Testimonio de una víctima de Interbolsa - 19 de Octubre de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 539607974

Testimonio de una víctima de Interbolsa

Economía

Javier Gnecco de la Iglesia* Para EL TIEMPO “He dedicado una gran parte de mi vida, de los 22 a los 77 años, al ejercicio de mi profesión de odontólogo trabajando desde las 6:30 de la mañana hasta las 7 y 8 de la noche. Además, me he desempeñado como docente durante 20 años en las universidades Nacional y Javeriana. Mi sueño era que todo este esfuerzo de trabajo honorable me permitiera tener una tranquilidad económica para el resto del tiempo que me queda”. “Logré obtener unos ahorros y me aconsejaron invertirlos en una entidad seria, responsable y confiable. Fui muy enfático: yo no quería ningún riesgo, quería que mi plata estuviera absolutamente segura, en el sitio más conservador y con disponibilidad. Y eso fue lo que se hizo en Interbolsa. Desafortunadamente, como ya se sabe, los resultados fueron catastróficos”. “Aparte del daño económico a los inversionistas, también se producen a causa del fraude de Interbolsa, o de cualquier fraude, una serie de consecuencias gravísimas que ni la justicia ni los mismos responsables pueden reparar”. “Nadie sabe la magnitud, si no lo sufre en carne propia, del daño que le causa este oscuro y planeado episodio a una víctima. Cuando empezaron los rumores de que algo andaba mal, empecé a sentir una ansiedad y un estrés permanentes. No podía trabajar, ni dormir, ni interactuar y menos aún creer que la empresa bursátil más poderosa anduviera mal. Sin embargo, le di orden al comisionista que manejaba mis cuentas para retirar el dinero en la fecha de los vencimientos. “El comisionista me informaba que todo estaba bien y fueron tan convincentes sus argumentos que unos días antes de la intervención le entregué dineros de una hermana que vive fuera del país para invertirlos en uno de los portafolios. Desafortunadamente para mí, las fechas de los vencimientos eran unos pocos días después de la intervención de la firma y por lo tanto no pude retirar el dinero que tenía en el fondo Premium. Miedo y desconfianza “Después de este golpe fatal, queda uno totalmente desconectado y desorientado, no se sabe con quién hablar, quién le contesta, quién le va a responder, a quién hay que acudir, a dónde debe ir y aparecen, además, el miedo y la desconfianza para efectuar cualquier diligencia en busca de poder recuperar lo que está embolatado. Queda uno como suplicando que le pongan atención para reclamar lo que es de uno. “¿Cómo es posible que habiéndose cometido un fraude, todavía estén libres muchos personajes que...

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