónico y de territorialización y temporalización local. Se pretende ampliar la concepción imperante que se tiene del concepto de inseguridad, entendido como alteración del orden público y presencia de la delincuencia, para inscribirlo en un espectro más amplio de significación social que tome en cuenta las estrategias de dominación sistémica referidas al mundo laboral, a la identidad personal y a las posibilidades de organización colectiva.

Palabras clave: inseguridad, sociedad del riesgo, globalización, clases sociales, glocalización, individualización, resistencia.

Abstract

This article seeks to develop four conceptual dimensions about the Insecurity Policy as for key comprehension of Globalization. It's means the weakening process in the social classes, the individualization deepening, the hegemonic cultural control and the local territorialization/temporalization. It pretend extend the imperative idea that understand the Insecurity as disturbance public order and presence of Criminality in order to inscribed in a wide social range, that to bear in mind the systematic domination strategies refers to the labor world, to the personal identity and to the collective possibilities of organization.

Key words: insecurity, risk society, globalization, social classes, glocalization, resistance.

The politics of insecurity and the possibility of resistance in the globalization

  1. Introducción

    Los riesgos en los que se cree son el látigo empleado para mantener el momento presente corriendo al galope.

    (Ulrich Beck)

    Si hubiera que caracterizar d actual momento de desarrollo de las sociedades occidentales utilizando un concepto lo suficientemente sintetizador y descriptivo, tal vez sea conveniente recurrir al concepto de inseguridad. Los últimos acontecimientos que reportan las noticias sobre la inestabilidad financiera de todas las bolsas del mundo, el pánico colectivo de una crisis generalizada de la economía y la alerta mundial por una pandemia que traspasa cualquier frontera parecen corroborar el estado de incertidumbre e inseguridad estructural al cual estamos asistiendo en la actualidad. Las contradicciones del muchas veces defendido sistema liberal de mercado empiezan a estallar en el centro mismo de las sociedades más avanzadas, lo cual lo podemos ver en hechos como la llamada a la mediación del Estado no interventor, en la defensa de la estabilidad de las ofertas, las demandas y el capital financiero, o en la invocación de la confianza inversora y el mantenimiento de la productividad, en sociedades pauperizadas, fragmentadas y anómicas. Pero el arribo al tiempo de la inseguridad, y esta es la tesis que quiero desarrollar, no es el resultado inesperado de unas sociedades que le apostaron todo a la explotación descontrolada y a la depredación mundial de recursos naturales y humanos, o las simples consecuencias colaterales de la dinámica económica; por el contrario, el fenómeno de la inseguridad es resultado de la compleja trama de las estructuras socio-políticas y económicas configuradas a partir de las intervenciones de actores sociales que le han apostado al riesgo y a la contingencia como estrategias de control social, y donde la gran mayoría está asumiendo los costos y las pérdidas que implican este upo de reproducción y de acumulación del capital.

    Como ha sido remarcado tantas veces, este proceso de globalización al cual estamos asistiendo no puede ser reducido a su dimensión económica, aunque la economía represente uno de los escenarios donde transcurren las más significativas transformaciones contemporáneas. Los factores políticos siguen siendo tan importantes en la configuración social del presente como los factores económicos, con la condición de que primero rompamos con la tradición clásica del pensamiento que ha igualado la política al Estado moderno, y segundo entendamos a lo político en términos más amplios, como una dimensión de la acción que puede estar presente tanto en lo institucional como en lo no institucional. Lo político es, entonces, la capacidad que poseen las personas para llegar a involucrarse en los asuntos colectivos y de interés común, los cuales, a su vez, pueden llegar a influir en la construcción de las condiciones y los modos de vida que ellas mismas asumen. De esta manera, tomamos la perspectiva desde la cual el ejercicio de la política se configura a partir tanto de las estrategias de control como de las estrategias de resistencia que los individuos y los colectivos realizan para determinar cómo y qué quieren vivir. Esto quiere decir que el ejercicio de la política hoy implica una estrecha imbricación con la dimensión cultural, pues si es verdad que la política está determinada por el mando y la obediencia, es en el ámbito de la cultura, de la construcción de hábitos y costumbres, donde se puede lograr una más efectiva obediencia y control de las poblaciones. (1) Necesitamos desarrollar y comprender, por lo tanto, un modelo de análisis de lo político, lo cultural y lo económico que tome en cuenta la inseguridad y la promoción constante de los desequilibrios, como elementos constructores de la cotidianidad y de las estructuras sociales que sostienen los últimos acontecimientos a los que debemos responder.

