‘Regresé al Amazonas para salvar nuestra selva’ - 25 de Febrero de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 840702678

‘Regresé al Amazonas para salvar nuestra selva’

FLOR NADYNE MILLÁN MUÑOZ - PARA EL TIEMPO IG @NadyneMillanCada nevera abandonada en el Amazonas es un tesoro para Adriana Bueno Melo, porque la convierte en una pequeña biblioteca que sirve de despensa para alimentar el corazón y la mente de los niños y adolescentes de este departamento que no cuenta con librerías. "Cuando regresé a vivir aquí, me aterraba que no hubiera una sola librería en Leticia, la capital. Había una biblioteca pública, ahora contamos con dos, una del Banco de la República, que tiene un costo anual cercano a los 3.000 pesos, pero las personas más pobres no pueden pagarlo", dice esta mujer nacida en el Amazonas, pero que a los cinco años regresó con su mamá y hermanos a Bogotá, por la falta de oferta educativa en el pulmón del mundo. Casi 28 años después, ella, una profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, de la Universidad Externado de Colombia, decidió dejarlo todo en la jungla de asfalto para volver a la selva que la vio nacer hace 39 años. Adriana, que trabajó en diferentes entidades gubernamentales, como la Presidencia y Vicepresidencia de la República, Acción Social, la Cancillería, la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (Anspe), se dedicó en su nueva vida a recolectar las neveras que botaban a la orilla del río o en las calles de Leticia o Puerto Nariño. Y así, en una nevera creó BiblioVan, su primera Pequeña Biblioteca Pública y de acceso gratuito. Al poco tiempo, y con el apoyo del Departamento de Policía del Amazonas, acondicionó un vehículo de la institución para convertirlo en un espacio cultural móvil. En su empeño de acercar estos recursos culturales a poblaciones en condición de vulnerabilidad y con limitado acceso a los libros, ya ha creado diez pequeñas bibliotecas públicas: dos en Puerto Nariño y ocho en Leticia. Y están ubicadas en parques, la sala infantil del hospital de Leticia, el Centro de Atención al Menor Infractor, escuelas rurales apartadas del centro urbano y en barrios marginales. Cada una de estas neveras conserva entre 150 y 300 libros, y para saciar el apetito de los niños y jóvenes se abastecen permanentemente con nuevas colecciones. Todas persiguen distintos objetivos. Las de las escuelas son para fortalecer el proceso educativo de los pequeños, tienen literatura infantil y juvenil y libros académicos porque no todos los niños disponen de los recursos para comprarlos, y es difícil conseguirlos. La biblioteca del Centro de Atención Especial a Menores...

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