‘Las feministas tenemos que ser optimistas’: Florence Thomas - 28 de Agosto de 2022 - El Tiempo - Noticias - VLEX 909454431

‘Las feministas tenemos que ser optimistas’: Florence Thomas

‘Las feministas tenemos que ser optimistas’: Florence ThomasLa psicóloga, columnista y activista por los derechos de las mujeres llenó la Sala Capital de la Cinemateca de Bogotá, durante su charla ‘El cine y yo’. Allí recordó su vida y sus luchas por la reivindicación femenina.Julio César Guzmán - editor de el tiempo @julguzJulio César Guzmán - editor de el tiempo @julguzA punto de cumplir 80 años, Florence Thomas luce vital, lúcida y sintonizada con las jóvenes que le piden autógrafos y selfis, como si de una estrella del reguetón se tratara. Su presencia no solo llenó la Sala Capital de la Cinemateca de Bogotá durante la grabación de la charla ‘El cine y yo’, sino que se prolongó otra media hora, mientras atendía a sus admiradoras. "Yo sé que no me queda mucho camino -dijo-, pero me hace muy optimista sobre el feminismo ver hijas, nietas y biznietas ‘mías’ que siguen adelante. Lo que llamamos la cuarta ola del feminismo". Con su acento nasal de Normandía y las erres convertidas en g, sus palabras inspiraron a las mujeres que retoman sus ideas: "Hoy ellas trabajan de una manera distinta, con performance, con las redes sociales. ¿Nosotras qué teníamos para impactar el medio? No existían los celulares, las redes, nada. Teníamos las marchas, que hacíamos con 20 mujeres en la carrera 7.ª gritando: ‘Mi cuerpo es mío’. Y todo el mundo se burlaba de nosotras desde los andenes. Ahora son muchísimo menos vulnerables. Ellas han recibido nuestra herencia". ¿Cómo fue su infancia? Nací en 1943, en pleno bombardeo alemán sobre la ciudad de Rouen, que es una ciudad muy cercana a París. Había una catedral magnífica y todo se derrumbó. Estuve volviendo a pensar en ello a raíz de la guerra en Ucrania, porque mis hermanos, que eran mayores, vivieron exactamente lo mismo que están viviendo los niños ucranianos: las sirenas, bajar al sótano, los refugios. Yo acababa de nacer, por supuesto no me acuerdo, pero fui alimentada con historias de guerra. ¿Le gustaba el cine? Mi papá había nacido en 1902 y contaba que cuando él tenía algo más de 10 años se dio el inicio del cine en Francia. Y él pensaba que el cine iba a ser una nueva religión. No se equivocó, ¿verdad? En ese tiempo era muy extraño ir a cine, porque primero había anuncios de publicidad y paraban diez minutos. Prendían las luces y vendían golosinas, helados. Un intermedio como en el teatro. Luego sí arrancaba la película. ¿Cómo llegó a París? Yo creo que escogí estudiar psicología porque sabía que no se podía terminar en Rouen. Quería ir a París, era la década de los 60, estaban Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre, Michel Foucault, Barthes... todos los grandes filósofos del momento. Para mí era muy importante ir a París y hacer una maestría. Amor por Colombia Paradójicamente, su ciudad soñada terminó siendo una escala hacia Suramérica. En París conoció el amor que le deparó una nueva nacionalidad: "En los 60, debía haber seis o siete estudiantes colombianos en París. Y yo me enamoré de uno. Ese colombiano hacía una maestría en Psicología Industrial mientras yo hacía una en Psicología Social. Teníamos clases en común de estadística, economía y todo eso. Un día me invitó a tomar un café y me pareció muy inteligente, muy chévere. Cuando me dijo que era de Colombia, yo no sabía dónde era eso, porque los franceses éramos nulos en geografía. Por la noche, miré el atlas y al otro día lo sorprendí: ‘Oh, sí, Bogotá, 2.600 metros sobre el nivel del mar’. Así cayó y... París se volvió una fiesta. Como el amor es loco, luego me metí en un avión y llegué a Colombia. ¿En qué momento se dedicó al feminismo? Cuando llegué a Colombia, a finales de los 60, me sorprendió mucho, porque no había una sola fisura en este muro patriarcal. Yo había vivido en París, donde los debates eran diarios, ya se hablaba del aborto. Pero en Colombia encontré madres, no mujeres ciudadanas con derechos. Mujer era igual a madre. Y no encontré hombres tampoco: encontré machos. En esos primeros ocho años, yo no era feminista. Trataba de aprender lo mejor posible el español, de dictar clases en momentos muy difíciles para la Universidad Nacional. Y con todo eso trataba de entender la complejidad de este país. Solo al final de los 70 escuché hablar de un grupo llamado Cine Mujer, con Sara Bright, Clara Riascos y Eulalia Carrizosa. ¿En algún momento...

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