‘Padecemos dos virus: la prisa y el culto a la juventud’: Carl Honoré - 31 de Mayo de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 844839890

‘Padecemos dos virus: la prisa y el culto a la juventud’: Carl Honoré

Natalia Blanc - La NAciÓn - (Argentina)La vida lenta, marcada por la espera en actividades cotidianas que solíamos hacer rápido como hacer las compras o un trámite bancario, irrumpió de repente en la sociedad a nivel global cuando nadie lo esperaba. Ni siquiera Carl Honoré, gurú del movimiento slow, que lleva siete semanas de confinamiento en su casa de Londres junto con su esposa y sus dos hijos. Qué sorpresa para el autor del best seller Elogio de la lentitud, que recorre el mundo hace más de quince años para predicar sobre los beneficios de desacelerar. Ni él puede creer lo que estamos viviendo. Con sobrecarga de tareas puertas adentro y contactos mediatizados por la pantalla, es momento de bajar una rayita en el nivel de velocidad y repensarnos a nivel social e individual. Es lo que cree Honoré, que proyecta el mundo pospandemia con una mirada optimista. "Estamos todos inmersos en un taller de lentitud impuesto que nos está rehumanizando. El lado luminoso de la experiencia tenebrosa de la pandemia es redescubrir el placer de estar con otros, pasar más tiempo con la pareja y los hijos, encontrar el tiempo justo para dedicar a cada actividad en cada momento. La cultura de la prisa, a la que estábamos acostumbrados, nos convierte en máquinas de hacer cosas y nos desconecta de nosotros mismos y de los demás. Tengo tendencia a creer que, cuando termine la emergencia sanitaria, vamos a querer preservar algunos hábitos nuevos que adquirimos con esta lentitud forzada", reflexiona. ¿Imaginó alguna vez que vería al mundo en modo lento, aunque fuera forzado? Es una situación bastante paradójica: he soñado durante muchos años con una gran desaceleración, pero nunca me había imaginado que fuera por algo como esto. Ni tampoco lo hubiera querido. Obviamente que la pandemia es un horror, pero como soy optimista trato de verle el lado positivo. Creo que, incluso dentro de esta lentitud obligatoria, estamos pasando por un gran taller de experiencias. La parte mala es la gente sin trabajo, sin generación de ingresos, alejada de sus seres queridos. ¿Cómo lo afecta esta situación crítica en lo personal? A pesar de las circunstancias, estoy bastante bien. En Londres hemos tenido libertad para salir de casa. No estamos ciento por ciento encerrados: podemos salir a correr, a andar en bicicleta. Así que sigo practicando deporte y ejercicios. Hago boxeo y patino para compensar todo lo que estoy comiendo, porque una de las cosas que más hacemos en casa es cocinar...

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