Un balance precario - 14 de Abril de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 505135838

Un balance precario

La semana pasada, se cumplieron tres años de haberse suscrito entre los gobiernos de Juan Manuel Santos y Barack Obama el Plan de Acción Laboral (PAL), como fórmula establecida para que el país del norte diera vía libre a la ratificación del Tratado de Libre Comercio y el Gobierno de Colombia asumiera el compromiso de cumplir un importante número de compromisos para responder a las exigencias planteadas por el sindicalismo colombiano, con el apoyo del sindicato norteamericano AFL-CIO. En unidad de acción nos opusimos a la firma de ese tratado por las consecuencias devastadoras que en Colombia miserabilizaban aún más las condiciones de trabajo sin derechos fundamentales, mientras en EE. UU. los sindicatos planteaban una importante pérdida de puestos de trabajo y decrecimiento en las condiciones económicas y sociales. El balance hoy es absolutamente precario, pues el raquitismo institucional en lo público, nunca ha permitido erradicar o sancionar, en la práctica, la negación al derecho de protección social y derechos fundamentales derivados de los convenios internacionales de la OIT en materia de garantías laborales, y, por el contrario, frente a un tímido decreto que prohíbe la intermediación en el empleo a las Cooperativas de Trabajo Asociado, estas mantienen prevalencia haciendo del trabajo una mercancía, en conjunto con las empresas de servicios temporales, los contratos sindicales, las Sociedades Anónimas Simplificadas (SAS) y la proliferación de ‘fundaciones’ prestadoras de servicios. En lo concerniente a la negociación colectiva, el fomento de pactos colectivos ficticios, elaborados, negociados y firmados por las mismas administraciones de las empresas, han resultado la antítesis de la auténtica negociación colectiva para el desarrollo de los convenios 87 y 98 de la OIT, y la política antisindical, con masivas cancelaciones de contrato, bajo supuestos planes de retiro voluntario, constituye la mayor violación de la libertad sindical sin sanciones del Estado. Solo basta revisar, someramente, los informes que el Gobierno colombiano ha hecho al de EE. UU., y en giras a los Estados europeos, para constatar que vive en un país ideal, y los trabajadores en Colombia, pues mientras hace énfasis en sus reportes sobre el decrecimiento de la informalidad, el avance de la negociación colectiva y el cese de la violencia contra sindicalistas, las cifras reales prueban lo contrario. Durante los tres años de existencia del PAL, el asesinato, amenazas...

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