Desbordamiento de lo politico, conflictos y liderazgos en el espacio metropolitano. - Núm. 19, Julio 2008 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 68447797

Desbordamiento de lo politico, conflictos y liderazgos en el espacio metropolitano.

Autorde Alba, Felipe
CargoII. Ciudad y territorio
Páginas104(31)

Resumen

La transformación del régimen mexicano supone cambios en la relación básica entre el ejercicio del control corporativo y las formas de "gobernar d conflicto" en el espado metropolitano. En este texto se sostiene la hipótesis de una "crisis decisional", concebida como una serie de transformaciones en la organización y el ejercido de liderazgos sociales e institucionales en años recientes (1991-2002), como la constitución de una "nueva" modalidad de lo político. A través de una revisión de la literatura reciente y de la revisión de tres bases de datos, se demuestra que en el campo de los servicios públicos como el agua estos "nuevos" liderazgos favorecerían escenarios de desfase y de renovación en el ejercicio de la legitimidad estatal.

Palabras clave: metropolización, conflictos, protestas, México, clientelismo, lo político.

Overflow of the political thing, conflicts and leaderships in metropolitan areas

Abstract

The transformation of the Mexican regime implies changes in the basic relationship between corporate control execution and ways of "controlling conflict" in the metropolitan areas. This paper sustains the hypothesis of a "decisional crisis" that is conceived as a series of transformations of the organization, and the exercise of social and institutional leadership in recent years (1991-2002) as the constitution of a "new" political mode. Through the review of recent literature and three databases, it is proved that in public service areas such as water, these "new" leaderships favor gap and renovation scenarios in the practice of state legitimacy.

Key words: metropolization, conflicts, protests, Mexico, clientelism, the political thing.

Introducción

En América Latina, la metropolización se expresa como un fenómeno de verdadera extensión de las carencias sociales y como un territorio imaginativo de las luchas de pobladores por el acceso al suelo, la vivienda y los servicios urbanos, en general (De Alba & Jouve, 2005). Las raíces de ello podrían encontrarse en la desigualdad misma de las sociedades de la región: la irregularidad en el acceso al suelo (invasión de terrenos o el poblamiento de riesgo, poblamientos acelerados y extensivos), la precariedad de la vivienda (autoconstrucción y uso de materiales de baja calidad) o la insuficiencia de mecanismos de participación social en la introducción de servicios públicos (Cano, 2000).

Este fenómeno de insuficiencia de instituciones metropolitanas en "territorios sin ley" ha sido documentado en abundancia (Arraigada, 2000; CEPAL, 1998; Faúndez, García, Ramírez & de Abreu, 1997; Heck, 1993; Rivera, 1996) y está marcado por nuevos procesos de intermediación política, es decir, por una conversión de la insuficiencia institucional en influencia política. Ello ocurre en medio de un proceso de dominación en el cual el Estado nacional está en claro desfase, a partir de nuevas prácticas de clientelismo político de los líderes, de los representantes de grupos urbanos y de otros grupos de interés (Stone, 1995).

En este artículo se busca desentrañar teóricamente dicho proceso de construcción de "nuevos" liderazgos institucionales (o no) en el espacio de la metrópoli, a partir de estudiar algunos casos específicos y entender cómo dicho fenómeno representaría un desbordamiento del Estado en sus mecanismos tradicionales. A cambio de preservar su estatus de líder, por ejemplo, dichos actores institucionalizados, o en vía de serio, buscarían negociar la satisfacción de las demandas de su base social o, al menos, incluirlas en un proceso de atención institucional otro que el tradicional.

Si bien este ejemplo ha sido estudiado en la metrópoli de México en forma abundante (Sánchez, 2001), aquí se busca destacar el sentido de lo político tal como lo refiere Rancière, quien lo entiende como "el encuentro entre dos procesos heterogéneos: el de gobernar y el de la igualdad" (2000: 145) y que se propone, en un sentido general, como la constitución de una "comunidad de iguales". Sin embargo, esta idea alberga dos lógicas contradictorias --la igualitaria y la de las desigualdades--, evidentes en el territorio que se propone analizar en este trabajo: la metrópoli. De esta forma, dichos liderazgos han sido una progresiva construcción de lo político, entendido como una intermediación entre el individuo líder y la "masa sonora" que cada vez se "hace significar" en nuevos términos con el "otro" (Ranciere, 1990: 95).

No obstante, esta comunidad dirigida presupone una doble operación de voluntad: un "querer decir" y un "querer escuchar" que incorpora una tensión que se renueva constantemente, la cual presupone, además, la virtualidad de otra tensión, la del otro. Esta composición teórica supone una relación igualitaria y una relación en la cual la igualdad es conducida en cada ocasión por "un alguien", hacia "algún otro" En dicho sentido, la construcción social del liderazgo deviene un mecanismo para racionalizar y para hacer manifiesta la necesidad de ordenar el arbitrario social (Rancière, 1990: 96).

