El ‘Bon Bon’ que hace medio siglo hizo ‘Bum’ - 7 de Noviembre de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 851592385

El ‘Bon Bon’ que hace medio siglo hizo ‘Bum’

Carolina Bohórquez - Corresponsal de EL TIEMPO - CALIJaime González tenía 11 años cuando, gracias a que trabajaba con su abuelo en la plaza de mercado de Manizales, pudo reunir por primera vez 10 centavos de los que destinó una parte a comprar una chupeta con un palito blanco que recién había salido al mercado. El cartagüeño, criado en el seno de una familia muy pobre, no olvida el orgullo que sintió el día que pudo comprar ese dulce, como resultado de su esfuerzo. Era 1970 y el mundo hablaba todavía de la llegada del hombre a la Luna un año antes, y de la pérdida temprana de Jimi Hendrix. Mientras tanto, en Colombia nacía un producto que generó una revolución y no ha parado de crecer desde entonces. Como ninguna otra en esos años 70, esa cabeza de caramelo que compró el niño dejaba los labios y la lengua completamente rojos por su color de fresa y tenía chicle en su corazón. González, hoy de 61 años, que trabaja en Cali como taxista, recuerda que le gustaba inflar una bomba de ese chicle que cubría parte de su rostro hasta que explotaba y se escuchaba: ¡bum! Era el sonido que hace honor al nombre de uno de los bombones que durante medio siglo ha hecho parte de la vida de los colombianos, muchos desde niños, como Jaime González, pasando de una generación a otra. "Daba caché chupar un Bon Bon Bum", insiste el cartagüeño al recordar esa época y los sueños que tuvo de pequeño. Y fue un homónimo suyo, Jaime Caicedo, quien en 1970 inventó el la chupeta que revolucionaría el futuro de Colombina, la empresa de su familia. Caicedo conoció un bombón que lo motivó a buscar una máquina que permitiera integrar el confite y el chicle. La idea llegó luego de 43 años de fundada la empresa y no había sido intentada en el país. Era revolucionaria. Jaime Caicedo, padre de César Caicedo, actual presidente de Colombina, ya había dado un gran salto en el mercado de las golosinas. Una década atrás, en los 60, había incorporado a su fábrica mermeladas y otras delicias con sabor a fruta, en reemplazo de las esencias artificiales. Siempre como ahora, utilizando el azúcar de los cañaduzales vallecaucanos. Buscando de dónde había venido la bola de dulce que conoció con un chicle por dentro, Caicedo viajó a Puerto Rico con Ariosto Manrique, gerente y director de producción de la empresa. "Fue así que mi papá se impuso ese reto de que el corazón de la bola de su descubrimiento tuviera un sabor agradable y que los consumidores pudieran hacer su propio globo en la boca y...

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