‘Miguelito’, el médico que salió aplaudido de su casa enfermo de covid- 19 - 23 de Mayo de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 844703062

‘Miguelito’, el médico que salió aplaudido de su casa enfermo de covid- 19

Carol Malaver - Subeditora Bogotá carmal@eltiempo.com @CarolMalaver"Chao, Miguelito". "Queremos que regreses pronto". "Te vas a recuperar, te esperamos". "Eres un ganador, tranquilo". "Que Dios te bendiga". "Ánimo, ánimo". Todas esas voces se replicaron con el eco de aquel conjunto de apartamentos el día que este médico enfermó. Con todo ese cariño partió hacia el hospital San Ignacio mientras los paramédicos lo sacaban encapsulado y las palmas de decenas de personas resonaban. Alguien filmó ese acto solemne y el video se volvió viral. ¿Quién era este personaje que generó tantos afectos esa fría noche de Bogotá? "Ese hombre era mi papá, Miguel Barragán Nocua, un médico cirujano de la Universidad Javeriana, una gran ser humano, una persona sencilla, relajada, inteligente y muy, muy amorosa", dijo Nicolás Barragán, después de varios intentos para entrevistarlo. Hablar todavía le cuesta trabajo. La covid-19 le quitó a su padre. Pero ese cariño no solo lo despertaba en su familia sino en todas las personas que lo conocieron. Miguel estaba casado con Yolanda hacía 29 años y tenía 3 hijos, Nicolás, Miguel y Laura, pero su familia es numerosa y unida. Vivía también con una sobrina y un nieto a quienes trataba con el mismo afecto. Para él no existían las diferencias de trato. "Mi papá era tan cariñoso que a pesar de que madrugaba para irse a su trabajo era de los que nos dejaba preparado el desayuno. Decía: ‘ahí les dejé el cafecito a mis chinitos’ ", contó Miguel Barragán Bonilla, otro de sus hijos. Él médico estaba trabajando en la subred centroriente en el Caps Chircales, en Rafael Uribe Uribe, y en la IPS Virrey Solís, en la avenida 68 con Américas y vivía desde hace varios años en un conjunto de apartamentos del barrio Usatama, localidad de Los Mártires, en la manzana A, pero lo conocían en todas las demás. Miguelito, como lo solían llamar, era célebre entre los vecinos porque cada vez que alguno se enfermaba preferían llamar a este galeno por el cariño con que los trataba. El niño que se raspaba, el abuelo indispuesto tenían que ver con él. "Es que era muy sencillo, mis amigos me decían que era un bacán, que era divertido y que siempre tenía una sonrisa para los demás. Solía estar vestido con una sudadera y una camiseta blanca", contó Nicolás. Formal, solo para ir al trabajo, porque eso de usar corbata no era lo suyo. Nicolás cuenta que mientras cuidaba a su mamá, que había enfermado en Soacha, la salud de su padre se afectó. "Un día lo llamé...

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