En el caso de la legitimación del régimen mexicano en la metrópoli, dicho liderazgo estuvo fundado en diferentes mecanismos de control (corporativismo, clientelismo, utilitarismo, abanderamiento) de la acción social. Tales mecanismos tuvieron una gran efectividad para el régimen político entre los años 40 y 60 del siglo XX (De Alba & Kloster, 2007b; De Hoyos, 2007). En su mayoría, dicho manejo era ejercido a través de prácticas políticas que se concentraban en limitar la participación colectiva en la toma de decisiones, o dichos líderes desarrollaban negociaciones directas con las autoridades, sin consultar con sus bases de apoyo y a veces en clara oposición a ellas (Boeninger, 1994; Garrido, 1995; Ziccardi, 1996).

No obstante, estos mecanismos se deteriorarían a partir de los años 70, cuandocomenzó a presentarse una ola de conflictos cuyas demandas reivindicaban una progresiva separación del control político del Estado, y que reflejaron, a un mismo tiempo, los nuevos conflictos de las ciudades mexicanas (Núñez, 1990).

Aunque varios autores han hecho muy importantes trabajos al respecto, las razones del deterioro político del régimen --visto desde el ángulo del desarrollo de estas protestas sociales como su base de legitimación politica--, la mayoria lo hace sin establecer claramente vínculos o interrelaciones, según nuestra opinión (Castillo, Patiño & coords., 1990; Iracheta, Villar & coord., 1988; Perló & Schteingart, 1984).

En este artículo se tratará de establecer el fenómeno de la metropolización en sus manifestaciones de "desbordamiento de lo político"; esto es, en un primer momento, el Estado pierde control (o lo cede) en el manejo de la presión social (clientelismo vertical) (De Alba, 2005a) y la gestión de los servicios públicos. En un segundo momento, la búsqueda de legitimidad se establece sobre "otras" relaciones (clientelismo horizontal) de diversa índole y a partir de un territorio específico: la metrópoli.

  1. Un liderazgo en transición

    Los estudios sobre los liderazgos en el conflicto social por los servicios públicos en el México metropolitano son aún escasos. Además, explicar el cambio de régimen político en dicho país como uno de los efectos del desarrollo de conflictos sociales fuera del corporativismo, relativamente no ocurrió de manera reciente (Guerrero, López-Calva & Walton, 2006).

    En general, puede decirse que al inicio los grupos que encabezaban estas protestas sociales no lograban articularse alrededor de formas "alternativas" al corporativismo del régimen, lo que propició una creciente dispersión de sus demandas y acciones. La permanencia de estos liderazgos estuvo siempre sujeta a sus necesidades inmediatas: la tenencia de la tierra, la falta de vivienda o la deficiente dotación de servicios urbanos, entre muchos otros (Duhau, 1995; De Alba, 2005b). Extraña paradoja la de que la dispersión en las demandas y luchas habría ocurrido porque, en su mayoría, estos grupos fueron fuertemente combatidos por el Estado mexicano, sea por su poca representación o por su escaso número inicial.

    No obstante, los habitantes de esta metrópoli fueron "desbordando" la tradición política: organizándose progresivamente dieron nuevos sentidos al liderazgo, cambiaron sus organizaciones y sus formas de agregarse; es decir, cambiaron el rostro del corporativismo por nuevas formas de agregación en las cuales podrían incluirse, aun genéricamente, las luchas por la democracia (González, Cadena Roa & eds., 1994; Preciado, 2003).

    En su mayoría, tratándose de una población fuertemente desfavorecida que vive, generalmente, en la periferia metropolitana, dicha población se ha unido y ha luchado en coyunturas específicas (p. ej., los sismos de 1985; los elecciones de 1988; la elección de su primer gobierno en 1997, etc.). Haciendo uso de todas las fuerzas y recursos a su disposición, esta población encabezó protestas que exigían al gobierno la dotación y la adecuada distribución de los servicios básicos (Arau, 1987); esto es, a veces se mezclaron con "luchas por los servicios" (agua, vivienda, transporte), o con "luchas políticas" (por derechos políticos, por demandas económicas, etc.). En esta línea de reflexión, dichas coyunturas de conflictos sociales por los servicios no tienen exclusivamente un carácter de "lucha urbana"; más bien lo tienen de "lucha política" que cuestiona la articulación moderna del Estado.

    Por su posición geopolítica, el caso de esta construcción de "alternativas" en la metrópoli de México ha sido muy estudiado por académicos e investigadores, al menos en lo que se refiere al desarrollo de grupos urbanos, en general. Sin embargo, la construcción de dicho liderazgo no está aún definida --ni estudiada por separado--, dada la diversidad de expresiones tanto sociales como institucionales que vive la metrópoli (Castillo, Patiño & coords., 1990; Copen, 1989). En general, ello se debe tanto a la magnitud de los problemas, como a que el surgimiento de...

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