El mundo imaginario de ‘El Gusano’ - 10 de Febrero de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 763654745

El mundo imaginario de ‘El Gusano’

El perreo, prohibido. Imagínelo: imagine un mundo en el que esté prohibido el perreo. No porque el reguetón fuera a ser considerado una blasfemia musical frente a clásicos del desamor colombiano, no. La prohibición del perreo (como toda prohibición, claro) no se establecería por algún tipo de preservación cultural sino por ‘su propio bien’: si perrea en ese mundo imaginario, usted cargará con sus consecuencias. Le va a ir mal por el resto de su vida. César, oriundo de Timbío, Cauca, es un periodista que desde niño tiene que vivir bajo ese tipo de reglas en El Gusano: está en un mundo en el que desde 1997 el roce con otro ser vivo (y ni hablar del baile y del sexo) hace que ambas partes tocadas, literalmente, se fusionen. No se trata de una fusión idealizada (no hay dos ‘medias naranjas’ encontrándose); es, más bien, una unión que altera el cuerpo, la conciencia, la propiocepción, los rasgos sexuales primarios y secundarios, el sueño, el libre albedrío. En la novela, escrita e ilustrada digitalmente por Luis Carlos Barragán, César es testigo de cómo, en una Colombia de principios del siglo XXI que estima el peso del conflicto armado, la interpretación arbitraria de estas fusiones por parte de personajes como su mamá y su papá, y las diplomacias internacionales, dan lugar a que varios países se debatan entre la legitimidad de la existencia de todos los seres humanos; la ‘crisis de la fusión’ es mundial. Algunas personas, como los guerrilleros que decidieron asumir esa condición como un estandarte político, son consideradas monstruos: humanos que se desdibujan en aves, por ejemplo. Estos...

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