Alemania tropieza con la misma piedra - 3 de Marzo de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 840831762

Alemania tropieza con la misma piedra

LEOPOLDO VILLAR BORDA - para el tiempoEl ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Las pruebas abundan, y sin embargo el error se repite, a veces con consecuencias catastróficas. Está pasando hoy en Alemania, donde la ceguera y la ambición de algunos políticos, unidas a los peores instintos de una población disgustada con su suerte, están llevando al país a repetir la historia de hace un siglo, que condujo a la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial. Apenas tres meses después de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, en febrero de 1919 se instaló en la pequeña ciudad de Weimar una asamblea constituyente de 423 miembros elegidos popularmente que tras cinco meses de deliberaciones adoptó la primera Constitución democrática en la historia alemana. Así nació la República de Weimar y se formalizó la extinción del Imperio alemán. La Constitución instauró un régimen parlamentario y un poder ejecutivo dividido en las figuras de un presidente y un primer ministro con el nombre de canciller. Además, consagró el sufragio universal con inclusión de las mujeres, la tolerancia religiosa y la libertad de expresión, principios que en esos tiempos eran considerados revolucionarios. Pero esta historia maravillosa no duró mucho. La nueva República nació en medio de una guerra civil en la que socialistas, comunistas, nacionalistas y conservadores se enfrentaban en las calles de Berlín, razón por la cual la constituyente no se reunió allí, sino en Weimar. A ella le correspondió hacerse cargo de las consecuencias de la derrota en la guerra y la caída del Imperio, que significaron grandes cesiones territoriales, cargas materiales en forma de reparaciones, pérdida de las colonias y restricciones militares, así como la prohibición de unificarse con Austria. Por otro lado, la Constitución no estableció un umbral para ingresar al Parlamento, lo cual facilitó la proliferación de pequeños partidos y dificultó la creación de mayorías en el Reichstag. Esta situación fue aprovechada por el nazismo, que avivó el resentimiento de los alemanes y creció como espuma hasta convertirse en el partido más votado en las elecciones de 1932. Dueño del 37 por ciento del Parlamento, Hitler llegó a un acuerdo con los conservadores del presidente Paul von Hindenburg, quien acababa de ser reelegido, para compartir el poder con él. En desarrollo del pacto fue nombrado canciller. Y un año más tarde, al fallecer Von Hindenburg, declaró vacante el...

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