Abecé del juicio a Uribe - 25 de Agosto de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 809586301

Abecé del juicio a Uribe

No quiero dedicarme en esta columna a absolver o condenar a Álvaro Uribe por los delitos que le achaca la Corte: soborno y manipulación de testigos. Pero, como abogada, me gustaría referirme al debido proceso judicial que debería tener garantizado. La primera verdad la escribió el lunes pasado en su columna de El Espectador el Maestro Héctor Osuna, firmada por Lorenzo Madrigal: "Se da inicio a un juicio político como el que más…". Todo comenzó el día en que la sala penal de esa Corte Suprema de Justicia, enceguecida contra el entonces presidente Uribe, decidió inventarse una figura que no existía y que no existe. Le devolvió dos veces las ternas para fiscal por considerarlas "inviables". Querían castigar a Uribe repudiando a sus candidatos. Tiempo después, una de las ternadas por Uribe, Margarita Cabello, actual minjusticia, tachada como "inviable" por la Corte, fue elegida por ellos mismos como magistrada y, luego, como su presidenta. A partir de esa mortal actuación, la Corte Suprema de Justicia de Colombia quedó tatuada de política y matriculada en una campaña con un blanco: meter a Uribe preso. Parlamentarios como Iván Cepeda y Piedad Córdoba se dieron a la tarea de viajar por las cárceles del país y del exterior buscando testimonios que lo comprometieran como paramilitar. Varias de esas personas contactadas contaron de ofrecimientos de protección, a ellos y a sus familias. Esta conducta hizo que Uribe denunciara a Cepeda ante la Corte, pero, sorpresivamente, considerándolo parte de sus funciones, los magistrados absolvieron a Cepeda de manipulación de testigos y le abrieron proceso por el mismo delito, pero al denunciante original: Uribe. Leí el fallo y no me quedó para nada claro que fuera tan distinto lo que Cepeda venía haciendo, supuestamente para que presos y testigos contaran la verdad, de lo que hacían allegados a Uribe, para que se retractaran de lo dicho. Por las dos vías hubo ofrecimientos "humanitarios". Pero a Uribe le abrieron un segundo proceso. Seguramente desesperado porque sus dos abogados de cabecera, Lombana y Granados, estaban peleados y no actuaban en equipo, resolvió equivocadamente, a mi juicio, buscarse otro abogado, Diego Cadena, con menos escrúpulos para meterse a las cárceles y buscar presos. Así lo hizo Cadena con Juan Guillermo Monsalve, el testigo estrella (hoy condenado por secuestro extorsivo) de que supuestamente en la hacienda...

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