Un año de decisiones para el futuro - 23 de Enero de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 855930881

Un año de decisiones para el futuro

Hernando Corral G. - PARA EL TIEMPOLo que nos espera en 2021 no es precisamente un camino de rosas. En el caso colombiano, será un año de muchas dificultades, no solo por las secuelas del coronavirus, sino, además, porque esta pandemia ha servido como catalizador para percibir con mayor realismo un cúmulo de problemas sociales sin resolver. Durante estas últimas décadas, la desigualdad social se ha hecho inocultable, el trabajo informal ha superado al empleo formal y el desempleo que ya venía creciendo en forma preocupante antes de la pandemia se encuentra desbordado en especial para las mujeres y los jóvenes. Algunos humanistas o personajes bien intencionados piensan que pasada la pandemia el mundo cambiará: los ricos renunciarán a obtener pingües ganancias y se morigerará el absurdo consumismo. No será así en el caso de Colombia, ya que los valores éticos se han trastocado hasta el punto de que lo único que cuenta es acumular dinero, sin importar los medios para lograrlo: la corrupción, la trampa, el narcotráfico, la mordida. Como dijo Benjamin Franklin: "De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero". ¿Qué han aportado los congresistas, los expresidentes, los dirigentes políticos y gremiales para hacerle frente a esta grave crisis epidemiológica? Nada. ¿Qué podemos esperar los colombianos de una clase política que se ha mantenido a espaldas de los grandes y verdaderos problemas del país? Poco. Solo se les ha visto defender intereses egoístas, sin aportar ideas, iniciativas o propuestas que el Estado hubiera podido poner en práctica para mitigar esta crisis y las consecuencias aún impredecibles que seguramente vendrán. Poco han hecho en materia de defensa del medioambiente, del empleo o frente a temas como la inseguridad, la salud o la educación. Es una clase política especializada en componendas cuando se trata de defender intereses burocráticos o de garantizar su permanencia como los dueños del poder, gozando de sus canonjías compartidas con su parentela y sus amigotes. Ante esta realidad, se suman situaciones, como la politización de la justicia y su corrupción o la escasa ética en el actuar de buena parte de los políticos, que nos llevan a pensar que las cosas, lejos de cambiar, pueden empeorar. De hecho, en el caso del eterno problema agrario, las leyes que se expiden sirven solo para garantizarles a los terratenientes y ganaderos el monopolio...

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