Acertada respuesta del Vicepresidente - 20 de Septiembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 693443093

Acertada respuesta del Vicepresidente

Y la descertificación, ahí…

Como una garrapata, el tratamiento del narcotráfico es tema que no quiere desprenderse de nuestra agenda pública. Sin duda, como dijo el papa Francisco, es una de las peores “lacras” que han caído sobre la Nación. A partir de la década de los 80, principalmente, y después de la declaratoria de ‘guerra a las drogas’, el narcotráfico ha estado siempre ahí, rondando nuestra débil democracia y corrompiendo todo lo que pase a su lado. Al contrario de cuanto suele decirse, el país no se benefició económicamente por el hecho de que unos cuantos colombianos se involucraran en el ilícito negocio. Basta recordar –sin hablar de los muertos– cuánto ha costado esta lucha en materia de fortalecimiento de la Fuerza Pública y el aparato judicial. El daño institucional ha sido enorme. Por el ‘estiércol del diablo’ se corrompieron sectores de la política, el Ejecutivo y la Rama Judicial. La sola arremetida de los narcotraficantes para evitar la extradición cobró la vida de muchos dirigentes políticos, magistrados, periodistas y defensores de derechos humanos que hoy nos hacen mucha falta, como Manuel Gaona, Carlos Medellín, Rodrigo Lara, Enrique Low Murtra, Luis Carlos Galán, Guillermo Cano, Carlos Mauro Hoyos y Jorge Enrique Pulido, entre otros. Por culpa del narcotráfico y su poder intimidante, tuvimos que aceptar figuras no muy ortodoxas como testigos, fiscales y jueces sin rostro. Fue famosa la frase del ministro de Justicia Jaime Giraldo de que era mejor tener jueces sin rostro que jueces sin vida. En algún momento recurrimos a los consejos verbales de guerra para juzgar a los narcotraficantes. Por causa del mecanismo de la certificación, fuimos humillados cuando le retiraron la visa americana a un presidente en ejercicio. Y, como decía Jaime Garzón, nos aguantamos al invasivo y recientemente fallecido ‘virrey Frechette’. Además, como dijera García Márquez, el mayor de los males de los narcotraficantes a Colombia fue haber inculcado la cultura del ‘enriquecimiento fácil’, que trastocó todos los valores. No obstante que el país no se convirtió en narcodemocracia gracias a la posición valiente de compatriotas como el presidente Barco, militares, policías, soldados, políticos honrados, periodistas, todavía hoy en los aeropuertos del mundo la presentación del pasaporte...

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