    Estamos presenciando una política de inseguridad fundada a partir de cuatro dimensiones conceptuales: 1) Las clases sociales de base o actores subalternos parecen estar erosionados y diezmados en su capacidad organizativa e identitaria, dando como resultado la instalación de la falta de reconocimiento colectivo y la consiguiente desactivación de las posibilidades de transformación social y de redistribución del poder, mientras que las clases más beneficiadas por la dinámica de los capitales transnacionales conservan una conciencia clara de dominación de esos "otros" peligrosos a los que hay que controlar. 2) Uno de los efectos sistémicos de ese debilitamiento de clase ha sido la profundización del proceso de individualización, el cual se expande como alternativa de reproducción social, profesional y biográfica, ante el vacío dejado por la identificación colectiva que proveían las antiguas clases sociales. 3) El control político está dejando de ser ejercido prioritariamente desde el centro único del Estado-nación, pasando a ser ejercido a través de relaciones de poder descentradas y enfocadas en la producción de la cotidianidad y de formas de vida. 4) Las estrategias de la política de la inseguridad se aplican sobre ámbitos específicos y puntuales, sobre territorialidades y materialidades locales. Lo local debe ser entendido, por tanto, como un espacio-tiempo que contiene en sí los imperativos de control global, por lo que habrá que mostrar la dinámica de globalización en términos de glocalización. Las organizaciones de base y los movimientos sociales representan un tipo de respuesta local por parte comunidades específicas, ante toda esta estructuración de los imperativos globales de orden y reproducción, los cuales están por mostrar sus resultados y demostrar su efectividad y posibilidades de transformación de las estructuras de injusticia, exclusión y falta de sentido de una política de inseguridad social que se ha levantado como bastión de lucha y control, en lo que Ulrich Beck llamó acertadamente la sociedad del riesgo global.

  2. El debilitamiento de las clases sociales (bajas y medias)

    A pesar de la variabilidad en el significado que le podamos asignar al concepto de clase social, éste puede concretarse en la idea del reconocimiento colectivo mutuo de las condiciones socioeconómicas y políticas, las cuales crean una conciencia, unos intereses compartidos y unos recursos alrededor del mundo laboral y del lugar ocupado en la sociedad. Como bien lo recuerda Hobsbawm, la configuración de las sociedades a partir de las clases fue un rasgo distintivo de los estados nacionales en conjunción con las economías capitalistas en un período que va desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX. Tanto en su función de delimitación interna como de diferenciación externa, la categoría analítica de clase social fue determinante para dar una identidad a los grupos de trabajadores obreros que permitieron la industrialización de la producción capitalista, así como la rápida urbanización de los centros productivos. Esta identificación se fundamentó desde un doble movimiento diferenciador: hacia arriba, para delimitar la no pertenencia con la clase burguesa-empresarial, y hacia abajo, para deslindarse de "las peligrosas y harapientas masas" de pobres y miserables. (2) En términos utilizados por Beck, lo que se define en el concepto de clases sociales es la "asignación reciproca de identidad" que ayuda a delimitar hacia adentro y hacia afuera ese nosotros y ese ellos por medio del cual la sociedad capitalista se comprende y se auto-organiza (Beck, 1998a, pp. 114-115) Esta circunscripción a identidades colectivas claras y precisas estará mediada por la posesión, en algunos casos, de los medios de producción, y en otros casos, por los recursos estratégicos para la reproducción social.

    La estructuración social en las comunidades nacionales altamente interconectadas y en proceso de destradicionalización de sus instituciones pone en duda que hoy en día nuestras sociedades puedan comprenderse bajo este modelo de estratificación clasista. Comprobamos que en el curso de los últimos 30 años en el mundo occidental ha sucedido un serio debilitamiento de las fuerzas sindicales, las cuales habían sido las encargadas de la defensa de los intereses de la clase obrera, una gradual pérdida de funciones estatales respecto a las regulaciones laborales y una veloz transformación tecnológica en las condiciones y en las...

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