Al alcance del pueblo: impresos populares y tradiciones retóricas en Colombia durante la segunda mitad del siglo xix
| Autor | Patricia Cardona Z. |
| Páginas | 83-113 |
Al alcance del pueblo:
impresos populares y tradiciones
retóricas en Colombia durante
la segunda mitad del siglo *
P C Z.
Universidad EAFIT, Colombia
Introducción
Algunos de los debates gestados bajo la sombra del giro ling üístico han insis-
tido en el carácter narrat ivo de la Historia
, poniendo énfasis en las estrategias
discursivas a las que los historiadores tienen que recurrir para dar a l relato
una estructura particular. Visto así, más que un saber objetivo compelido
al cumplimiento de un sinnúmero de protocolos técnicos, la Historia es una
deriva pretenciosa de la literatura y casi al m ismo estilo de los literatos, pues los
* Para citar este artículo:http://dx.doi.org/./.
El gran debate se dio a partir de las tesis de Hayden White sobre la poética de la Historia.
Véa se Metahistoria. La imaginación histórica en la Europa del siglo (México: Fondo de Cultura
Económica, []). Las tesis principales de White se fundan en la idea de que la Historia es
sobre todo un artefacto narrativo que recurre a formas de ccionalización semejantes a las de la
literatura. Véase también de este autor El texto histórico como artefacto narrativo y otros escritos
(Barcelona: Paidós, ). Paul Ricoeur mantuvo vigente la polémica con sus reexiones sobre las
aporías entre el tiempo y la narración y sus desarrollos a partir de lo que denominó la triple mímesis:
preguración, conguración y reguración, de las cuales se ocupan los tres tomos de tiempo y
narración, dejando el segundo tomo a la conguración del tiempo y la experiencia en el relato
histórico. Paul Ricoeur, Tiempo y narración, t. - (México: Fondo de Cultura Económica, ).
La polémica se ha dirigido hacia la losofía del lenguaje en la que destacamos a Frank Ankersmt,
Historia y tropología. Ascenso y caída de la metáfora (México: Fondo de Cultura Económica, ).
historiadores crean versiones ccionales del pasado. Estos debates pasan por
alto un detalle que a la post re es una cuestión sustantiva en la Historia surgida
en las entrañas de la modernidad y es que, precisa mente, su gran ruptura con
relación a la retórica que ubicaba a la narración histórica en los géneros literarios
como relato verdadero, al lado de la literatura como relato de cción, se explica
por la importancia que desde el siglo la Historia empezó a conferi rles a las
llamadas fuentes y a los procedimientos “técnicos” que se materializan en la
escritura histórica.
La Historia moderna no es un relato de hechos verdaderos sin más, no es un
retrato de acaecimientos del pasado, tampoco u n depósito de ejemplos para evi-
tar los yerros; es una disciplina s ometida a una serie de mecanismos de análisi s
documental, y al estud io teórico de problemas, cuyo cometido no es reconstruir
el pasado en su plenitud, ni interpretar el presente, sino entender qué ha hecho
que este sea lo que es
.
El estudio histórico no parte de la premisa de que existe un pasado que se
retrotrae mediante el relato, sino que este es susceptible de conocerse a part ir de
las huellas que de él han quedado. El pasado no es una “realidad dad a” de la que
el historiador es sencillamente un vocero el; pues el pasado es u n problema que
se construye en las condiciones del presente, es decir, con preguntas que en el
presente son ontológicamente fundamentales y cuyas respuestas son posibles
a través de un escrutinio minucioso y bien ponderado de la documentación.
Asimismo, los documentos cobran vida como “fuente” cuando el historiador
teje problemas históricos capaces de dar cuenta de una porción del pasado, sobre
la cual se elaboran “respuestas objetivas” au nque parciales, capaces de ayuda r
a entender los rumbos que han tomado las sociedades en su constante devenir.
Lejos estamos ya de los coleccionistas que desde el Renaci miento empezaron
a atesorar con celo las huellas dejadas por el tiempo. A pesar de esto, g racias a
su entusiasmo contamos en la actualidad con u n variado repertorio de legados
del pasado que, puestos al servicio de los estudiosos de la Historia, ayudan a
esclarecer aspectos de nuestras s ociedades. La variedad de documentos que la
Historia ha logrado incorporar a sus terr itorios da cuenta no solo de la riqueza
de las perspectivas e intereses de la socied ad, sino de los desarrollos teóricos que
han permitido que vestigios de diversos tipos y de d istintas épocas hagan par te
del acervo documental con el que hoy cuentan los historiadores
.
Una respuesta de un historiador a la obra de Hayden White se encuentra en Roger Chartier,
“Cuatro preguntas a Hayden White”. Historia y Grafía n.° (): -.
Sobre la institución histórica, sus procedimientos y sus prácticas, Michel de Certeau, La
Escritura de la Historia (México: Universidad Iberoamericana, ).
Uno de los aspectos más importantes y menos estudiados sobre el paso de la Historia como
relato el de los hechos y la Historia como un saber objetivo moderno tiene que ver con la práctica
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