Aida y Nicolás - 13 de Marzo de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 924669234

Aida y Nicolás

Amores contrariados, pujas de poder, aportes clandestinos, cachos, corazones rotos, compra de votos, mujeres bonitas, lujos, clanes familiares a la izquierda, en el centro y a la derecha, contratistas del Estado, corrupción y dinero en efectivo circulando profusamente y sin control rondan por estos dos gigantescos escándalos que estremecen la política colombiana. Si no fuera por las graves implicaciones que tienen para la vida nacional, estaríamos sentados en la primera fila de dos culebrones de telenovela o de una serie taquillera donde la ambición de poder político y económico y las tempestades de pasiones tocan a poderosos protagonistas de la vida de un país. Pero no. No se pueden banalizar, trivializar, ni normalizar. La asfixiante corrupción que devora a Colombia en muy buena medida se origina en el tortuoso y pestilente camino para alcanzar el poder que tantos recorren con tal de conseguir los votos que compran, o los que luego pagan con pedazos del Estado, con decisiones de gobierno, con leyes acomodadas, con beneficios para los aportantes, con cuotas de poder o con contratos envenenados en desmedro, todo ello, del pobre ciudadano de a pie. Así es. Los paganinis de todo esto somos los ciudadanos. Si fueran unas simples historias de cama, de traiciones y negocios privados lejos del código penal, nadie tendría por qué meterse en la vida de alcoba de los protagonistas. Aquí la cosa es distinta. En el centro de todo está el poder del Estado y por ende el bien común que tantas veces cede ante los compromisos de las campañas para llegar al poder. Esos votos malditos los giran contra nuestro bienestar. Por eso, los dos procesos, con las garantías aplicables, deben avanzar hasta el fondo, sin titubeos, sin vacilaciones, caiga quien caiga, condenando a quienes haya que condenar, absolviendo a quienes tengan que absolver, protegiendo las vidas de todos los implicados, brindando todas las garantías procesales y buscando la verdad verdadera duélale a quien le duela. Ni la deportación de Aida (que más pareció el desembarco de una rock star) puede llevar a que se pierda el foco en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR