¿Amenaza contra los ricos? - 1 de Agosto de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 451446342

¿Amenaza contra los ricos?

Quinta columna

Óscar Collazos

Después de releer la columna del exministro y exembajador Silva Luján publicada el 28 de julio en EL TIEMPO me pregunté si su misteriosa defensa de los inermes empresarios “amenazados” por un “supuesto interés colectivo” tenía nombre propio o era un compendio de generalidades escritas en defensa de algún amigo. Busqué en el escrito menciones directas a empresarios obligados a emigrar por falta de seguridad jurídica y no encontré ninguna. Indagué en la historia más reciente y no encontré los señalamientos que “desde los púlpitos, los micrófonos y las curules” se hacen a los empresarios, llamándolos “culpables de muchos de los graves males que nos aquejan”. A alguien en particular debería referirse el exministro, a menos que esperara que sus lectores descifraran las claves del escrito y compartieran así los alarmantes sentimientos que lo inspiran. Pero es imposible saber a cuáles empresas o empresarios se refería al hablar del “derecho a equivocarse” y del derecho a la quiebra. Con un solo nombre, con un solo caso de empresas nacionales o extranjeras, el párrafo hubiera tenido sentido. Al referirse a los colombianos que fracasaron en los negocios y acabaron tras las rejas, supongo que el columnista no estaba pensando en el prehistórico Jaime Michelsen ni en el recentísimo DMG, mucho menos en los Nule y ni se diga de los cerebros de Interbolsa, aún libres. ¿En quiénes pensaba el columnista? La República y la revista Dinero deberían aclararnos el enigma. Si viviéramos en el país imaginado por Silva Luján, sería imposible hacer cada año el listado de las 100 empresas más importantes y prósperas de Colombia o el registro de decenas de multinacionales que explotan el oro y el carbón que las enriquecen y nos envenenan el medio ambiente, por ejemplo. Quizá el columnista pretendía defender a alguien y no se atrevió a decirlo. ¿Lo dijo en clave de horóscopo? Para hacer ese mandado no era necesario repetir la fábula de la pobre viejecita sin nadita que comer, ni victimizar a...

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