La abogada que reabrió el caso de joven desaparecida en el Vaticano hace 40 años - 5 de Febrero de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 922245858

La abogada que reabrió el caso de joven desaparecida en el Vaticano hace 40 años

Flavia Tomaello - LA NACIÓN (ARGENTINA) @LANACIONDijo Charles Baudelaire y Kevin Spacey repitió en Los sospechosos de siempre para dar fin a la película dirigida por Bryan Singer: "El truco más grande que jamás hizo el diablo fue convencer al mundo de que no existe y así, desaparecer". Algunos pueden suponer que se esconde en el sitio menos pensado y esas ideas no son contemporáneas. Tribulaciones históricas del Vaticano parecen haber tenido algo de diabólicas. Sobornos, delitos, papas padres, reinas pidiendo piedad para no ser decapitadas, excomuniones célebres (como la de Lutero), exorcismos puertas adentro, estafas y desapariciones. Un hecho en particular mantiene en alerta hace 40 años a la ciudad estado en medio de Roma. El 22 de junio de 1983, Emanuela Orlandi, de 14 años, hija de un funcionario del Vaticano cuya familia trabaja para la Santa Sede desde 1920, salió de su casa y atravesó la Porta Sant’Anna, que separa la ciudadela de Roma de la tierra del Papa para llegar a la iglesia Sant’Apollinaire, cruzando el Tevere, muy cerca de piazza Navona, para su clase de música. Promediando la tarde hizo una llamada a su casa. No comentó nada en particular, excepto que se le había acercado un hombre desconocido para sugerirle que distribuyera unos volantes a modo de publicidad por cierta cantidad de dinero. Como no estaban sus padres, su hermana Federica le advirtió que la suma ofrecida era muy alta. Avisó que a la salida de la escuela, el susodicho le daría los volantes y que ella los llevaría a su casa. Tenía que encontrarse más tarde con su hermana Cristina, a las 7:15 p. m., apenas cruzando el puente Vittorio Emanuele II. Como a esa hora no estaba en el lugar, Cristina decidió acortar camino e ir a su encuentro. Llegó a la escuela a las 7:20. Emanuela había desaparecido. Una compañera fue la última en verla. Rafaela Monzi dijo haberla dejado a las 7:10 en la parada del autobús que tomaba cuando no quería caminar. En menos de un cuarto de hora se había tejido la historia que aún no tiene solución. El caso sigue sin resolverse. Tuvo algunas inesperadas y llamativas aristas: desde Juan Pablo II pidiendo en una de sus homilías de los miércoles personalmente a los captores que la liberaran hasta una supuesta participación de la KGB, pasando por el movimiento nacionalista turco de los Lobos Grises del que formaba parte el atacante del propio papa, Ali Agca; o la intención de ejercer presión sobre el Vaticano, al que la Banda della Magliana...

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