Así es vivir la cuarentena siendo claustrofóbico - 3 de Abril de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 842596491

Así es vivir la cuarentena siendo claustrofóbico

Carol Malaver - SUBEDITORA BOGOTÁ - carmal@eltiempo.com@Carol Malaver"Un destello nubla mi razón e incuba en mí un horrible desespero. A prisa late mi corazón, y mi respiración se agita. Miles de agujas penetran en mi sien y me inyectan pensamientos incesantes. ¡Tengo que huir! ¡Tengo que huir!, me repito muchas veces. El lugar se hace pequeño, las paredes se angostan, me falta el aire y tiemblan mis manos. Una idea llega: ¡Voy a morir! ¡Voy a morir! Tomo una bocanada de aire intentando volver en sí". Este fragmento hace parte de los desahogos de una mujer que escribe mientras lucha por aguantar el encierro de la cuarentena. Su diagnóstico: claustrofobia. Diana tiene 38 años, vive sola en compañía de su perro. De niña vivía con sus padres y sus hermanos, uno mayor y dos menores que nacieron tiempo después. Hace 13 años vivió uno de los golpes más fuertes de su vida, la muerte de su madre. Una leucemia diagnosticada de forma tardía se la llevó en cuestión de 15 días. Seis años después, el turno fue para su padre, quien tuvo una insuficiencia renal, y su cuerpo estaba deteriorado por el consumo de alcohol. "Me quedé sin familia, porque mi hermano pidió la patria potestad de mis hermanos y eso generó un quiebre familiar. Yo tenía 25 años". En estos días de encierro, Diana ha hurgado en sus recuerdos para encontrar el origen de su enfermedad. Recuerda haber sido una niña temerosa y dispersa que odiaba estar en lugares cerrados y que reaccionaba con agresividad cuando se sentía atada. "Mi mamá me contaba que de 7 años me escapaba para el parque, me pegaban mucho por eso, incluso un día que cogí mis vestidos y salí a la calle". Ya siendo una adolescente, ese deseo de libertad, unido a una vida familiar disfuncional, la llevó a tener muchos problemas. "En el colegio todo el tiempo llamaban a mi mamá porque me salía de clase". Durante las lecciones ella sudaba, sentía que el salón se hacía pequeño, comenzaba a caminar de un lado para otro. La angustia se incrementaba cuando los profesores la hacían sentar. "Me tocaba decir que tenía que ir al baño. Nunca volvía a clase". Solía terminar en el tercer piso del colegio, un lugar lleno de aire desde donde podía observarlo todo. Fue a psicólogos, pero pocos lograron que ella soltara algo. Ese deseo de rebeldía y libertad la condujo al consumo de drogas y a la delincuencia. "Fue una suma de cosas la que me llevó a hacer cosas muy malas". Primero fue el consumo de drogas y luego no tardó mucho en entrar al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR