Con el acelerador a fondo - 17 de Noviembre de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 826444865

Con el acelerador a fondo

A la una de la mañana del viernes pasado, Bernardo Molina logró estacionar en la zona industrial de Bogotá su tractomula marca Kenworth de color azul, modelo 2010. Cansado, tras luchar con el tráfico capitalino, parqueó en el patio de maniobras de la empresa que lo contrató para traer un contenedor de bienes desde Buenaventura. Había sido un largo viaje. La ola invernal y la congestión en diversos puntos de la carretera se combinaron para que el trayecto desde el puerto del Pacífico le tomara 22 horas. Llegó apenas con un par de billetes en el bolsillo, tras haberse ido con un grueso fajo que se fue adelgazando por cuenta de la compra de combustibles, el pago de peajes y las comidas. Con cerca de 40 años al timón, afirma que el negocio sigue duro para los transportadores pequeños y que en ocasiones se demora más en llegar a su destino que una década atrás. "Hay tramos que son una verdadera elegancia", sostiene. Otros, en cambio, siguen igual de mal, con lo cual se forman enormes cuellos de botella que lo demoran y le cuestan dinero. "En muchas partes el pavimento es pura ‘piel de cocodrilo’, aparte de que a algún ‘genio’ se le ocurrió poner reductores de velocidad por cantidades, que le hacen mucho daño al carro que manejo", agrega. Puede haber menos aventuras que antes, pero su oficio no se ha hecho más fácil con el paso del tiempo. Aun así, cada vez que sube al alto de La Línea y cruza la cordillera central, mira con anhelo los trabajos que deberían estar listos a finales de 2020 y que le significarán menos tiempo al volante. La esperanza vive Relatos similares se escuchan, tanto de conductores profesionales como del automovilista que sale de su ciudad el fin de semana. A lo largo y ancho de la geografía, el panorama es de mejoras paulatinas, al igual que de obras que están en marcha o eventualmente llegarán. Dependiendo de donde cada uno se moviliza, el parte oscila entre bueno, regular y malo. También hay imprevistos que dejan en claro lo mucho que falta. El enorme derrumbe que taponó a partir del jueves la carretera que une a Bogotá con Medellín, cerca del municipio de San Luis, obligó a miles de vehículos a tomar rutas alternas. Todavía están frescos en la memoria de la opinión los trastornos que ocasionó el prolongado cierre de la vía al Llano, reabierta pocos días atrás. Tales elementos forman parte de una realidad que está cambiando, aunque con menos velocidad de la que quisieran los colombianos. El aumento en el parque automotor...

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