‘Ya no queremos más violencia obstétrica en el Chocó’ - 10 de Enero de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 917666394

‘Ya no queremos más violencia obstétrica en el Chocó’

ALEJANDRA BONILLA MORA - REDACTORA DE JUSTICIA@AlejaBonillajusticia@eltiempo.comEl 13 de febrero de 2017, sobre las 10:50 de la mañana, Alba fue con 36 y media semanas de embarazo al hospital Ismael Roldán Valencia, de Quibdó, en Chocó. Tenía contracciones, antecedentes de malaria y de un choque eléctrico recibido en el trabajo unos meses atrás. Era hora del parto. Pero las siguientes siete horas se convirtieron en el doloroso ejemplo de lo que no debería pasar en la asistencia profesional a una paciente y en un caso de violencia obstétrica, así declarada por la justicia colombiana en 2022, en una sentencia que dictó una jueza chocoana al revisar el caso, condenar al hospital por lo sucedido y que fue premiada por la Comisión de Género de la Rama Judicial a finales de año pasado. A Alba primero la revisó un médico general que la encontró en buen estado y le dijo que volviera seis horas después. Pero las enfermeras le pidieron que se quedara deambulando en el hospital al ver que se seguía quejando de dolores. Alba volvió a pedir atención varias veces, y solo a las cuatro de la tarde se dispuso que fuera valorada por ginecología, lo cual, una hora y media después, no había pasado. El ginecólogo de turno en el hospital, el único de segundo nivel en Quibdó, estaba en cirugía. Lo llamaron cuando los médicos se dieron cuenta de que el feto tenía una baja frecuencia cardiaca y debía decidirse qué acciones tomar y definir si el parto iba a ser natural o se debía una cesárea. El profesional ordenó por teléfono darle líquidos a Alba. A las 5:55 de la tarde la paciente empeora y el parto fue casi inmediato, atendido por una médica general. El bebé nació cianótico, no respiraba, no le latía el corazón. Le hicieron reanimación. En ese momento llegó el ginecólogo, y a las 6:40 de la tarde fue declarado muerto. Luego, el papeleo empezó a mostrar contradicciones sobre lo que realmente pasó: había un registro de nacido vivo, dos certificados de defunción y una autopsia según la cual el bebé tenía un trauma craneoencefálico que no se explicaba por la historia clínica. La familia demandó a la nación. El caso fue estudiado por el juzgado cuarto administrativo del circuito de Quibdó, liderado por la jueza Dunnia Zapata Machado, quien tiene 11 años y 4 meses de experiencia en el cargo y escuchó los testimonios de todos los involucrados, como enfermeras, la médica general, el ginecólogo, entre otros, y de peritos que sugirieron que el bebé tuvo que habérsele...

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