Más argumentos y menos eslóganes sobre elegibilidad - 20 de Septiembre de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 649321389

Más argumentos y menos eslóganes sobre elegibilidad

Juanita Goebertus Estrada* Especial para EL TIEMPO Después del tema de la justicia publicado en días pasados en estas páginas (‘Más argumentos y menos eslóganes sobre la impunidad’, EL TIEMPO, 9 de septiembre del 2016), quizás el asunto que más controversia despierta del proceso de paz es la elegibilidad política de los líderes de las Farc. La idea es darle una oportunidad al debate con argumentos, para que la decisión que tomemos el 2 de octubre no responda simplemente a las emociones o la pasión. Quienes se oponen a que excomandantes de la guerrilla puedan participar en política hacen énfasis en tres argumentos. En primer lugar, que, más allá de las sanciones penales, los crímenes más graves deben ser sancionados políticamente para evitar que se repitan. Sin embargo, este argumento desconoce que la premisa básica de los procesos de paz con líderes de grupos armados con motivaciones políticas es su transformación en partidos políticos. Otros casos De hecho, la gran mayoría de procesos de paz exitosos en el mundo han implicado la transformación de grupos armados en movimientos políticos a través de la candidatura de sus líderes: el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en El Salvador, el Congreso Nacional Africano en Sudáfrica, el Sinn Féin en Irlanda del Norte y el Frente Revolucionario Unido de Sierra Leona, entre muchos otros. En cambio, casos como el de la República Democrática del Congo y el de la desmovilización de los paramilitares en Colombia muestran que la ausencia de reintegración política está directamente relacionada con el resurgimiento de la violencia. Y más allá de los procesos de transición, lo cierto es que incluso en casos de criminalidad ordinaria, lo que en inglés se conoce como disenfranchising, o pérdida de derechos políticos con posterioridad al cumplimiento de la sanción, solo se presenta en el 8,8 por ciento de los países del mundo. La lógica en la mayoría de naciones es que una vez cumplida la sanción, la persona recupera su ciudadanía plena porque ya ha “expiado su culpa”. Por eso, la mejor forma de prevenir que la violencia política se repita no es prohibirles a los comandantes de la guerrilla su participación en política, lo que desincentivaría su desmovilización, sino desarmarlos e incorporarlos a la democracia para que tramiten sus ideales con votos en vez de balas. Hay quienes sugieren que eso sería posible solo con la participación en política de los miembros rasos de la guerrilla que no hayan...

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